¿Qué es la higiene industrial?
La higiene industrial es la técnica de prevención de riesgos laborales que se ocupa de la identificación, evaluación y control de los riesgos higiénicos, originados en el lugar de trabajo y que pueden poner en peligro la salud de los trabajadores a través del medio ambiente laboral.
También podemos considerarla como una técnica no médica de prevención de las enfermedades profesionales, mediante el control en el medio ambiente de trabajo de los contaminantes que las producen.
Existen definiciones muy variadas sobre la Higiene Industrial, pero casi todas ellas tienen en esencia la misma orientación y significado. El objetivo primordial es proteger y promover la salud y el bienestar de los trabajadores y del medio ambiente en general, a través de la adopción de una serie de medidas preventivas en el lugar de trabajo.
En gran parte de los procesos productivos laborales se producen modificaciones en el medio ambiente de trabajo, que dan como resultado una serie de agentes agresivos para la salud de los trabajadores. Estos agentes nocivos son los contaminantes.
La práctica de la higiene industrial sigue una serie de etapas:
Identificación de peligros para la salud
La identificación de riesgos es esencial en higiene industrial para planificar la evaluación y el control de riesgos, y establecer prioridades de acción. El diseño adecuado de medidas de control requiere la caracterización física de fuentes contaminantes y vías de propagación. Permite determinar los agentes presentes y sus efectos nocivos para la salud y el bienestar, por lo que requiere un conocimiento exhaustivo y estudio detallado de procesos y operaciones de trabajo, sustancias químicas, productos finales y posibles subproductos para determinar las condiciones de exposición.
Evaluación de peligros
La evaluación de higiene industrial se lleva a cabo para determinar la exposición de los trabajadores y establecer medidas de control efectivas. Esto incluye la evaluación de riesgos profesionales como contaminantes atmosféricos, agentes físicos y biológicos. Forma parte de un proceso más amplio que comienza cuando se identifica un agente peligroso en el ambiente laboral y concluye con su control para evitar daños. La evaluación de riesgos es importante para prevenir riesgos, pero no puede sustituir la implementación de medidas de control efectivas.
Evaluación de la exposición
El objetivo de la evaluación de exposición es determinar la magnitud, frecuencia y duración de la exposición de los trabajadores a un agente, para lo cual existen directrices nacionales e internacionales. Para evaluar la exposición a contaminantes atmosféricos, el procedimiento más común es evaluar la exposición a la inhalación, pero en casos donde existen otras vías de absorción, se debe evaluar la exposición total, para lo cual es útil el control biológico. La higiene industrial se ocupa de la evaluación de exposición en tres tipos de situaciones: estudios iniciales, control/vigilancia de seguimiento y evaluación para estudios epidemiológicos.
Seguimiento
En muchas situaciones, las evaluaciones de seguimiento son necesarias, especialmente cuando se van a instalar o mejorar las medidas de control o se esperan cambios en los procesos o materiales utilizados. Estas evaluaciones tienen una función importante de vigilancia para evaluar la validez y eficacia de los sistemas de control, así como para detectar posibles fallos. Además, pueden detectar cambios en los procesos o en las materias primas que puedan modificar la situación de exposición a agentes contaminantes.
Tipos de peligros por identificar en la higiene industrial
- Corrosivos: las sustancias químicas corrosivas destruyen los tejidos y pueden causar graves daños si entran en contacto con la piel.
- Irritación: los eczemas y la dermatitis son causas comunes de tener que manipular elementos que contienen sustancias químicas irritantes.
- Alérgenos que pueden causar estragos en el sistema respiratorio o en la dermis.
- Asfixia: las altas concentraciones de gases como el metano, el monóxido de carbono o el cianuro de hidrógeno pueden impedir la oxigenación normal.
- Cancerígenos: la higiene industrial debe proteger contra químicos como el benceno, el cloruro de vinilo o el polvo de la madera.
