Comentamos en un post anterior, que dentro de la Técnicas de Psicosociología Laboral, la de la Observación laboral es una de las más destacadas. Una vez se ha planificado la acción de observación de factores psicosociales en un determinado entorno de trabajo, el prevencionista puede elegir entre varias opciones para llevar el estudio a la práctica, en función de los siguientes criterios:
Según las características de la observación laboral
La observación puede ser natural o artificial. Una vez seleccionada de forma precisa, la situación que se va a observar, podemos encontrar que el propio acto de la observación, condicione que esta no se desarrolle con naturalidad. Cualquier sujeto al sentirse observado, y aunque sea de forma inconsciente puede llegar a alterar su forma normal de ejecutar el trabajo, esto por supuesto supondría un importante sesgo a la hora de procesar los datos. Una de las formas de evitar esto, paradójicamente, es manipular la situación introduciendo elementos artificiales, pero que sean tan habituales y parecidos a los que el sujeto de estudio está acostumbrado, que sean para él una situación natural.
Según la intervención del observador
Aquí la cuestión principal está en medir el impacto derivado de la presencia del observador y analizar que situaciones procesos han sido más sensibles ante dicha presencia. En cuanto al grado de participación del observador, hay dos tipos de situaciones:
Observación no participante
El observador en principio se limita a registrar aquello que observa sin intervenir. El problema radica en lo que hemos comentado antes, que su propia presencia puede influir en la conducta que observa. Para ello se puede recurrir a la observación encubierta o a la semi-encubierta (no se termina de dar toda la información acerca de qué o quién va a ser objeto de estudio), previo acuerdo y consentimiento de la dirección de la empresa, claro está.
Observación participante
El observador mantiene una relación abierta con los sujetos observados, pasando a ser una parte más del contexto de estudio. Este tipo de técnica tiene el riesgo de que la intervención directa del observador puede modificar notablemente la situación.
Dependiendo de la clase de conducta observada
Cuanto más exhaustiva sea una observación, más fiables serán los datos, pero es cierto que hay que acotar el terreno de estudio, porque si no, el volumen de datos obtenidos, desbordaría los límites del estudio. Para ello el observador, deberá centrarse en recoger los datos relativos a:
- Conductas motoras.
- Las conductas paralingüísticas.
- Conductas verbales.
Según los instrumentos de observación y registro de datos
Observación Sistemática
Se utiliza un esquema preestablecido, donde se recogen las conductas que se van a observar, los datos que hay que registrar, los indicadores, los sucesos o puntos a tener en cuenta, etc. Todo ello se recogerá en un documento de observación que se utilizará de guía de registro en el trabajo de campo.
Observación Asistemática
En este caso, el observador sólo recoge aquellos aspectos de la conducta que le parecen relevantes, no parte de un criterio de observación preestablecido. Puede ser una técnica útil, cuando no se puede recopilar muchos datos o información de la situación que se va a observar, pero tiene como desventaja que los datos obtenidos ni admiten un tratamiento estadístico, ni pueden ser comprobados por otros observadores.
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