Renovarse a nivel organizacional debería de ser el pan de cada día en una empresa. Los cambios son muy visibles a la hora de mejorar tanto en tecnología como internamente. Para hacerlo de la forma más eficiente posible necesitaremos una persona experta, aquí entrará en acción un agente de cambio.
La palabra cambio lleva, irremediablemente, a la inseguridad y a sentir vértigo por todo lo que pueda llegar. Pero ¿y si el cambio conlleva una mejora real?, y si, ¿estamos tan cegados en la rutina que no aceptamos que pueda beneficiarnos y aumentar nuestra productividad?
Qué es ser un agente de cambio
Es aquella persona o personas que llevan a cabo la iniciación, puesta en marcha y gestión del cambio en una empresa. Es decir, tiene como objetivo llevar a cabo una nueva práctica en la empresa y acompañar al equipo en este proceso. Esa persona deberá tener una base de conocimiento de la cultura empresarial y organizacional.
No solo será responsable de proponer una nueva técnica profesional sino de ser el primero en ponerla en práctica. Algunas de las funciones que debe realizar son:
- Recabar toda la información posible de la empresa. Se puede realizar mediante entrevistas, cuestionarios a los trabajadores o asistiendo a reuniones.
- Asume el liderazgo. Es el que analiza, desarrollar, pauta y motiva en lo que concierna el proyecto.
- Crea un buen clima. Esto además esta estrechamente ligado con una escucha activa y propiciar el mejor ambiente para aceptar el cambio.
- Resuelve problemas de la mejor forma posible. Analiza los contratiempos para ofrecer una mejora y continuar el proceso.
- Se implica en la toma de decisiones, interviniendo en la gestión del cambio.
- Analiza dónde está el potencial organizacional para explotarlo al máximo y detectar bloqueos para que no obstaculicen su buen funcionamiento.
- Motiva y facilita el trabajo en equipo. Es clave fundamental para que se pueda gestionar lo mejor posible hasta en situaciones de crisis.
- Conducir hacia el Desarrollo Organizacional, ofreciendo soluciones o ofreciendo estrategias para su puesta en marcha.
Marca como punto importante que, sin un buen equipo humano, el agente no puede desempeñar su papel principal. Por ello, debe de tener buenas habilidades sociales y empatía. Esto es porque nos cuesta mucho trabajo salir de la zona de confort, y para la transformación será clave que el equipo se involucre y apoye el proceso.
¿Agente de cambio interno o externo?
Según la necesidad del proyecto y la duración de este, se podrá optar a agente internos, externo o hasta una mezcla de ambos. ¿En que nos podemos basar para elegir la mejor opción?
- Agentes de cambio internos:
Son aquellos que llevan a cabo desde el interior de la organización. La elección de la persona que se encargará de ello puede ser complicada. No todos los trabajadores están capacitados para desarrollar este papel. Tendrá que dejar a un lado sus responsabilidades actuales para adoptar el nuevo rol como agente.
Elegir a un agente interno conlleva un análisis más exhaustivo del proyecto y la presentación de alternativas de manera mucho más eficiente que el resto. Conoce la organización y su desarrollo, por lo que sabrá adaptar nuevas estrategias de mejora.
Puede ser como por ejemplo: cambios de estrategias metodológicas.
- Agentes de cambio externos
Son aquellos externos a la empresa. Por lo que, esto puede ser una desventaja de cara a la organización. Deberá aprender más rápido que el resto procesos y trucos de la empresa para adaptarse lo mejor posible y desempeñar su función. Aunque, como aspecto positivo, el agente contribuirá con una mayor experiencia que el resto. Los agentes externos son más adecuados para proyectos de corta duración.
Como por ejemplo cambios de normas de calidad.
¿Por qué es tan importante un agente de cambio?
El papel que desempeña un agente de cambio es muy importante de cara a una transformación organizacional. Tienen como finalidad facilitar este cambio, hacerlo de la forma más eficaz posible y ayudan a que los trabajadores lo acepten.
Algunos de los aspectos que caracterizan el rol del agente es:
- Confianza y responsabilidad. Es clave tanto dar seguridad en sus acciones y transmitir confianza a los demás, como recibir por parte del equipo la confianza y seguridad que necesita para avanzar.
- Comunicación. Necesita un discurso claro y directo de lo que va a pasar y está pasando. Igual forma, debe tener habilidades comunicativas para interactuar con los demás. Será capaz de escuchar y analizar las ideas o respuestas que tengan el resto del equipo.
- Adaptación. Debe ser una persona con una gran capacidad de amoldarse a cada improvisto en todo momento del proceso. Una mentalidad despierta y emprendedora es la mejor forma de hacer crecer a la empresa.
- Constancia. Va a ser un proyecto lento, por ello, la paciencia es clave para mantenerse “a pie de cañón”.
Si te paras a releerlo, no es nada fácil se un agente de cambio. Pero el compromiso de llevar a cabo la misión y mantener los valores de la organización, llevará a que finalmente se consiga el proyecto que tan importante es para una empresa.
El buen Desarrollo Organizacional: adaptarse o morir
Un agente de cambio debe de velar por una mejora constante y un buen desarrollo organizacional. Este desarrollo deberá de llevarse a cabo en un clima receptivo para la transformación y la cooperación de las personas, de esta forma conseguirá que todos estén involucrados.
El proceso para el Desarrollo Organizacional será:
- Diagnostico. Identificar y valorar la base del cambio en la organización. La información se conseguirá gracias a la participación de los trabajadores mediante entrevistas o cuestionarios. De esta forma se podrán definir los objetivos estratégicos.
- Planificación. En este segundo paso de detallarán las metas, tiempos y tareas a realizar. El cambio va a ser real, por lo que cada trabajador deberá tener su papel en el mismo y su cooperación será clave.
- Implementación. La tercera etapa será el desarrollo del plan en la empresa y dar las herramientas necesarias para poder llevarlo a cabo. Será el momento de realizar los ajustes necesarios e instaurar el proceso.
- Evaluación. El último paso de caracterizará por un feedback constante entre los participantes, su evaluación y puesta en marcha.