Ya sabemos que el francés es una lengua con un extenso recorrido histórico, pero también físico. A lo largo del tiempo ha ido expandiéndose a medida que lo hacia su Imperio, llegando a casi todos los rincones del globo. Y no se trata de una simple expresión ya que es del único idioma, junto al inglés, que se habla en los cinco continentes. Veamos la historia de los países de habla francesa.
Los orígenes del francés
Junto a otras muchas lenguas, entre ellas el español, el francés forma parte del grupo de las lenguas romances provenientes del latín. A medida que el Imperio Romano se expandía su lengua llegaba a los nuevos territorios anexionados, y en los territorios de la Galia conquistados por los ejércitos de Julio César se extendió hacia el siglo I a.C. una versión del latín más popular que usaban las propias tropas.
Más adelante, con la invasión de las tribus germánicas, los francos se instalaron en el mismo territorio. Lejos de imponer su propia lengua, estos pueblos bárbaros adoptaban aquella hablada en lugar de la conquista, ejerciendo sin embargo una inevitable influencia que provocaría la evolución de ese latín al francés antiguo o romance y que a su vez derivaría en el francés actual.
Canadá y el nacimiento de Nueva Francia
Cuando en 1603 el explorador Samuel de Champlain aterrizó en el continente americano, fundó lo que serían las primeras colonias europeas en América del Norte, entre ellas la ciudad de Quebec. Así nació Nueva Francia. Tras varias guerras territoriales contra los británicos hasta que aprobaron el Acta de Quebec, en el que se definió la extensión de las colonias francesa y se restableció en ellas la lengua, junto a la religión católica y el sistema de derecho francés.
Con la independencia de Estados Unidos, muchos angloparlantes emigraron a Canadá. Para afrontar esta situación se configuró una división territorial: el norte de Canadá sería de habla inglesa mientras que Canadá Inferior sería francófona. El paso del tiempo hizo de Canadá el país que a día de hoy conocemos, que abraza la multiculturalidad y es oficialmente bilingüe desde 1969.
África, el nuevo epicentro francófono
Desde los tiempos de Carlomagno, el francés ha seguido dominando fronteras durante siglos alejándose paulatinamente de su lugar de nacimiento. En la actualidad, ni más ni menos que el 59% de los hablantes francófonos viven en el continente africano. Esto se debe a que gran parte de este territorio estuvo constituido por colonias francesas entre los siglos XVI y XX.
Con el fin de la II Guerra Mundial, los países donde también se hablaba árabe unieron fuerzas para elevarlo a la categoría de lengua principal. No obstante, esto no fue posible debido a que la población contaba con una mayor competencia en francés y a la gran variedad dialectal existente en el árabe, lo que dificultaba la estandarización de la lengua en todos estos territorios.
Según las estimaciones de la Organización Internacional de la Francofonía, en 2050 la población francoparlante africana constituirá el 85% del total de hablantes. No es de extrañar que el presidente francés Macron haya señalado a África como el epicentro de la lengua francesa.
El idioma de la diplomacia
No hace falta alejarse tanto del país galo para descubrir que el fenómeno francófono se sigue perpetuando a través de las instituciones: el francés también es lengua oficial de la diplomacia internacional y de varios organismos internacionales de gran escala como la Organización de las Naciones Unidas o la Unión Europea. De hecho, se trata del segundo idioma más empleado en diplomacia, solo detrás del inglés.
No es de extrañar, dado que muchos de estos organismos tienen su sede en países de habla francesa, aunque en otros casos se debe a que se estableció como lengua oficial cuando el francés gozaba del estatus de lengua vehicular o, como ya fue etiquetada siglos antes, lengua franca.
Tampoco es la primera vez que el francés goza de tal popularidad. Históricamente ha sido una lengua común en las cortes europeas empleada durante siglos por países no francófonos para asuntos diplomáticos y también personales, introduciéndose incluso en la correspondencia privada de la nobleza rusa o alemana.
Conocer la historia de los países de habla francesa es comprender la repercusión y la influencia que ha ejercido la cultura francesa en las distintas partes del mundo. En el último siglo, especialmente a raíz de la II Guerra Mundial, Francia se ha desprendido de su espíritu imperialista, pero su idioma sigue viajando y conquistando a todo aquel que se decanta por conocer la lengua de Moliére.