Thaumetopoea pityocampa o “procesionaria del pino” es como se le conoce normalmente a este lepidóptero, el cual se ha convertido en un problema cada vez mayor en zonas forestales y ajardinadas por los daños ocasionados al árbol hospedador. En su fase de oruga es conocida por las líneas que forma, ya que se mueven siguiendo un hilo de seda segregado por ellas mismas. Siendo también muy típicos los nidos que forma en los árboles, normalmente el pino (también cedros y abetos), donde se alimenta de los brotes frescos. Es normal que lleguen a convertirse en una plaga si aumenta demasiado su presencia y ya es considerada la plaga forestal más extendida.
¿Qué características tiene esta plaga?
Reciben su nombre debido al desplazamiento en grupo una detrás de otra.
La mariposa aparece en verano y realiza sus puestas a finales de éste. En cada una de ellas suele poner entre 120 y 300 huevos. Transcurridos 30-40 días, eclosionan las larvas dando lugar a la oruga. Llegado el frío forma las típicas bolsas de seda en las partes con más sol del árbol. Suelen salir de estas bolsas en busca de otros árboles de los que alimentarse durante el día y forman la conocida alineación en forma de procesión que le otorgan su nombre. Cuando las condiciones ambientales son favorables, éstas se dirigen al suelo donde se entierran y pasarán a su fase crisálida, donde, tras la transformación, pasará a mariposa.
¿Qué daños produce?
Por sí solas no suelen destruir el pino, pero la debilitación ocasionada puede ser tal, que favorece que otra plaga acabe por secar el árbol.
En estado de oruga, presenta unos pelos en su cuerpo que son urticantes, por lo que pueden ocasionar problemas y molestias por contacto en piel, ojos, mucosas y otras zonas del cuerpo. Hay que tener en cuenta la gravedad en cuanto a los animales que puedan tener contacto con ellas. Es muy común su ataque en perros, ya que éstos los encuentran en su afán de olisquearlo todo y le producen de inmediato hipersalivación, enrojecimiento e inflamación de la lengua que puede acabar en úlceras con pérdida parcial de la zona. Hinchazón de la cara y alergias pueden ser otros síntomas con daños importantes en los ojos.
¿Cuál es el tratamiento fitosanitario adecuado?
Para recomendar un tratamiento fitosanitario u otro, lo primero es establecer la fase larvaria en la que se encuentra la procesionaria del pino. Ya que si aplicamos un tratamiento adecuado, pero en una fase incorrecta, no será lo útil que debiera. El tratamiento en cuestión, suele ser una aplicación en el tronco a baja presión del insecticida adecuado sobre los vasos vasculares del árbol que serán los encargados de la circulación al resto de partes. Con éste, se evita fumigación y si la invasión no ha sido muy pronunciada, da muy buenos resultados.
Forman en los brotes jóvenes de pinos unas «bolsas» características.
Desde 2012 quedaron prohibidos los tratamientos masivos, según el RD de regulación de uso de productos fitosanitarios para su lucha y control, por lo que la alternativa podría ser la utilización de trampas que se cuelgan en las ramas del árbol y es atraído el insecto a ellas por feromonas sexuales y que actúan sobre las mariposas que ponen los huevos impidiendo su reproducción y también el uso o implantación de aves insectívoras que nos ayudan a su eliminación. Aunque, como es lógico, ésta última es muy difícil de controlar.
Si se consigue erradicar la plaga a tiempo, el árbol puede conseguir una regeneración de las partes perdidas y llegar a sanarse.
«Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos» – Rabindranath Tagore
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