¿Has mirado ya los listados de profesiones que van a desparecer? ¿Sabes qué robot va a ocupar tu puesto en unos años? Vamos a intentar evitarlo trabajando este nuevo concepto «lifelonglearning».
Es un mantra que nos azuza sin descanso, lo que puede ser sorprendente si tenemos en cuenta que la vida es evolución, y adaptarse es un requisito de supervivencia, así que no debería preocuparnos tanto la necesidad de ser permeables a las circunstancias, en la faceta profesional como en cualquier otra.
Entonces, ¿por qué no lo vivimos con normalidad? ¿De dónde viene la sensación de desbordamiento que manifiestan hoy en día los trabajadores de diferentes sectores? ¿De verdad es más difícil? Y, sobre todo, ¿cómo podemos permanecer (e incluso crecer) en el actual mercado laboral?
Desde mi bagaje de casi veinte años en el sector de la formación, he observado la evolución de las necesidades de las organizaciones y sus profesionales, y hay tres claves que nos permiten entender cómo es el mercado actualmente, paso ineludible para poder aspirar a permanecer e, incluso, desarrollarnos en él.
Cómo es el mercado laboral actual
La primera clave que caracteriza la situación actual es la velocidad creciente de los cambios. Una velocidad alimentada por la tecnología.
No en vano, desde la primera revolución industrial hasta la actual Industria 4.0, el ritmo no ha dejado de acelerarse, impactando directamente en aspectos de nuestra realidad más tangible y cotidiana.
Nos dediquemos a lo que nos dediquemos, podemos afirmar que, estamos afectados por la robótica, la inteligencia artificial, el Big Data, el blockchain, la computación cuántica, la nanotecnología, la biotecnología, el internet de las cosas, la impresión 3D y los vehículos autónomos.
Quizá dudemos cuánto nos afecta, pero no si nos afecta. Y ese hecho se ve agravado por la segunda clave.
Nuestra sociedad se ha convertido en un entorno BANI
Este acrónimo de las siglas de las palabras en inglés Brittle (quebradizo), Anxious (que provoca ansiedad), Non-linear (no lineal) e Incomprehensible (incomprensible), ha sustituido a otro que quizá hayas leído, seguramente en innumerables ocasiones, el entorno VUCA (también acrónimo, esta vez, de las palabras Volatile (volátil), Uncertain (incierto), Complex (complejo) y Ambiguous (ambiguo)).
Por tanto, los profesionales de hoy en día más que nunca convivimos con un mundo impredecible, como nos apunta este artículo de The Future For Work.
Velocidad y sensación de caos, una combinación que aturde. Esa es la tercera y última clave, de hecho, para mí es el principal peligro de nuestra realidad, social y profesional, la infoxicación, la infodemia, y la pérdida de foco.
Puesto que ya sabemos dónde estamos, con sus oportunidades y retos, vamos a centrarnos en desarrollarnos profesionalmente en este contexto.
Trabaja paso a paso el lifelonglearning para permanecer y crecer en el mercado laboral
Para conseguir mantenerte en activo, para desarrollar la carrera profesional, y consolidar un perfil con futuro, te invito a seguir el siguiente proceso en tres fases:
Primera fase: autoconocimiento
Generalmente parece que lo importante es formarse en la última tendencia que despunta en el sector, ya sea la experiencia de empleado, las metodologías ágiles, el Blockchain o el Big Data, por citar ejemplos de total actualidad; pero mucho antes debemos saber qué es lo que nos hace únicos como profesionales y cuáles son nuestras fortalezas, desde ahí y solo desde ahí, podremos elegir.
El punto de partida para esta fase es hacer un análisis profundo de las siguientes cuestiones:
- Valores y principios,
- Talentos y pasiones,
- Formación, aprendizaje continuo y experiencia,
- Habilidades y competencias.
He ido definiendo parejas por la conexión de cada tándem, y es imprescindible dedicarle tiempo a definir una lista de, al menos, diez ítems para cada uno de esos pares.
Con esa información delante podremos pasar al siguiente paso: definir cuál es el sueño que va a dar sentido a nuestros esfuerzos.
Empleo una palabra grande, sueño, porque esa meta que vamos a definir es la que va a hacer que el viaje tenga sentido, tardemos lo que tardemos en llegar a puerto.
No escatimes energía ni tiempo hasta tener un sueño profesional que responda a qué quieres dedicarte en 5 años vista.
Segunda fase: definición de una estrategia
Este es otro paso que solemos zanjar en unos minutos buscando un “curso” que se ajuste a nuestro presupuesto, cuando lo importante es aterrizar el sueño para saber cómo llegar a él.
