Medidas de Ahorro Energético en la Calefacción del Hogar
Francisco Navarro
Que el precio de la electricidad para consumo doméstico no ha hecho sino subir en los últimos años y que previsiblemente seguirá haciéndolo en los siguientes, es algo que cualquier usuario que tenga que hacer frente de forma inexorable a la factura mensual o bimensual de su compañía eléctrica, sabe.
Que el coste de esa factura se dispara en los meses de invierno, también es algo conocido. La explicación es sencilla, la calefacción supone del 45 al 50 % del gasto en electricidad en los hogares españoles, en los meses de frío.
Independientemente de la adopción de medidas como la renovación de la instalación eléctrica o el cambio de compañía suministradora, podemos adoptar otras que reduzcan el importe de nuestra factura eléctrica a final de mes (hasta un 30 % en condiciones óptimas). De las medidas de ahorro, que se pueden adoptar directamente relacionadas con la calefacción en los hogares, estas serían las principales:
- Valorar la instalación de energías renovables: solar fotovoltaica, solar térmica, biomasa, eólica, etc. Requieren obviamente de una inversión inicial, pero a medio y largo plazo resultan rentables. Además, tanto el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético), como las Comunidades Autónomas y algunos ayuntamientos, tienen ayudas para subvencionar, al menos parte del coste de la inversión que tenga como objetivo mejorar el ahorro y la eficiencia energética en nuestros inmuebles.
- Ajustar la potencia eléctrica contratada: como podemos comprobar una buena parte del coste total de la factura eléctrica se debe a la potencia contratada. Es importante calcular la suma total de las potencias de todos los aparatos eléctricos que puedan usarse simultáneamente, y en base a este cálculo, valorar la reducción de la potencia contratada hasta el mínimo necesario. En este sentido compruebe también, el horario de mayor gasto energético en su hogar y valore el cambio a una tarifa de discriminación horaria.
- Adquirir electrodomésticos de clase A o superior: cuando llega el temido momento de la renovación de los electrodomésticos, (porque nada es para siempre y por si así fuera, la obsolescencia programada se encarga de que este axioma se cumpla a rajatabla), es mucho mejor invertir un poco más en un aparato energéticamente más eficiente, sobre todo en el caso de las bombas de calor/frío y de los frigoríficos. Se nota a corto y medio plazo. En este sentido es recomendable también sustituir los viejos radiadores eléctricos y los convectores de resistencia eléctrica, por las mencionadas bombas de calor de clase A.
- Mejorar el aislamiento de la vivienda: sobre todo en paredes exteriores y techos (si es una última planta o casa unifamiliar), también mediante la sustitución de las ventanas antiguas, por otras nuevas con marcos de PVC y con doble acristalamiento. Es otra medida que también supone una inversión inicial elevada, pero que se amortiza a medio y largo plazo. Otras medidas más económicas en este sentido, pueden ser el aislamiento y sellado de las cajas de las persianas (mediante láminas de corcho o de poliespán), o el sellado de las rendijas y contornos de puertas y ventanas, mediante tiras de caucho o espuma (también conocidos como burletes).
- Regulación de la temperatura interior: los niveles de confortabilidad se sitúan entre los 19º y 21 º C en invierno y entre los 24º y 26º C en verano, subir o bajar un grado la temperatura del termostato incrementa considerablemente el gasto energético. Por otra parte, en invierno, hay que aprovechar al máximo la luz del sol (que para eso vivimos en el país europeo con más horas de insolación al año). Tan sencillo como cerrar ventanas y subir persianas en las horas centrales del día.
- Si dispone de calefacción o agua caliente central: proponga a su comunidad de vecinos la instalación de contadores individuales, además de que será algo obligatorio a partir del 2016, hará que cada uno de los vecinos de la comunidad, sea consciente y responsable de lo que consume.
Estas son algunas de las medidas que podemos adoptar relacionadas con la calefacción de nuestros hogares, para reducir el coste de la temida factura eléctrica en invierno. Y recuerde, en materia de eficiencia energética no se gasta, se invierte y como en toda inversión en este campo, con un poco de paciencia y de visión a medio y largo plazo, el dinero invertido acaba por recuperarse.
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