En el mundo de los recursos humanos y la psicología llevamos años leyendo mucho acerca de la Gestión de Tiempo, pero la cosa cambia cuando se hace desde el desempleo.
Lo cierto es que el concepto de Gestión del Tiempo es un concepto erróneo en sí mismo. El tiempo no se puede gestionar, las horas son la que son y no podemos eliminarlas o aumentar su número. Lo que realmente podemos hacer es administrar nuestras prioridades y el uso que hacemos del tiempo.
Estamos acostumbrados a decir y escuchar la frase: “No tengo tiempo”. Muchas veces responde a la creencia de que esta expresión nos confiere ante los demás de un éxito en nuestra vida profesional, personal y social. Pero muy contrario a lo que pensamos detrás de la expresión “No tengo tiempo” se encuentra un posicionamiento inadecuado, es decir, hemos puesto delante de cosas importantes, cosas que no lo son, por lo que el problema estará en la mala gestión del tiempo realizado.
Además, otra de las cuestiones que nos lleva a pasarnos el día corriendo de un lado para otro es la percepción de obligatoriedad que damos a las tareas que decidimos o queremos hacer en nuestra vida.
Pero todo esto cambia cuando desaparece algo en lo que ocupamos la mayor parte de nuestra vida: el trabajo. Y llega el temido desempleo y la pregunta de: ¿a qué dedico yo ahora mí tiempo?
Gestión de tiempo en situaciones de desempleo
Existen tantas estrategias de afrontamiento de este estado en desempleo como personas que lo asumen.
Lo más habitual es comenzarlo con decisión y dedicando gran parte de nuestro tiempo a la búsqueda de empleo en sí misma (sin ignorar todos los estados emocionales por los que pasa una persona tras la pérdida de un trabajo). Esa fuerza va disminuyendo debido a las experiencias y al propio paso del tiempo, y empezamos en una vorágine de actividades que generalmente responden a puras apetencias momentáneas, postergando en la mayor parte de los casos aquellas responsabilidades que permanecen o aparecen en nuestra nueva vida.
La clave está en entender la búsqueda de empleo como un trabajo en sí mismo, pero en la modalidad de trabajo autónomo, donde no hay un jefe que marque fechas, ni unos objetivos marcados por alcanzar. Por ello será necesario emplear energía en la planificación de nuestra “jornada laboral”. Existen una serie de herramientas como por ejemplo la Matriz del Tiempo de Eisenhower, que nos ayuda a discernir entre tareas importantes y urgentes.
Tradicionalmente, entendemos el tiempo de ocio como algo reservado exclusivamente a profesionales en activo. Si entendemos la búsqueda de empleo como una actividad sin horarios, sin pautas y desorganizada, probablemente también pensemos que el ocio no es propio o incluso es análogo a desempleo.
En la búsqueda de empleo también el ocio es una parte importante de nuestra vida. Desprenderse de él es una costumbre habitual de las personas que se encuentran en desempleo, esta práctica conlleva consecuencias muy desagradables para el bienestar personal.
En nuestra cultura el ocio es asumido tradicionalmente como el refuerzo positivo que obtenemos en el fin de semana, tras una dura semana de trabajo y por lo tanto, bien merecido. Cuando desaparece esa sensación de dura semana de trabajo, desaparece por ende el reforzador que aparecía en los fines de semana, que era el ocio.
Por todo ello, en desempleo es importante dedicar nuestro tiempo de manera planificada y acordada tanto a la búsqueda de empleo como a nuestro ocio.
Comentarios
de verdad es de elogiar ver una persona asi