El día 20 de febrero es el Día Mundial de la Justicia Social, dicho día lo eligió en 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas. Para este organismo, la búsqueda de justicia social es una misión global que promueve el desarrollo y la dignidad humana. Sus esfuerzos se centran en la consecución de resultados equitativos a través de herramientas como el empleo, la protección social, el diálogo social, y los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
En mi opinión, como profesional del ámbito de los recursos humanos, las nuevas tecnologías y tendencias en la dirección de personas están contribuyendo de una forma muy positiva a conseguir esta justicia social. El destierro que se está produciendo de las viejas prácticas en los, antiguamente denominados, departamentos de personal están dando paso a nuevos entornos donde el aprendizaje, desarrollo y felicidad del trabajador son la base primordial en la que trabajan los profesionales de este ámbito. Y aunque el término no deje de ser repetitivo, es el desarrollo del talento el que ha provocado que los responsables de las organizaciones primen la innovación y creatividad en los medios de producción como arma de subsistencia empresarial.
No obstante, tal y como aseveraba uno de los grandes filósofos latinoamericanos, Alejandro Korn, “la justicia social solo puede definirse a partir del hecho concreto de la injusticia social”. Es decir, si todavía se da importancia a esta fecha en el calendario y se trabaja en su consecución es porque, precisamente, esta no existe de una forma homogénea y globalizada, sino que los mismos desequilibrios que se producen en muchos ámbitos a nivel mundial son la causa y consecuencia de esta injusticia social imperante si tomamos como medida los entornos globales.
Si profundizamos más en los motivos por los que se celebra este día y en las metas que se pretenden alcanzar con la concienciación de las personas, podemos ver la aparición de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que, como organismo especializado dentro del aparato de la ONU, se centra en “erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso a bienestar social y la justicia social para todos”.
Si nos centramos en nuestro país, podemos considerar que el entorno legislativo laboral (dejando al margen vaivenes de las reformas laborales dependiendo del gobierno) es muy competente, teniendo una cobertura social alta y unas prestaciones y protección del trabajador adecuada. Si bien tenemos mucho margen de mejora en función de los países con los que nos comparemos, no podemos dejar de concienciarnos acerca de injustas situaciones que hoy día siguen dándose en gran cantidad de zonas en vías de desarrollo, situaciones tales como explotación laboral infantil, seguridad en el trabajo inexistente o ,incluso, esclavitud de personas en países con regímenes dictatoriales.
Por tanto, el día de la justicia social debe ser un día de reflexión acerca de la difícil situación actual y de cómo podemos influir de manera positiva en que estos hechos tan injustos vayan erradicándose.
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