Las conocidas como "7 herramientas básicas para el control de la calidad", constituyen un conjunto de técnicas (6 estadísticas y una analítica), consideradas como claves, para la concepción actual de la calidad en los sistemas productivos. Fueron identificadas por Kaouro Ishikawa en los años 50 del siglo XX, como las más útiles de todas las existentes para la solución de los problemas relacionados con la gestión y el control de la calidad.
Antes de revisar estas 7 herramientas, vamos a ver brevemente su historia. En esta, se entremezclan la leyenda de Benkei (monje guerrero budista) y la difícil situación del Japón después de la II Guerra Mundial. Encontramos también nombres clave para el desarrollo del concepto moderno de la calidad, tales como los Doctores William Deming, el mencionado Kaoru Ishikawa o Shigeru Mizuno.
Las 7 armas de Saito Musashido Benkei
Una leyenda tradicional japonesa cuenta que a mediados del s. XII, un monje budista conocido como Benkei, abandonó el monasterio en donde vivía para convertirse en un Sohei (monje-guerrero). La misma leyenda dice que se instaló en un puente cerca de Kioto, en donde retaba a duelo a cada guerrero que pasaba. Tras ganar 999 combates, (según la tradición medía 2 metros de altura) perdió el número 1.000 frente a Minamoto no Yoshitsune. Este, que sí que fue un personaje histórico, era un general del clan Minamoto, además de estar considerado como uno de los mejores samuráis de todos los tiempos.
Benkei tras su derrota, entró al servicio de Yoshitsune y durante años lucharon juntos en la guerra Genpei. Tras ganar la guerra para su clan, se aliaron con el emperador frente a Yoritomo, el hermano mayor de Yoshitsune y fundador del primer shogunato del Japón, el Kamakura. Ambos se convirtieron en proscritos, hasta que finalmente en 1189 fueron cercados en el castillo de Koromogawa. Benkei, cubrió el acceso al castillo frente a los soldados enemigos, para dar tiempo a que su señor Yoshitsune pudiera suicidarse practicando el seppuku. Tras una muerte gloriosa para un samurái, Benkei entró en la leyenda convirtiéndose en un modelo para generaciones posteriores de japoneses.
Por cierto, según esta misma tradición, siete eran las armas que usaba Benkei. Además siete pasaron a ser las virtudes del guerrero, según el Bushido. Desde entonces el número siete ha tenido significado especial en la cultura japonesa.
William Deming, "las Rosies" y el Control Estadístico de la Calidad
En 1950 el Dr. William Edwards Deming, es enviado por los EE.UU. al Japón, que todavía se encontraba bajo su ocupación para realizar un censo. Una vez allí recibió una invitación por parte de la JUSE, (Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros), para impartir unos seminarios sobre control estadístico entre sus miembros. Deming, fue una pieza clave en la victoria de los EE.UU., en la II Guerra Mundial, aunque no es algo excesivamente conocido.
En los años anteriores a la guerra, Deming había desarrollado los estudios sobre control estadístico de la producción de Walter Shewart. Ya durante el conflicto, el Gobierno de los EE.UU. encargó a Deming la mejora de la calidad en las fábricas de armamento. La mano de obra masculina escaseaba y el grueso de los trabajados en la industria bélica habían pasado a ser desempeñados por mujeres. La gran mayoría de estas mujeres no tenían experiencia laboral previa en industria. Además, había una notable ausencia de estandarización de la producción o del control estadístico de la misma y la guerra requería eficacia, rapidez y bajo coste en la fabricación industrial norteamericana.
El éxito en la aplicación de los métodos de Deming y el esfuerzo de las “Rosies”, como se apodó a estas nuevas trabajadoras de la industria, fue absolutamente determinante para la victoria de su país en la guerra. Los nuevos métodos de organización, estandarización y control estadístico de la producción de la industria norteamericana durante la II Guerra Mundial, no solo ayudaron a ganar la guerra, sino que además sentaron las bases de la producción industrial contemporánea.
