En un artículo anterior tratábamos la Organización de Puestos de Trabajo, hoy profundizando en esa materia, ahondaremos en la ergonomía en el trabajo, concretamente en el diseño de puestos. Se considera diseño del puesto al desarrollo material de un determinado puesto de trabajo, es decir, el conjunto de actividades que se efectúan, entre la concepción de un puesto de trabajo y su materialización.
Desde el punto de vista de la ergonomía en el trabajo, el desarrollo del diseño físico del puesto de trabajo se basa en el principio de adecuar el espacio físico de trabajo a los requerimientos cinético-operacionales de las personas que los ocupan. O dicho de otra manera, acoplar o adaptar la tarea, al movimiento muscular y la forma de trabajo del operario que la desempeña. Para eso es imprescindible, conocer las características antropométricas y biomecánicas de las personas, así como las particularidades del espacio de trabajo en su aspecto físico, incluyendo equipos de trabajo, maquinaria, planos de trabajo, herramientas, señalización, etc.
Hay una serie de principios generales que hay que tener en cuenta en el diseño de la ergonomía en el trabajo, que constituyen además los pilares fundamentales en los que se basa esta técnica. Estos principios son el punto de partida de todo diseño, ayudando además a lograr un sistema de trabajo más seguro, confortable y productivo.
Principios del diseño para la ergonomía en el trabajo
El primer principio a tener en cuenta es el de la preeminencia del ser humano como la parte fundamental de cualquier proyecto y por tanto la obligación de mantener ese referente humano en todas las fases del proyecto, desde su concepción hasta la puesta en marcha. El cuerpo humano, con sus ventajas y con sus limitaciones, ha de ser la medida o el patrón fundamental del diseño del puesto de trabajo.
El segundo principio implica reconocer que existen una serie de limitaciones para cambiar determinados aspectos del ser humano. Para mejorar la ergonomía en el trabajo, el puesto debe adaptarse a la medida del hombre, mediante el correcto diseño, físico y no físico del mismo. Se deben considerar las dimensiones de los segmentos corporales del grupo de operarios que debe intervenir, considerando alcances, tiempos de reacción, esfuerzos, momentos, cadencias, etc. Pero hay que tener en cuenta y admitir, que en un gran número de ocasiones, las variables individuales son imprevisibles. A veces, el colectivo de trabajadores que pertenecen a una organización es el que hay y puede ser distinto de la población de usuarios para quien generalmente se diseña. También es cierto que el ser humano, tiene una gran ventaja al respecto. Como especie, tenemos una gran capacidad de adaptación y la posibilidad de transformar nuestros hábitos y conductas, siempre y cuando quiera el individuo y además se le enseñe cómo, por supuesto. Por tanto, esas limitaciones a las que hacemos referencia, pueden llegar a superarse mediante acciones formativas de entrenamiento y simulación de situaciones.
El tercer principio es preservar y promover la salud laboral del ser humano en su integridad. El Diseño del puesto de trabajo no solo se basa en una adaptación material del entorno de trabajo a la medida del hombre. Hay que tener en cuenta sus limitaciones: baja productividad, absentismo, desmotivación, accidentes, errores, etc, son indicadores de un mal funcionamiento del sistema, el cual no ha sido diseñado de acuerdo con principios ergonómicos.
Para profundizar en los aspectos claves de la Ergonomía y las disciplinas auxiliares en las que se apoya, aquí podrás informarte sobre Biomecánica o Fisiología entre otras.
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