Una persona resiliente es aquella capaz de adaptarse y superar situaciones difíciles, manteniendo una actitud positiva y aprendiendo de las adversidades para seguir adelante en su camino hacia el crecimiento personal.
Las personas resilientes estamos en un ciclo vital durante el que adquirimos ciertas capacidades para relacionarnos con los demás y superar las adversidades. No nacemos con la capacidad de resiliencia, por lo que tenemos que esforzarnos en adquirirla. Para que esta resiliencia sea integrada en cada persona, se tienen que tener unos hábitos aprendidos para poder aplicarlos en el momento en el que se necesite.
Personalmente, opino que las personas que han tenido que enfrentarse a situaciones complicadas o que tiene una persona a la que imitar en este sentido, van un paso por delante del resto a la hora de afrontar un problema.
Características de las personas resilientes
1. Son realistas con su situación
Y las acciones que pueden realizar hoy para que sus respuestas sean proporcionales y eficaces. Un paseo para pensar en nosotros siempre aclara las ideas a las personas resilientes. Si no somos conscientes de nuestros sentimientos, difícilmente podremos afrontar correctamente una situación. Debemos conocer nuestras debilidades y fortalezas para intentar mejorar.
2. Son flexibles y “fluyen”
Se adaptan como pueden a cada situación. También tienen resignación antes situaciones que no dependen de ellos. Tras el análisis previo, se hacen una idea de lo que pueden hacer para mejorar su situación y lo que no depende de ellos. Simplemente a veces hay que aceptar los hechos, para seguir trabajando o esforzándose en el área que tienen en mente. Nada es para siempre, todo en la vida son etapas que no durarán eternamente ni para lo bueno ni para lo malo. Es mejor adaptarse al viento que luchar contra él.
3. Son conscientes de que lo bueno requiere esfuerzo
Expresiones como: “Quien no arriesga, nunca gana” o “nadie regala nada” nos pueden dar una idea de cómo llegan a veces las cosas a la vida de las personas, "no todo es suerte".
4. Tienen una visión global y holística
Las personas resilientes tienen una visión global de su vida, diferenciando su familia, trabajo, ellos mismos, amistades, tiempo libre… por lo que es muy difícil que todo esté mal en un momento concreto. Sobre todo se visualiza cuando ves una persona que tiene una enfermedad y a pesar de ello vive el resto de facetas de su vida plenamente, porque es capaz de centrarse en otras áreas de su vida.
5. Mantienen sus sentimientos y problemas a raya
De forma que si consigues que tus problemas laborales no influyan en los personales por ejemplo, tendrás un tiempo para dejar de pensar en lo mismo y podrás cambiar tu actitud y parte de tu día para que sea más provechoso y feliz.
6. Tienen siempre proyectos entre manos
En cada etapa de tu vida, de forma que si una no resulta como querías tengas otras en los que centrarte. Las personas resilientes diversifican el riesgo y harán que sea más posible conseguir todo lo que se proponen.
7. Se rodean de un entorno positivo
Muchas veces lo realizamos de forma inconsciente y llamamos a la persona que sabemos que nos va a apoyar en cada momento, para poder sacar lo mejor de nosotros y solucionar de la mejor forma posible cada situación. También tienes que tener cuidado de no rodearte de personas que no te aporten y que siempre están de acuerdo contigo en todo, porque no te enriquecen como persona y no te aportan perspectivas diferentes.
Debes ser educado con todos, pero intenta que las personas cercanas de tu elección te aporten positividad, y tú a ellas. Las risas quitan mucho hierro a los problemas, lo puedes utilizar en cualquier momento y hará que otras personas también se relajen y compartáis un sentimiento sintiéndose parte del grupo. La actitud positiva se contagia queramos o no, por lo que sacar lo mejor de los demás hará tu vida mejor.
8. Agradecen cada día lo que tienen, lo que han conseguido
Recuerda el mejor momento del día, aunque no sea significativo, pero que ha sido importante para ti y te ha hecho sonreír. Algunos expertos aconsejan anotar en un cuaderno cada día lo mejor que te ha pasado y al cabo del año, volver a leerlo para ver cómo nos pasan muchas más cosas buenas de las que parecía y podemos estar felices por ello, haciéndonos conscientes de esto.
9. Saben cómo subirse los ánimos
A ir a yoga para relajarse, hacer deporte para aumentar las feromonas…, y no te fustigues si algo sale mal. A todos las personas resilientes nos salen cosas mal alguna vez y hay que tener compasión de uno mismo. Cree en ti, mantén ilusiones por realizar y ten paciencia porque no todas serán inmediatas o a corto plazo.
10. Mantienen la calma
Siempre hay momentos en la vida que nos ponen al límite. Pero si tenemos unos conocimientos sobre la escucha, la respiración de yoga, la meditación diaria…nos pueden ayudar a responder de forma más correcta a cada situación. Tener un momento a la semana para disminuir el estrés que a todos nos afecta, nos hace tener confianza y saber que dedicaremos un tiempo a nosotros nos relaja en el momento actual. Puedes pararte y pensar en lo que has aprendido en esta situación y que te hará reforzar la seguridad en ti mismo en el futuro aumentando la resiliencia.
Técnica para practicar la resiliencia
El ho'oponopono es una técnica hawaiana que se basa en reprogramarnos diciéndonos a nosotros mismos:
- Lo siento, por todo lo que has pasado hoy.
- Perdóname, porque yo te he llevado a esta situación.
- Te amo, porque te aprecias como persona global que eres.
- Gracias, por todo lo que haces cada día.
De esta forma están gestionando tus sentimientos y te estás hablando con la misma compasión que a un amigo. Una persona sonriente lo es, porque ha aprendido a sonreír a pesar de los malos momentos. Sabe que las situaciones malas pasan y no van a ser eternas, por muy negativas o largas que parezcan en el tiempo. Mañana será mejor y sólo hay que estar en el presente para disfrutarlo.
Comentarios
Me ha gustado los consejos, yo añadiría 2 sacados de estos consejos sobre la personalidad resiliente:
– Comunicación asertiva
– Gestión Emocional