En la búsqueda de empleo, una vez hemos conseguido uno de los ansiados hitos, ser convocados a la entrevista de un proceso de selección, suelen influir decisivamente los aspectos relacionados con el lenguaje verbal y no verbal del entrevistado.
El lenguaje no verbal ya es lo suficientemente importante como para tenerlo en cuenta en cualquier tipo de comunicación presencial, pero se hace aún más determinante cuando este se produce en el marco de la evaluación de las competencias y actitudes de un potencial trabajador. Bien sea por la reticencia de muchos entrevistadores a creer ciertas afirmaciones en las entrevistas, o bien por los formalismos imperantes en este tipo de procesos, en los que la anticipación a las preguntas y respuestas es común y el trabajo del seleccionador es, más bien, leer “entre líneas”.
Si bien es cierto que soy partidario de afrontar este tipo de entrevistas de una forma natural, mostrándonos con educación y respeto, pero sin dejar de actuar tal y como somos, se antoja fundamental cuidar aquellos gestos que, de manera inconsciente y fruto del nerviosismo, pueden generar una idea equivocada en la persona, o grupo de personas, que se van a encargar de decidir parte de nuestro futuro laboral.
Por ello, estos son los principales consejos a tener en cuenta, recordemos, no para dar una imagen distinta a como somos, sino para que el estrés y nervios que puede suponer una entrevista de este tipo no acaben difuminando nuestro perfil profesional.
Consejos para cuidar lenguaje verbal y no verbal
Aspecto físico
Efectivamente, el aspecto con el que acudamos a una entrevista también formará parte del lenguaje no verbal. Hay muchísimo contenido y debates acerca de la vestimenta y apariencia que debe de usarse en las entrevistas de trabajo. No obstante, lo primordial es usar una vestimenta con la que el entrevistado se pueda sentir cómodo y que la apariencia vaya en consonancia con aquella que se espera del candidato en el día a día del trabajo para el que puede ser seleccionado.
No gesticular demasiado con las manos
En una entrevista se intenta crear un entorno tranquilo y de confianza por parte del entrevistador, por lo que debe de cuidarse el uso excesivo de las manos al gesticular y contribuir a ese ambiente tranquilo, ya que puede influir en el hecho de parecer demasiado nervioso con la situación en sí, o con la impotencia al no poder expresar de la forma deseada una determinada fundamentación.
Evitar la mirada fija a un determinado lugar
Ante situaciones de nerviosismo, suele ser común que el entrevistado no mire directamente al entrevistador. Hay que buscar el equilibrio entre mirar directamente a quién emite las preguntas, y miradas fuera de este círculo, ya que mantener la mirada a un determinado espacio puede denotar falta de atención a la conversación.
No forzar los gestos
Tal y como comentábamos al principio, la naturalidad para afrontar estos supuestos es recomendable en todo momento. No es necesario forzar la sonrisa para intentar congraciar con el entrevistador o ser servicial en exceso.
Este tipo de detalles, aunque puedan parecer demasiado concretos, de forma directa e indirecta, influyen en la percepción general que se obtiene del candidato, por lo que deben de practicarse antes de una eminente entrevista de trabajo.