En la fase anterior describiste la meta, y ahora vamos a añadirle toda la letra pequeña. Esa caracterización va a implicar unos pasos a seguir, puesto que no es lo mismo fijar un cambio radical de ámbito profesional, o bien una promoción dentro de la organización en la que ya se trabaja.
También será muy diferente si tu objetivo implica tener o evitar puestos de responsabilidad, alcanzar un determinado nivel de ingresos, un equilibrio con la vida personal, o cualquier otro elemento que sea imprescindible para que la carrera profesional tenga sentido.
La estrategia debe incluir, si es necesario, iniciar búsqueda activa de trabajo, formación continua o lo que es lo mismo: lifelonglearning, movilidad geográfica, etc.
Esos son los ingredientes que hay que poner, negro sobre blanco, antes de dar ningún paso.
Y, además, esos hitos hay que llevarlos a un calendario. Sin objetivos con fecha no sabremos si hay avance en la dirección que queremos llevar.
Recordemos que el peligro es perder el foco en medio de todos los estímulos que nos rodean. Realizar un buen trabajo en esta fase lo va a evitar.
Tercera fase: caminando se hace camino
Ahora sí estamos en condiciones de diseñar un primer itinerario para dirigir nuestra carrera y desarrollo profesional con éxito, es decir, hacia la consecución de ese objetivo-sueño.
Antes de concretar cómo articularlo, quiero señalar como imprescindibles en ese recorrido personal y único, tres claves han de guiar nuestras decisiones.
De hecho, juntas serán el faro para alumbrarnos, ya que han de permanecer durante toda nuestra carrera sosteniendo las diferentes decisiones que tomemos. Se trata de los siguientes conceptos traídos del inglés:
Learnability y lifelonglearning: actitud abierta al aprendizaje continuo
O lo que es lo mismo: actitud proclive al aprendizaje continuo per se. Ya hemos hablado del cambio permanente que caracteriza nuestro tiempo, así que, hoy más que nunca, aprender es una necesidad ineludible.
Power Skills: a caballo entre actitud y aptitud
Este conjunto de habilidades son las que nos diferencia de la inteligencia artificial. Sin duda, son las que nos empoderan para no tener miedo a la transformación digital, sino utilizarla a favor.
Digital Mindset: mentalidad abierta a la transformación digital
La mentalidad que implica un comportamiento proactivo con la tecnología, es un importante paso adelante para incorporarla en la medida que sea positivo.
Alumbrados por esos tres principios, solo nos falta concretar de forma realista la disponibilidad, en horas y recursos, que se puede destinar a la adquisición o entrenamiento de las competencias que se hayan detectado como necesarias en la estrategia.
Porque sí, para afrontar el cambio de era en el que estamos, vamos a necesitar invertir tiempo, dinero y energía.
El camino hacia el sueño que hemos definido, en gran parte, se refiere al lifelonglearning o aprendizaje continuo, ya que incluye una combinación de diferentes vías de crecimiento y desarrollo profesional como son:
- Incorporarnos a asociaciones profesionales de nuestro sector y participar en jornadas del mismo.
- Definir vías de aprendizaje a través de MOOCs, cursos gratuitos, la curación de contenidos o el networking a través de las redes sociales.
- Acudir a píldoras formativas cortas dirigidas a adquirir determinadas destrezas de forma rápida y concreta.
- Optar por formación a un medio plazo que nos permita entrenar habilidades nuevas, desde masters a bootcamps. El acceso a prácticas marca una importante diferencia en esta categoría.
- Y recurrir a programas formativos de alto impacto ligados a nuestro sector, y procesos de coaching que individualicen al máximo la solución a nuestras necesidades.
Conviene recordar que este será el primer itinerario, y que periódicamente deberemos ajustar velas comprobando si estamos obteniendo resultados, y tomando medidas para corregir la desviación que se haya podido producir.
Lógicamente, el desarrollo profesional va a permanecer mientras estemos en activo y nos preocupemos por trabajar el concepto lifelonglearning. Este sueño deberá revisarse cada 4 o 5 años, volver a realizar las fases aquí citadas, y ver qué competencias o habilidades debemos perfeccionar o adquirir.
Todo ello construye nuestra fortaleza para garantizar la empleabilidad a lo largo de los años, y las vicisitudes inherentes a los mismos.
Al final, permanecer y crecer en el mercado laboral es un compromiso con nuestros sueños. De nosotros depende mantenerlo vivo.