Educación ambiental para proteger el medioambiente

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El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental desde que se estableció en el Seminario Internacional de Educación Ambiental, celebrado en Belgrado en 1975. Al final, se trata de un día para recordar lo importante que es la educación en este ámbito, ya que, si aportamos una información correcta a los/as más jóvenes, conseguiremos que sean ciudadanos responsables en un futuro.

Así, la finalidad de la celebración del Día Mundial de la Educación Ambiental no es otra que la de concienciar a las personas acerca de la importancia de preservar y proteger el medioambiente. De igual manera, se busca motivar a los/as niños/as para que participen en iniciativas sostenibles.

Las futuras generaciones deben de cuidar los recursos naturales de nuestro planeta para seguir viviendo en un mundo confortable. Es necesario revertir los comportamientos negativos que se han mantenido durante varios años para, por ejemplo, recuperar la capa de ozono que nosotros/as mismos/as nos hemos encargado de destruir.

Historia del Día Mundial de la Educación Ambiental

¿Sabías que el Día Mundial de la Educación Ambiental no se ha celebrado siempre el 26 de enero? Este día nació en la Declaración de Estocolmo sobre el Medioambiente, celebrada el 16 de junio de 1972. Fue en ese evento cuando se estableció la celebración del Día de la Educación Ambiental, eligiendo el 5 de junio.

Posteriormente, en el Seminario Internacional de Educación Ambiental, celebrado en Belgrado en 1975, proclamó la fecha de celebración el día 26 de enero. Allí se redactó la Carta de Belgrado, que incluía metas, objetivos y directrices básicas relaciones con la Educación Ambiental. Organizaciones, instituciones y distintas administraciones se pusieron de acuerdo para abordar los problemas ambientales existentes.

¿Qué objetivos se persiguen con la Educación Ambiental?

La Educación Ambiental debe de ser un aspecto esencial tanto en los colegios como en los medios de comunicación. Y es que no hay mayor arma para luchar contra el cambio climático y favorecer el desarrollo sostenible que concienciar a la población acerca de la importancia de adquirir hábitos respetuosos con el medioambiente y de difundir buenas prácticas.

Así, la Educación Ambiental cuenta con los siguientes objetivos:

Concienciar a las personas acerca de los problemas existentes en su entorno, con el objetivo de sembrar semillas y que con el tiempo aparezcan alternativas y soluciones.
Destacar la importancia del medioambiente y del equilibrio necesario entre el hombre y la naturaleza.
Generar informes, estudios y estadísticas para tomar las mejores decisiones.
Incentivar la participación ciudadana, de manera que participen en el debate mediática para que se adopten las medidas necesarias.
Poner fin a los problemas medioambientales.

La Educación Ambiental, imprescindible de cara a un futuro sostenible

Respetar el medioambiente se traduce en trabajar para la conservación de los recursos naturales. Por ello, la Educación Ambiental es un pilar fundamental de cara a la construcción de sociedades más sostenibles. Necesitamos de personas con una actitud crítica que sean capaces de adoptar hábitos responsables y luchar contra los comportamientos negativos.

De esta manera, como sociedad debemos revertir los daños ambientales que afronta nuestro planeta. Y es que esos daños son los que están provocando el cambio climático, temperaturas más extremas, incendios forestales, tala y poda indiscriminada, extinción de especies e inundaciones.

La Educación Ambiental juega un papel esencial de cara al futuro del mundo. Los/as más jóvenes demandan conocimientos, aprendizajes y acciones que favorezcan el entorno medioambiental. No tenemos una fuente inagotable de recursos, por lo que tenemos que trabajar para conseguir una sociedad más sostenible, que explote recursos renovables como el sol o el viento.

Actividades de Educación Ambiental para niños/as

Como padres, madres, docentes, amigos/as, abuelos/as tenemos el deber de involucrar a los/as más pequeños/as el respeto por el medio ambiente. ¿Pero cómo podemos conseguirlo? En INESEM sabemos de lo complicado que puede llegar a ser encontrar una actividad lúdica que a la vez sea educativa, por lo que te presentamos una serie de actividades:

Dar paseos por la naturaleza: realiza excursiones por la montaña o por entornos naturales que tengas cerca. De esta manera podrán valorar la naturaleza al ver los residuos que dejan otras personas, los ecosistemas que viven debajo de las piedras. En definitiva, puedes optar por una tarde senderismo o por una ruta por las proximidades de casa.
El juego de las pistas. Básicamente se trata de enfocarse en las huellas de los animales, los cánticos de los pájaros o los tipos de árboles.
Plantar un garbanzo o algo similar: se trata de plantar un garbanzo en pequeño envase o botella para que vean todo el proceso de plantación, regado y crecimiento de una planta.
Recoger la basura en una zona verde: lo ideal es hacer esta actividad en grupo para que se haga más ameno.
El baloncesto del reciclaje: coloca recipientes con los colores de reciclaje: azul, verde, amarillo o marrón. Luego, anímales a que encesten distintos residuos en el recipiente que toca. Así, aprenderán a reciclar de una manera diferente.
Haz que incorporen hábitos respetuosos con el medio ambiente. Por ejemplo, que hay que cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o que se deben de aprovechar las dos caras del folio a la hora de pintar.