Deming visita Japón
Como ha ocurrido tantas veces en la Historia, los héroes anónimos ni son reconocidos ni recompensados como se merecen. Tras la guerra y tras la vuelta de los soldados, las “Rosies” fueron obligadas en masa a dejar sus trabajos especializados en la industria, para volver a dedicarse a ser amas de casa o a desempeñar trabajos no especializados. Deming por su parte volvió a su trabajo de profesor universitario y como asesor de la Oficina del Censo de los EE.UU. y los estudios sobre el control estadístico industrial decayeron en su país.
Es en este punto, en 1950, cuando Deming recibe la invitación de la JUSE. Fue en ese instante cuando se produjo uno de esos momentos que raramente se dan en la Historia y que cambian el rumbo de las Civilizaciones. Una simple decisión personal y unos aparentemente simples seminarios sobre estadística iniciaron lo que los japoneses denominan la “Tercera Revolución Industrial”. En Occidente consideramos que esta Tercera Revolución, llegó algo después con la científico-tecnológica que se inició en los años 70, pero los cambios de verdad se iniciaron en este preciso momento.
Deming revoluciona Japón
En el verano de 1950, a través de varios seminarios, Deming formó a cientos de ingenieros y estudiantes japoneses en los fundamentos básicos de la gestión de la calidad y en el SPC (control estadístico de los procesos). Además, sus conferencias fueron editadas e impresas en japonés y se popularizaron como auténticos manuales de gestión industrial.
Pero pese a la popularidad de la gestión de la calidad, esta no terminaba de despegar en la industria japonesa. La razón era que si bien los ingenieros, técnicos y mandos intermedios, si dominaban las herramientas estadísticas que esta actividad requería, los operarios de línea, las desconocían por completo.
La JUSE propone a los doctores Kaoru Ishikawa y Shigeru Mizuno, a que hagan una selección entre las decenas de herramientas estadísticas que se utilizaban en ese momento. Entre todas estas herramientas Ishikawa y Mizuno, seleccionaron siete. El número no fue casual, Ishikawa afirmó que la leyenda de Benkei y sus siete armas fue determinante para fijar esa cifra exacta.
Las siete herramientas básicas del control de la calidad
Ishikawa y Mizuno, definieron estas siete herramientas, como aquellas que todo japonés debía conocer para mejorar la competitividad de las empresas del país. Las herramientas seleccionadas fueron:
- Las hojas de verificación (checklist).
- El Diagrama de Pareto.
- El Diagrama de Dispersión.
- El Gráfico de Control
- El Muestreo Estratificado.
- Los Histogramas de Frecuencia.
- El Diagrama de Ishikawa o Diagrama Causa-Efecto.
Estas herramientas se convirtieron en la base de un nuevo estilo de vida, todos los japoneses, directivos y trabajadores de la industria, desde 1950 en adelante fueron formados en las mismas y las tenían presentes en su trabajo diario.
La reacción subsiguiente fue determinante para todo el mundo durante décadas. Frente a teorías económicas clásicas, basadas en el beneficio a corto plazo, los japoneses demostraron que perseguir la calidad sin descanso, tal y como proponía Deming, optimizaba los recursos y bajaba los costes.
El “milagro económico japonés”, definió la producción industrial mundial durante las décadas siguientes. En 1964 Japón se convirtió en la primera potencia industrial por delante de los EE.UU. Sus productos fueron el motor del aumento del comercio internacional durante los 70 repercutiendo en la competitividad global. Occidente se vio obligado a recuperar las olvidadas ideas de Deming y de su discípulo Malcolm Baldrige para retomar la iniciativa.
Esperamos que os haya gustado la historia sobre los orígenes de las siete herramientas. En un próximo post, las describiremos y las revisaremos desde un punto de vista técnico.
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Comentarios
Excelente artículo, muchas felicidades!
Excelente información.