- Defectos congénitos: la exposición continuada a agentes químicos tóxicos pueden propiciar abortos espontáneos y conllevan un porcentaje más alto de defectos congénitos.
- Infecciones: aunque los agentes infecciosos estén especialmente presentes en entornos hospitalarios, no se debe descartar su prevención en la higiene industrial.
- Organismos viables: hongos, esporas y micotoxinas.
- Alérgenos biógenos: hongos, proteínas de origen animal, terpenos, ácaros y enzimas.
- Ruidos, vibraciones y radiaciones: los explicaremos un poco más adelante.
Los contaminantes en la higiene industrial
Un contaminante es una sustancia, una forma de energía o un ser vivo (o parte de él), presente en el medio laboral, que en concentración suficiente puede incorporarse al medio ambiente y de ahí afectar al organismo humano, provocando efectos negativos y/o lesivos para la salud. Es decir, dan lugar al denominado riesgo higiénico (la probabilidad de sufrir alteraciones en la salud por la acción de los contaminantes presentes en el medio ambiente durante la realización de un determinado trabajo).
Según se establece en la actual legislación -Real Decreto 486/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad en los lugares de trabajo-, la exposición a las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no debe suponer riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras. Por lo tanto, ante cualquier tipo de contaminante se deben adoptar las medidas preventivas y de control adecuadas.
Clases de contaminantes
Los contaminantes, en función de su naturaleza y origen, tal y como hemos visto en la anterior definición, pueden ser:
Contaminantes físicos
Cualquier forma de energía o derivados de esta que, estando presentes en el medio ambiente de trabajo, pueden provocar daños para la salud). Algunos de los contaminantes físicos más comunes en los puestos de trabajo son:
- Ruido: el más común de los contaminantes físicos, debido sobre todo a la mecanización de los procesos productivos. Regulado en España por el Real Decreto 286/2006. Puede llegar a provocar efectos auditivos, como los distintos tipos de hipoacusia (o sordera profesional) o efectos no auditivos, como diferentes trastornos fisiológicos y psicológicos.
- Vibraciones: fenómenos físicos oscilatorios periódicos respecto a un eje fijo que se repiten a intervalos de tiempo. Pueden ser de muy baja frecuencia (aviones, coches, barcos, etc.), de baja frecuencia (autobuses, carretillas elevadoras, tractores, etc.) o de alta frecuencia (martillos hidráulicos, lijadoras, pulidoras, motosierras, etc.). Los trastornos para la salud que provocan son vasculares, neurológicos y musculoesqueléticos.
- Temperatura. También puede considerarse un contaminante si afecta a los mecanismos de termorregulación del ser humano, tanto en el caso de las altas como de las bajas temperaturas. Dependiendo del caso puede provocar deshidratación, golpes de calor, hipotermia, agotamiento, trastornos emocionales, etc.
- Radiaciones (ionizantes y no ionizantes). Son ondas electromagnéticas, compuestas por campos eléctricos y magnéticos perpendiculares entre sí y perpendiculares a la dirección de propagación de la onda. Pueden ser ionizantes, es decir que pueden alterar y descomponer átomos y moléculas (radiaciones alfa, beta y gamma y rayos X); o no ionizantes, es decir, no pueden generan fenómenos de ionización, alteración de los átomos (radiaciones ultravioleta, infrarroja, luz visible, microondas o CEM).
Toda porción de materia inerte, en estado sólido, líquido o gaseoso, cuya presencia en la atmósfera de trabajo puede originar alteraciones en la salud de las personas expuestas. Se trata de agentes químicos o de sustancias y preparados).
Aquellos organismos con un determinado ciclo de vida, incluyendo los procesos de reproducción y crecimiento, que al penetrar en el organismo humano, determinan en él un efecto negativo para su salud, distinto en cada caso, según el agente causal. Pueden ser: bacterias, virus, hongos, parásitos o priones por ejemplo.
Por la amplitud del tema, en las próximas semanas analizaremos estos dos últimos tipos de contaminantes de forma monográfica.
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Comentarios
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