En muchas ocasiones y con poca propiedad además, los medios de comunicación y el público en general, nos referimos a los
“golpes de calor” como una especie de sinónimo de lipotimia o sofoco o acaloramiento o agotamiento por calor. Pero la
hipertermia en su fase final, que coincide con el momento del “golpe de calor”,
es bastante más peligrosa que una simple lipotimia o desvanecimiento. La hipertermia, si no se trata de inmediato, y eso quiere decir en menos de dos horas, tiene una mortalidad cercana al 70 % en todos los casos.
La hipertermia, queda definida en la literatura médica, como el
aumento de la temperatura interna del cuerpo humano por encima de los 40° C, como consecuencia de una mayor producción de calor o de una reducción en la pérdida de él, sin que el hipotálamo produzca la termorregulación necesaria para equilibrar el balance térmico.
En
condiciones de normalidad, la temperatura interna del cuerpo humano se mantiene en torno a los 36,5° C o 37°C, mientras que nuestra piel está en torno a los 32°C o 33°C. Al entrar en contacto con la atmósfera, se produce un intercambio térmico entre nuestra piel y el aire, que crea a nuestro alrededor una
miniatmósfera de 2 o 3 milímetros de espesor, que sirve de aislante térmico. Si la temperatura del aire es menor a los 32°C, lógicamente perderemos calor y si está por encima de dicha temperatura lo ganaremos.
Para mantener el
equilibrio térmico que necesitamos, nuestro cuerpo está equipado con un buen número de mecanismos de termorregulación, que pueden servir
para perder calor, como la sudoración o la vasodilatación;
para conservar el calor, como la vasoconstricción, el intercambio de calor por contracorriente o la piloerección (la “piel de gallina” coloquialmente hablando); y también
para producir calor, como la termogénesis tiritante y la no tiritante.
El problema surge cuando o bien la temperatura del aire en el exterior es tan
extremadamente fría o tan extremadamente calurosa, que los mecanismos de termorregulación son ineficaces (hablamos entonces de hipotermia por frío o hipertermia por calor), o bien que alguna circunstancia o condicionante interno o externo a la persona, haga que los mecanismos de termorregulación no funcionen como es debido.
Dos causas básicas descritas como hipertermia:
- Forma Clásica: cuando la temperatura del aire es mayor a los 35°C durante un largo período de tiempo, afectando sobre todo a niños pequeños, personas mayores o personas con insuficiencias cardíacas o que utilicen de manera habitual fármacos diuréticos.
- Por Esfuerzo: cuando se realiza un esfuerzo físico considerable, mantenido en el tiempo, en un ambiente caluroso y húmedo y sin la reposición adecuada de líquidos y sales o sin el debido descanso.
La sintomatología se presenta como una escalada, que comienza con contracciones de los músculos abdominales y de las extremidades (es la fase de los
calambres por calor); después siguen el dolor y el mareo, las náuseas y el cansancio (es el momento del
agotamiento por calor), que puede continuar con vómitos, mialgia y cefalea. Si la escalada continua, es cuando aparece el “
golpe de calor”, la temperatura interna del cuerpo sube por encima de los fatídicos 40°C, los fosfolípidos de las membranas celulares se dañan, se produce la muerte celular, una reacción inflamatoria sistémica, la insuficiencia multiorgánica y si no se actúa con rapidez la muerte.
El "golpe de calor", puede presentarse de manera rápida y con síntomas muy débiles, pero
es implacable cuando aparece. Posiblemente su signo más evidente es, además de las taquicardias, el
enrojecimiento y subida de temperatura de la piel (al contrario que las lipotimias o debilitamientos por calor, donde la piel suele palidecer, estar fría y sudorosa).
En caso de que el golpe de calor aparezca, hay que actuar con mucha rapidez, siguiendo los siguientes pasos:
- Avisar inmediatamente a los servicios de urgencia 112.
- Trasladar al afectado a un lugar fresco y retirar el exceso de ropa.
- Iniciar el enfriamiento intensivo rociando con abundante agua tibia (que ayuda a evaporar en calor y además no produce vasoconstricción cutánea, que limitaría aún más la eliminación de calor) y crear movimiento de aire a su alrededor, con abanicos o algo similar y con ventiladores si es posible.
- En caso de necesidad mantener abiertas las vías respiratorias, hasta la llegada de los servicios de emergencia.
La mejor arma contra los golpes de calor,
es la prevención y aplicar el sentido común, es decir, limitar los esfuerzos físicos en ambientes extremadamente calurosos, (al respecto de los trabajos al aire libre, el Apéndice 4 de la Guía Técnica para la Evaluación y Prevención de los Riesgos Relativos a la Utilización de los Lugares de Trabajo, establece las fórmulas necesarias para saber en qué circunstancias se deben paralizar los trabajos al aire libre); hidratarse frecuentemente, preferiblemente con agua; usar ropa adecuada, ligera y holgada; buscar lugares frescos y sombreados; hacer comidas ligeras; prestar especial vigilancia a niños, ancianos y enfermos crónicos y por supuesto, nunca dejar a nadie en un vehículo estacionado, sobre todo si es integrante de uno de estos tres colectivos que acabamos de nombrar.
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Comentarios
Este articulo es de bastante interés puesto que las personas que trabajen expuesto al sol puede ayudarle para solventar estas situaciones. Debido a la temperatura corporal que asciende a unos niveles desorbitados y esto provoca que el cuerpo no pueda funcionar con total normalidad y esto puede conllevar a ser mortal
Muy interesante y practico.
Excelente la descripción de los síntomas, que muchas veces se nos puede pasar por alto, ya que el calor uno lo va sufriendo de a poco y muchas veces podemos no darnos cuenta del peligro. Además, en lo que a mí respecta, me aclaró algo muy importante como que no debemos intentar bajar la temperatura con agua fría sino tibia, el porqué es algo que no lo hubiera imaginado y probablemente, me hubiera equivocado. Muchas gracias