España es el tercer país de Europa con más morosidad. Es evidente que la crisis del COVID-19 no ha ayudado a que este dato disminuya, y es que la mayoría de los pequeños negocios de nuestro país se encuentran atravesando una crisis de insolvencia, aspecto que se suma al ya difícil camino de muchos de los autónomos.
Existen sectores con una tasa de morosidad más alta, aquellos en los que su insolvencia ha hecho de los impagos algo recurrente.
Estos son los sectores de autónomos que presentan más peligro de insolvencia
- Agricultura
Uno de los sectores que más morosidad presenta. A pesar de ello, existe un riesgo medio de la misma. Y es que la rentabilidad de estas empresas se ha visto afectada por la aplicación de las medidas anti covid-19 y por algunos problemas logísticos durante los pasados confinamientos.
Según el informe de Crédito y Caución sobre los sectores con mayor riesgo de insolvencia, advertimos que su situación puede mejorar o empeorar en los próximos meses en función de cómo se distribuyan los fondos agrícolas de la Unión Europea y del impacto de la actual presión sobre los márgenes por parte de los minoristas de alimentación.
- Alimentación
Te sorprenderá saber que este sector presenta un riesgo medio, ya que durante los confinamientos derivados de la pandemia del COVID-19, el sector de la alimentación se ha visto impulsado. No obstante, has de saber que su buen ritmo no afectó a todos los subsectores por igual. Y es que debemos tener en cuenta que hay que diferenciar, por un lado, aquellas empresas que han abastecido y abastecen a las tiendas de alimentación (cuyo volumen de negocio ha aumentado significativamente) y, por otro lado, las que suministraban las materias primas a restaurantes, bares y hoteles, que sufrieron una fuerte disminución en sus ventas.
- Automoción
Los autónomos del sector de la automoción, (en su mayoría dueños de concesionarios), se ven afectados directamente por los vaivenes de la producción de vehículos. En el primer semestre de 2020, las paradas temporales de la producción provocaron una importante disminución de los márgenes y beneficios tanto para los fabricantes como para los proveedores y los concesionarios. Aunque tanto la producción como las ventas aumentaron de nuevo en el segundo semestre de 2020, todavía no se ha producido un repunte significativo.
- Transporte
En lo que respecta al transporte y al almacenamiento de mercancías, estas empresas son las principales afectadas por los largos tiempos de espera a la hora de recibir la remuneración correspondiente por la prestación de sus servicios. Y es que una de cada dos empresas del sector se ven obligadas a prolongar los tiempos anteriormente pactados con sus clientes a la hora del cobro de estas actividades.
Generalmente estos incumplimientos de los plazos de cobro o impagos, vienen causados tanto por dificultades financieras como problemas administrativos de los propios clientes, e incluso por desacuerdos respecto al servicio prestado.
- Construcción y materiales
Este sector ha pasado por varias fases a lo largo de los meses de pandemia.
Antes de la crisis, los autónomos se enfrentaban a un aumento del riesgo de impago en la activa. No obstante, debido a la fuerte recesión inducida por la pandemia, las empresas se vieron afectadas por el aplazamiento de proyectos y la reducción del volumen de pedidos, sobre todo, en el segmento de las obras públicas. Es cierto que algunas licitaciones se reiniciaron en mayo de 2020, pero tan sólo hubo una recuperación parcial en el segundo semestre. Respecto al segmento de la construcción residencial, la demanda se vio afectada por el aumento del desempleo.
No obstante, durante los primeros meses de 2021, el rendimiento de la construcción ha mejorado, debido, en buena parte, a las inversiones que se realizarán a través de las ayudas del Fondo Europeo de Recuperación.
- Electrónica
Durante el año 2020, el sector de la electrónica y las TIC mostró un sólido comportamiento, ya que el cierre de negocios se vio parcialmente compensado por las ventas a través del comercio electrónico. Las ventas nacionales online aumentaron del 22% en 2019 al 33% en 2020. Se espera que el valor añadido del sector aumente más del 2% antes de que finalice el año, pero el aumento del desempleo sigue siendo riesgos a la baja.
- Impresión y papel
Los productores de papel y los negocios relacionados con la impresión se están viendo afectados por la digitalización y economía verde que se viene impulsando en la actualidad. No obstante, los productores de envases de cartón están sufriendo menos que otros segmentos, debido a la estabilidad de la demanda de los mismos en la industria de la alimentación y al aumento del comercio electrónico durante el confinamiento.
A pesar de esto, los autónomos y negocios de la actividad han sufrido en los últimos dos meses un aumento en los precios de la pasta de papel, lo que hace que aumenten las previsiones de morosidad e insolvencia de cara a 2022.
- Servicios
El sector servicios, una de las actividades económicas principales en nuestro país, se encuentra con un riesgo muy alto de insolvencia. Una situación que fue provocada por las medidas de confinamiento que se impusieron a la hostelería, restaurantes, bares, espectáculos, eventos culturales, agencias de viajes y operadores turísticos durante 2020 y 2021.
Además, el aumento de la llegada de turistas extranjeros en los próximos meses depende de cómo avance la pandemia y del despliegue de la vacunación y el levantamiento de las restricciones a la movilidad internacional. Por ello, se prevé que las insolvencias vuelvan a aumentar a principios de 2022.
- Comercio textil
Los productores de comercio textil, tanto mayoristas como minoristas, venían sufriendo una competencia feroz y unos márgenes de beneficio muy estrechos. Éstos se han visto incrementados por la pandemia y, como consecuencia, han aumentado los efectos negativos de los confinamientos y el descenso en el presupuesto de muchos consumidores. No obstante, era de esperar que muchas empresas invirtieran en canales de venta online en respuesta al descenso de las ventas en tiendas físicas durante estos dos últimos años. A pesar de ello, según el informe anteriormente mencionado, se prevé un aumento de la insolvencia y la morosidad a principios de 2022.
Conclusión sobre la situación de morosidad en las empresas españolas
Aunque es cierto que diferentes sectores pueden tener una mayor o menor incidencia de insolvencia, las empresas que sufren de morosidad suelen tener compartir características muy similares. Básicamente, son negocios que tienen o han tenido su actividad principal suspendida por varios meses y están con los trabajadores en ERTE. Al llevar demasiado tiempo en esta situación, cuando pretendan volver a operar, posiblemente habrán perdido su hueco en el mercado, lo que causará la pérdida de clientes y una difícil remontada en ventas.
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