Imagina que un día te levantas y circula un vídeo tuyo por las redes sociales que no te deja en un buen lugar. Sin embargo, tú nunca has protagonizado ese vídeo, ni tan siquiera se te ha pasado por la cabeza. Tras analizar, te das cuenta de que han usado la Inteligencia Artificial para poner tu cara en un vídeo. ¿Y ahora, qué pasa?
Esta corriente afecta sobre a personalidades relevantes y famosos, ya que pueden poner su cara en cualquier tipo de vídeo que les deje mal parados. Con la instantaneidad que rodea a las redes sociales, estos vídeos se difunden como la pólvora, inundando el perfil de dicha celebridad con menciones y comentarios desagradables. Como el vídeo parece tan real, resulta muy difícil detectar que es falso.
¿Pero en qué consisten las deepfakes?
Para entender bien en qué consisten las deepfakes, debemos comentar qué es el Deep Learning. Esta disciplina se traduce como aprendizaje profundo, una de las corrientes de la Inteligencia Artificial. ¿Qué es lo que pasa? Que muchas personas se aprovechan de esta corriente para crear contenido falso con el que dañar la imagen de la persona.
Básicamente, se trata de un software que analiza un vídeo en profundidad para extraer partes de él como pueden ser la cara de una persona y su voz. Lo peor de estos vídeos es que es tremendamente complicado detectar que son vídeos falsos e irreales. ¿Y por qué la gente normal nos estamos salvando? Porque esta tecnología Deep Learning necesita de un gran volumen de datos, por lo que resulta más fácil hacerlo con personas reales.
Las deepfakes, o estos vídeos falsos, pueden llegar a superponer un vídeo con un audio para simular que una persona está diciendo algo que no ha dicho. Ya no solo es que cambien tu cara, sino que pueden coger un vídeo tuyo e introducir un mensaje nuevo. Además, no se va a notar porque esta Inteligencia Artificial va a modificar el movimiento de tus labios para que no se note que es un auténtico montaje.
¿Existe alguna manera de detectar las deepfakes?
Aunque la tecnología hace que estos vídeos cada vez sean más sutiles y difíciles de detectar, existen ciertos aspectos que podemos vigilar para lograr ver que un vídeo es una deepfake. A continuación, os presentamos una serie de técnicas para comprobar la veracidad de un vídeo:
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El parpadeo: los seres humanos suelen parpadear una vez cada 2 u 8 segundos. Sin embargo, si te fijas en las deepfakes verás cómo parpadea menos veces que una persona de carne y hueso.
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El cuello: si te fijas en los vídeos falsos, cuidan detalles como los labios, los ojos, pero descuidan elementos como el cuello. La nuez no sube y baja y se mantiene inmóvil.
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Las deepfakes suelen ser vídeos cortos.
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Hay veces en los que falla la sincronización entre el sonido y el movimiento de los labios.
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Pueden existir discrepancias entre el fondo del vídeo y los movimientos de las personas.
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Puede haber un ligero desenfoque en el interior de la boca.
Ten cuidado sin te encuentras estas situaciones…
A través de deepfakes nos hemos encontrado con vídeos sorprendentes del expresidente de los EEUU, Barack Obama, o del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. En ambas ocasiones, ellos se encontraban dando un discurso y mandando un mensaje que no tenía nada que ver con la realidad.
En una menor escala, debes tener en cuenta de que a través de esta tecnología se pueden poner en contacto contigo y hacerse pasar por tu jefe. De esta manera, te extorsionarán y te pedirán dinero. Y claro, si tú jefe te pide que le ayudes de forma económica, es normal que accedas al ser una cara conocida. De igual manera, este “supuesto” jefe puede pedirte datos de la empresa para acceder a ella y cometer un delito.
Otros de las estafas que se pueden llevar a cabo es la colocación de tu rostro en un vídeo para adultos. Después de esto, te lo mandarán y te amenazarán con difundirlo. Por mucho que seas consciente de que tú no lo has hecho, te va a parecer tan real que el miedo te va a inundar como si lo fuese.
La luz dentro del mundo deepfake
Como cualquier corriente de la Inteligencia Artificial, las deepfakes también pueden usarse para un buen fin o con una buena intención. Por ejemplo, en el anuncio de Cruzcampo “Por el acento” se superpuso la cara de Lola Flores en un vídeo de otra persona. De esta manera, parecía que la artista había emitido dicho discurso, ya que se reprodujeron sus gestos y su voz.
Otro ejemplo lo tenemos en el museo Dalí de Florida. Allí nos podemos encontrar con una deepfake del pintor, que nos presenta sus obras y hasta se toma selfies con los visitantes. Incluso en la medicina esta tecnología se está implementando con el objetivo de detectar posibles tumores. Y es que toda herramienta es positiva si tus intenciones son buenas y te alejas de los posibles delitos.
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