En la enseñanza de lenguas existen multitud de herramientas que ayudan a los profesores a realizar su tarea, por ejemplo los tipos de lectura, tan solo debemos conocerlas y aprender a escoger las más adecuadas para cada situación y actividad que queramos realizar en el aula.
La lectura siempre es un aspecto poco motivador para los alumnos, muchos suelen desmotivarse al enfrentarse a un texto en español, nuestra tarea como profesores es identificar los tipos de lectura más adecuados para animar a los alumnos y ser capaces de desarrollar ciertas habilidades como la comprensión escrita.
A continuación veremos diferentes tipos de lectura para poder escoger el más adecuado para cada nivel y objetivo concreto que tengamos.
Lectura extensiva
Los alumnos deben tener los conocimientos suficientes para poder leer el texto de forma independiente, por eso es muy importante escoger el texto adecuado para cada nivel. La lectura extensiva consiste en leer un texto completo con el objetivo de comprender el sentido general del mismo, lo más importante es captar el contenido general sin acudir a la ayuda de agentes externos, como consultar un diccionario o preguntar al profesor.
A través de la lectura extensiva, conseguiremos que los alumnos desarrollen un hábito de lectura ya que favorece el aprendizaje de vocabulario y estructuras sintácticas, también adquirirán conocimientos socioculturales. Los alumnos se centran en entender el sentido general del texto, sin la presión de tener que identificar datos concretos o responder a preguntas elaboradas. También suele llamarse, lectura superficial.
Lectura intensiva
Este tipo de lectura consiste en prestar atención al significado de las palabras y su contexto. Para realizar una lectura intensiva es necesario trabajar con textos breves de cierta dificultad con el objetivo de aprender estructuras, adquirir técnicas de comprensión lectora y conocimientos socioculturales específicos. Cuando los alumnos hacen una lectura intensiva deben entender el contenido del texto, al contrario que la lectura extensiva, ya que deben prestar atención a los datos más importantes e interpretar lo que leen, no basta con entender el sentido general del mismo. También es necesario que presten atención a las palabras que no entienden y averigüen su significado, pues no basta con entender el contexto de las mismas.
Tras la lectura intensiva, los alumnos deben ser capaces de responder preguntas sobre aspectos muy concretos, elegir entre varias opciones, ordenar una secuencia correctamente, etc. De ahí que la lectura intensiva sea más detallada que la extensiva, porque sus objetivos son diferentes.
Cuando los alumnos han realizado una lectura intensiva del texto y han leído las preguntas o actividades relacionadas con el mismo, realizarán una lectura selectiva o “de búsqueda” con el único objetivo de buscar la información necesaria para responder a dichas actividades.
En el aula podemos trabajar con cualquiera de los diferentes tipos de lectura anteriores, tan sólo debemos escoger un último detalle, si queremos que realicen una lectura oral o silenciosa. La lectura oral o en voz alta ayuda a mejorar la expresión oral a la vez que trabajamos la comprensión lectora, mientras que la lectura silenciosa favorecerá la concentración, facilitando la comprensión de los aspectos más complejos de un texto. Normalmente, la lectura silenciosa se relaciona a la lectura intensiva por su compeljidad.
Como profesores debemos conocer estos tipos de lectura, saber aplicarlos en el aula y elaborar nuestras propias estrategias, para así ayudar a los alumnos a introducirse en la lectura. También es importante empezar a crear materiales y actividades propias para usar en el aula de ELE.
Comentarios
Me apetece mucho su colaboración sobre lectura, comprensión e interpretación…Las usaré.
Saludos, profesora Elisabet.
De acuerdo con su mensaje.
Cabe notar que la lectura en sus
inicios es un proceso de afianzamiento del aprendizaje en más de una dirección.
Para los extranjeros, aprender a
leer es aprender la correcta relación sonido-grafía, que lo llevará a
poder leer y escribir en la lengua extranjera seleccionada.
Si puede hablar, pero no escribir,
es analfabeto.
Creo que se debe resaltar la
caligrafía tradicional, pero ahora con sonido, donde el estudiante lee primero,
practica la escritura y lee al final, para «cazar» el sonido correcto
con la grafía adecuada.
La técnica del “kareoke” que usamos
en las fiestas es ideal para lograr esta correspondencia en tiempo real. El
sonido cambia de color cuando es pronunciado.
Aquí se unen y entran en acción mancomunada la observación,
la visión, escuchar e imitar el patrón de la voz del nativo, si este fuera el
modelo.
Hay mucho por hacer para seguir
mejorando cómo se enseña la escritura en los primeros años de vida.
Muchas gracias por su artículo.