Es evidente que vivimos en una sociedad del consumo descontrolada con un modelo económico y productivo que nos ha llevado a un estado crítico del planeta. Por todo ello surge la necesidad de una transición energética.
¿Qué es la transición energética?
Según la nueva ley de cambio climático y transición energética podemos definir Transición energética como el paso a un sistema energético sostenible. Lo vamos a conseguir mediante las energías renovables, eficiencia energética, uso eficiente de recursos naturales, economía circular, movilidad sostenible, la descentralización de la energía y el estímulo a la producción local.
Marco de actuación para la nueva política energética
La política energética de la Unión Europea es el contexto donde se van a definir los objetivos. La política de clima y energía adoptada por el Consejo Europeo en 2014 y revisada en 2018 fija los objetivos para 2030:
- La reducción de, al menos, un 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a niveles de 1990.
- El incremento del 32 % de la cuota de las energías renovables.
- La mejora de la eficiencia energética de un 32,5 %.
- La interconexión de al menos el 15 % de los sistemas eléctricos de la Unión.
Cada país miembro acuerda sus compromisos de reducción de emisiones que no son vinculantes. España propuso una reducción de un 20% a 2030.
Los Estados miembros establecerán planes nacionales integrados de energía y clima (PNEC) 2021-2030. Desarrollarán estrategias nacionales para cumplir el Acuerdo de París y lograr la transición energética.
La UE marca otros retos en cuanto a un Mercado interior de la energía, Directivas de Eficiencia energética y Energías Renovables, la descarbonización, la seguridad energética, y en investigación, innovación y competitividad.
El papel de España en la transición energética
La transición energética es imprescindible para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, garantizado con la nueva ley del cambio climático y transición energética. Esta ley hará más fácil la descarbonización con el uso racional de recursos. Hará hincapié en la adaptación a los impactos del cambio climático y en un modelo de desarrollo sostenible.
Estos objetivos se van a materializar mediante los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima y la Estrategia de descarbonización a 2050.
Objetivos en diferentes ámbitos
Desde la UE se definen los objetivos que deberán conseguir España, las Comunidades Autónomas y las Entidades locales a través de estrategias y planes. En España, el PNIEC 2021-2030, define los siguientes objetivos para lograr la transición energética.
- Reducción de emisiones de gases efecto invernadero un 20% menores que en 1990 en 2030 y 100% neutralidad de carbono en 2050.
- La penetración de las energías de origen renovable debe alcanzar el 35% del consumo energético final en 2030. El 100% de toda la generación del sistema eléctrico nacional será con fuentes de origen renovable en 2050.
- El 70% de la generación de energía eléctrica será con fuentes de origen renovables en 2030.
- Mejorar la eficiencia energética reduciendo el consumo de energía primaria al menos el 35% con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria, en 2030.
A veces hay dificultades técnicas y económicas que requieren una conversión previa en energía eléctrica. El sector eléctrico será una pieza clave en la descarbonización.
La actuación de las comunidades autónomas
Algunas comunidades autónomas ya están en marcha para cumplir los objetivos, pero tanta heterogeneidad en sus medidas es ineficaz.
Aragón y Comunidad Valenciana se han comprometido a aumentar la cuota de renovables en más de un 30%. Navarra a una reducción de emisiones de un 45% para 2030. Se le suman País Vasco, Baleares y Cataluña. Castilla-La Mancha y Cantabria simplemente dan su apoyo a los compromisos nacionales. Andalucía, Cataluña, y Baleares, cuentan con normativa, pero sin avances significativos. Castilla y León, la Comunidad de Madrid y la de Extremadura, tienen programas y estrategias desfasados. Y en otras comunidades no han realizado ningún plan.
Esperamos que la coordinación entre todas mejore a partir del 31 de diciembre de 2021. Por la nueva ley del cambio climático y transición energética deberán informar en la Comisión de Coordinación de Políticas de Cambio Climático de sus planes de energía y clima en vigor.
Las entidades locales y los ciudadanos
Las medidas que deberán tomar las entidades locales vienen marcadas por el PNIEC, la declaración del Gobierno ante la emergencia climática, y el Pacto Verde Europeo.
Destacan las medidas sobre eficiencia en el sector residencial, edificios y servicios. El fomento de la movilidad sostenible y establecer zonas de bajas emisiones en municipios de más de 50.000 habitantes. La Economía limpia y circular. La Movilidad sostenible e inteligente y el diseño de un sistema alimentario saludable y respetuoso con el medio ambiente.
Desde 2005 la Federación Española de Municipios y Provincias cuenta con la Red Española de Ciudades por el Clima, para una lucha conjunta contra el cambio climático. Es el instrumento de los Gobiernos locales para trasponer a escala local los objetivos nacionales.
Para lograr avanzar en la transición energética, los ciudadanos deben presionar a las administraciones públicas. Los ciudadanos ya no somos elementos pasivos del sistema debemos ejercer nuestro papel para alcanzar los objetivos. Además, es necesario un cambio de hábitos en la población que implica el abandono del consumo desmedido.
Las medidas a adoptar por las Administraciones locales empiezan por definir unos objetivos y crear planes de actuación dotados de presupuesto.
Los servicios municipales deben asesorar, realizar Auditorías energéticas, e impulsar la educación ambiental de los ciudadanos.
Iniciativas de las entidades locales en la transición energética
Entre las iniciativas a adoptar para que la ciudadanía pueda avanzar en la transición energética podemos citar:
Movilidad y transporte: Favorecer al vehículo eléctrico, el uso del transporte público, peatonalización de zonas y priorizar los VMP, reducción de velocidad.
Energía y Edificación: Planes para la rehabilitación y adecuación de viviendas. Consumo de energía eléctrica renovable en las instalaciones públicas, sistemas de autoconsumo.
Gestión forestal: actuaciones de regeneración de ecosistemas como la dehesa, reforestación para generar sumideros de carbono, labores silvícolas para prevenir incendios forestales.
Agricultura: rotación de cultivos e introducción de leguminosas, uso de fertilizantes orgánicos, modernización de instalaciones y maquinaria.
Ganadería: gestión de purines, mejorar prácticas de cría y de la productividad, mejorar el manejo de pastos.
Residuos: implementar el modelo de economía circular. Reducción de residuos, fomento del reciclado, recogida selectiva, establecer puntos limpios.
Todos los objetivos definidos son muy ambiciosos y solo se alcanzarán si todas las Administraciones Públicas y los ciudadanos se implican activamente en el proceso de la transición energética.
Categorizado en:
Gestión Integrada