El uso de sinónimos en una lengua extranjera es uno de los aspectos que determinan el nivel que tenemos sobre la misma. ¿Por qué son importantes los sinónimos? Porque muestran la habilidad que tenemos para utilizar diferentes vocablos en situaciones y contextos distintos.
¿Qué es un sinónimo y para qué sirve?
Los sinónimos son palabras que tienen un significado similar o idéntico a otras palabras en un idioma determinado. Aunque realmente no hay dos palabras con un significado, estilística y connotación idénticos, sí hay palabras cuyos significados pueden solaparse en gran medida. Así pues, distinguimos dos tipos de sinónimos:
- Sinonimia total: el significado de las palabras coinciden totalmente. Es el caso de las palabras felicidad y alegría.
- Sinonimia parcial: las palabras no encajan de forma completa semánticamente, pero si contienen alguna acepción en común. Un ejemplo de sinonimia parcial serían las palabras casa y hogar. La primera hace más referencia a un edificio o lugar físico, mientras que hogar contiene connotaciones emocionales muy distintivas.
Los sinónimos sirven para enriquecer el lenguaje, evitar la repetición de una misma palabra en un texto, brindar variedad y matizar el sentido de un texto. También son útiles para ampliar el vocabulario de un idioma y para evitar malentendidos o confusiones en la comunicación.
Un concepto = muchas palabras
Cada idioma atribuye varias palabras a un mismo concepto y es el propio locutor, quien en una situación comunicativa determinada, según sus intenciones y sus competencias léxicas, entre distintas opciones, escoge la más adecuada. Para ello se puede tener en cuenta distintas condiciones:
a) Diastráticas (entre las que distinguimos cultos, populares, vulgares)
b) Diafásicas, según la intencionalidad y la actitud afectiva y volitiva del emisor, eufemísticos, despectivos, festivos, hipocorísticos, etc.
c) Según la situación comunicativa, formales o informales, coloquiales
d) Según el patrón de género, generales o estándar frente a especializados, ya sean literarios, burocráticos, científicos.
A dichas condiciones deberíamos añadir la variante diacrónica, por la cual los sinónimos se convierten en usuales o inusuales o, por el contrario, se trata de neologismos. Son “usuales” los sinónimos que, independientemente de su tiempo original de incorporación al léxico de la lengua, mantienen su vitalidad en el uso de cualquier región del país.
Por qué son importante los sinónimos en al aprendizaje de idiomas extranjeros
En el aprendizaje de lenguas extranjeras es necesario adquirir distintas competencias lingüísticas que afectan a dichos aspectos. Entre ellas podemos destacar la competencia transversal que hace referencia a la forma de las palabras (fonética, fonológica, ortográfica, ortoépica, morfológica), a su función sintáctica (categoría y función), a su significado real o figurado (semántica), así como a su variación (sociolingüística) y a su valor intencional y comunicativo (pragmática).
Pero… ¿Cómo es recomendable aprender este tipo de sinónimos? ¿De manera inductiva o deductiva?
Pues bien, existen diferentes contradicciones sobre cuál es la mejor forma de enseñar o de aprender los sinónimos. Tal y como se comenta en la Revista de la Universidad de Nebrija
¿Cómo aprender sinónimos?
Hay expertos que sostienen que la enseñanza de vocabulario desconocido a través de la memorización y la correlación de distintos conceptos facilita la comprensión y proporciona una práctica inmediata que refuerza el aprendizaje. Sin embargo, hay otros que sostiene que la mejor forma es a través de contextos y distintas situaciones comunicativas. Los sinónimos pueden deducirse a través de distintas estrategias de asociación de imágenes o de personalización que ayuden a recordar el léxico, a recordar expresiones que integren el vocabulario nuevo para aprender su uso y a relacionar palabras del mismo campo semántico, etc.
Se recomienda que el alumno tenga en cuenta frases o párrafos en el que se encuentra las palabras desconocidas, para fijarse en la información extralingüística y a activar los conocimientos previos cuando intenta deducir el significado de una palabra.
Sin embargo, también debemos de mencionar que existen algunos investigadores que no recomiendan el aprendizaje de sinónimos en lenguas extranjeras sobre todo en niveles elementares, puesto que enseñar distintas palabras para denominar un mismo concepto puede ser contraproducente aumentando la dificultad de aprender un idioma.
Como conclusión, podemos decir que, en contraposición a la teoría defendida en el párrafo anterior, creo que el aprendizaje de nuevos conceptos no dificulta la adquisición de la lengua extranjera. Al contrario, facilita el acceso a nuevos términos, favorece la relación entre conceptos ya adquiridos, aumenta los conocimientos dentro de una misma familia léxica y permite adecuarte a distintas circunstancias y registros correctamente.