Todo ciudadano receptor de renta está condenado a la llamada carga tributaria o como se conoce vulgarmente “contribución de la renta”. La Agencia Tributaria como sujeto activo recaudadora establece unos tipos de gravamen, deducciones, retenciones, desgravaciones capaces de calcular la carga tributaria que debe de ingresar el perceptor de renta a las arcas del Estado para el sostenimiento del gasto público.
Pero ¿es posible que mi carga tributaria se pueda minimizar y en este caso maximizar la rentabilidad financiera- fiscal? Sí.
La llamada planificación fiscal es un proceso de toma de decisiones, de búsqueda de todo tipo de estrategias financieras, de la realización del mejor esquema tributario y más beneficiario para el sujeto pasivo, siempre con el máximo respeto de la legislación vigente.
Dicha operación tributaria requiere de un estudio previo de todas las vías y posibilidades mediante el conocimiento de los elementos esenciales de todos los productos financieros, los activos reales o activos financieros. Así mismo conocer toda la legislación vigente referente al tratamiento fiscal y por ultimo realizar una comparativa de los cálculos realizados con las distintas alternativas que tenemos sobre la mesa.
El riesgo, los plazos, la rentabilidad, la inversión, la deducciones, los gastos todas estas variables tenemos que tenerlas en cuenta para nuestra toma de decisiones que nos van a llevar a realizar una buena planificación fiscal y producto de ello una rebaja fiscal en nuestra carga tributaria.
Para todo ello, es necesaria la creación de un esquema fiscal metodológico donde se incluyan todas esas variables y se haga un análisis. Desde la perspectiva fiscal tendremos en cuenta, con carácter general los siguientes aspectos:
Hecho Imponible: Tendremos que considerar en primer lugar la residencia del sujeto pasivo, si se corresponde con España o un país extranjero, también la comunidad autónoma que pertenece. No olvidar los Convenios para eliminar la doble imposición internacional.
Calificación Fiscal: Esta variable es de vital importancia en nuestra planificación fiscal ya que puede afectar a distintos tipos de gravamen, gastos deducibles, momento de devengo, compensaciones etc.
Ventajas Fiscales: No dejarse en el tintero uno de los factores más importantes en nuestro esquema fiscal. Las deducciones, exenciones, reducciones, pagos a cuenta, desgravaciones toda esta cantidad de beneficios fiscales que dan lugar a una buena planificación fiscal.
Tiempo: Los aplazamientos en el momento del pago de la obligación tributaria, supone unos beneficios fiscales, aquellas operaciones financieras que deriven del tiempo pueden suponer una ventaja fiscal para el contribuyente.
Tipo Impositivo o Tipo de gravamen: El porcentaje de gravamen es uno de las variables más a tener en cuenta, donde nos podemos encontrar con tipos fijos de gravamen, o gravamen fijo y progresivo.
Haciendo un buen estudio y una buena equiparación de todas esas variables el sujeto pasivo podrá ver mejorada su carga tributaria y eso conllevara un ahorro fiscal importante.
Una buena planificación fiscal conlleva horas de trabajo por profesionales especializados en la materia donde realizan un estudio exhaustivo de todas las posibilidades fiscales que el contribuyente tiene a su alcance sopesando riesgos y tiempos.
¿Estás llevando buena planificación fiscal?
“Lo más difícil de entender del mundo es el impuesto sobre la Renta” (Albert Einstein)
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