Los impuestos progresivos y los impuestos regresivos se diferencian en función de si tienen en cuenta o no los ingresos del contribuyente. Pero, ¿conoces todos los detalles sobre qué es un impuesto regresivo? ¡Te lo contamos!
Antes de nada, es importante reseñar que esta diferencia se da en el caso de que no afectara a todos los contribuyentes por igual y se tuviera en cuenta los ingresos de cada persona para hacer el cálculo del porcentaje que le tocaría pagar en cada caso o en cada impuesto concreto.
¿Qué son los impuestos progresivos?
Un impuesto es progresivo si cuanto más se declara, mayor es la cuota impositiva.
Consiste en establecer a mayor nivel de renta un mayor porcentaje de impuestos a pagar sobre la base imponible. El tipo de gravamen aumentará cuanto mayor sea la capacidad económica del obligado tributario.
Ejemplo de impuesto progresivo
El ejemplo de impuesto progresivo por excelencia es el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. También hay otros impuestos progresivos como el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el Impuesto sobre el Patrimonio.
Si el que declara 1 € tiene una cuota impositiva es de un 1 % y el que declara 10 millones de euros tiene una cuota impositiva de un 20 %, estaremos ante un impuesto progresivo. Es el ejemplo del IRPF.
La declaración de la renta está estructurada de forma que las rentas más altas, pagan un porcentaje mayor de impuestos. El tipo aplicable sí tendrá en cuenta los ingresos del contribuyente. Esto se hace a través de los tramos de IRPF, que son menores para quienes menos ganan.
IVA: un ejemplo claro de impuesto regresivo
El ejemplo de impuesto regresivo por excelencia es el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que es un porcentaje que grava el consumo.
Por ejemplo, una persona que gana al año 100.000 € y compra un coche por 20.000 € pagará un 21 % de IVA, que son 4.200 €. Esto es un 4.2 % de su salario.
En cambio, una persona que gana al año 30.000 € y compra el mismo coche por 20.000 € al 21 % de IVA, también pagará 4.200 €, pero esto le supondrá un 14 % de su renta anual.
¿Qué son los impuestos progresivos y regresivos?
Mientras que los impuestos progresivos consisten en establecer a mayor nivel de renta un mayor porcentaje de impuestos a pagar sobre la base imponible y el tipo de gravamen aumentará cuanto mayor sea la capacidad económica del contribuyente, los impuestos regresivos son todo lo contrario. En estos últimos, el tipo impositivo no variará según quien compre o adquiera un bien o servicio.
Consecuencias para el contribuyente
Los impuestos regresivos representan una mayor carga para los individuos que están en un estatus socioeconómico más bajo, pues pagan el mismo impuesto que los más posicionados.
Por el contrario, los impuestos progresivos, el principal objetivo que persiguen es conseguir un mejor reparto de la riqueza.
Distribución de la riqueza
La distribución de la riqueza compara los activos que poseen los miembros más ricos y pobres de la sociedad, mientras que la distribución del ingreso compara solo cuánto dinero gana cada grupo por año.
Las políticas orientadas a redistribuir la riqueza pueden intentar incrementar la riqueza de la clase más desfavorecida o disminuir la desigualdad. Estas políticas pueden incluir la adopción de sistemas económicos nacionales.
La finalidad de los impuestos progresivos es lograr una mejor distribución de la renta y reparto de riqueza, sin embargo, también poseen inconvenientes para la sociedad, como por ejemplo centrarse más en las familias que en los propios individuos. También, podrían provocar desmotivación sobre los incentivos al trabajo, ya que estos podrían derivar en el pago de impuestos más elevados.
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