En post anteriores vimos la definición y los principios de la Ergonomía y posteriormente nos iniciamos en las particularidades de la Ergonomía Ambiental. En la entrega de hoy veremos un tema clave relacionado con la Ergonomía: la Configuración de Puestos de Trabajo.
La Configuración de Puestos de Trabajo, es la técnica consistente en concebir o formar de manera teórica la idea de un determinado puesto de trabajo, teniendo en cuenta las características que debe tener ese puesto, en relación con las personas que lo van a ocupar y el tipo de tareas que van a realizar. En definitiva, se trata de proyectar la idea de un determinado puesto de trabajo y hacerlo realidad, teniendo en cuenta el perfil del operario.
Todo puesto de trabajo está pensado para realizar una serie de tareas, desde un punto de partida hasta alcanzar unos objetivos determinados. Desde este punto de vista, el ergónomo concibe mentalmente el puesto de trabajo, lo desarrolla teóricamente y posteriormente comienza a poner en práctica lo que ha concebido, que en definitiva se trata de un espacio de trabajo adecuado. Esto desde el punto de vista de la Prevención de Riesgos Laborales, quiere decir, que será aquél que garantice a las personas que lo ocupen, la realización de su trabajo con seguridad y confort, de forma que esfuerzo se minimice todo lo posible.
La concepción de un puesto de trabajo se apoya en tres puntos básicos:
- El conocimiento de la Ergonomía como disciplina ligada al ámbito laboral.
- Las necesidades tanto de producción como de calidad del producto final.
- La integración de la Ergonomía en la estructura de la organización.
Hay múltiples metodologías para configurar un puesto de trabajo, una de los más populares, sobre todo en entornos industriales, es el “Método del Perfil del Puesto». Los objetivos prioritarios que se fija son:
- Mejorar la seguridad y el entorno.
- Disminuir la carga de trabajo físico y mental.
- Reducir las molestias del trabajo repetitivo o en cadena.
- Crear una proporción creciente de puestos con un contenido de trabajo elevado.
En el Método del Perfil del Puesto, la configuración del puesto debe contemplar como mínimo los siguientes criterios:
- Altura y alejamiento de los planos de trabajo, (está en función de la altura respecto al suelo, de la profundidad y la longitud lateral).
- Aprovisionamiento y evacuación de piezas, (está en función de la altura de recogida de las piezas y de la distancia lateral a partir del plano medio).
- Espacio de trabajo y accesibilidad, (está en función de los obstáculos de materiales y la comodidad gestual del trabajador).
- Dimensiones y emplazamiento de mandos y señales, (están en función de las dimensiones, emplazamientos y objetivos para los que son diseñados).
Posteriormente, el método profundiza en aspectos relativos a la Seguridad del Puesto; al Entorno Físico (ambiente térmico, sonoro, lumínico y hasta de aspecto visual del mismo); a la Carga Física (posturas de trabajo, principal y más desfavorable y esfuerzo requerido); a la Carga Mental (nivel de atención requerido); a la Autonomía; las Relaciones entre individuos y la Repetitividad de los Ciclos.
La aplicación práctica del método se basa en la valoración de cada uno de los criterios enumerados, relacionarlos con los niveles de satisfacción que se fijan, teniendo en cuenta las características propias de cada uno. Los resultados permiten adaptar los puestos existentes o configurar nuevos, desde la perspectiva de la mejora continua y el bienestar del trabajador.
En el próximo post, veremos el siguiente paso tras la configuración, el Diseño del Puesto de Trabajo.
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