La iniciativa europea PLAN 2020 nace del compromiso de los países miembros de la Unión Europea con el medio ambiente, esta iniciativa se refleja en la directiva 2010/31/EU, la cual, fomenta una implantación de objetivos para la mejora de la eficiencia energética de los edificios situados en la Unión Europea, valorando las condiciones climáticas y particularidades locales que se puedan presentar, así como las exigencias ambientales interiores y la rentabilidad en términos coste-eficiencia.
Requisitos que establece la directiva 2010/31/EU:
- Marco común general de una metodología de cálculo de la eficiencia energética integrada de los edificios o de unidades del edificio.
- Aplicación de requisitos mínimos a la eficiencia energética de los edificios nuevos o de nuevas unidades del edifico. (Edificio y elementos existentes, elementos que formen parte de la envolvente, instalaciones que sustituyan o mejoren inspecciones periódicas, la certificación energética o los sistemas de calidad independientes de la eficiencia energética y de los informes de inspección.)
Dicha directiva en su artículo 2 define edificio de consumo de energía casi nulo como: Edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto, que se determinará de conformidad con el anexo I. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energías procedentes de renovables producidas “in situ” o en el entorno. (Puede consultarse aquí).
Según esta normativa, antes de 31 de diciembre de 2020, todos los edificios de nueva construcción han de ser edificios de consumo energético casi nulo.
A principios de este año se lanzó un informe con los planes nacionales en materia de EECN (Edificaciones de consumo de Energía Casi Nula) de los estados miembros. (Dicho informe puede consultarse aquí)
La Unión Europea ha adoptado una serie de medidas, adaptándose al Protocolo de Kyoto de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático para reducir el consumo de energía sucia, con el objetivo de reducir las emisiones de Co2 a la atmósfera, y a su vez sacar el máximo provecho de las energías que proceden de fuentes de energías renovables. El sector de la edificación es uno de los sectores que más consume con un 40% del total de la energía consumida en la Unión Europea y un 36% de las emisiones de CO2. (Puede consultarse aquí)
La eficiencia energética de un edificio se calcula en base a la cantidad de energía consumida anualmente para satisfacer las demandas térmicas, lumínicas y cualquier demanda que requiera el uso de energía. Para conseguir EECN se ha de minimizar la demanda de energía y maximizar la producción energética con fuentes renovables.
Para los profesionales de este campo, supone un cambio a la hora de pensar y proyectar edificios, ya que han de estudiarse factores tales como: la orientación del edificio, el aprovechamiento solar o buen aislamiento térmico para reducir bastante la demanda energética. Estas estrategias están acompañadas de avances tecnológicos para su desempeño, tecnologías como las fachadas ventiladas, las cubiertas verdes y una correcta utilización de materiales tradicionales o nuevos.
La estrategia europea 2020 plantea una reducción de emisiones del 20%, una cuota de energías renovables del 20% y una mejora de la eficiencia energética del 20%.
En España la normativa actual Código Técnico de Edificación – Documento Básico – Ahorro de Energía, contempla la demanda de calefacción y refrigeración dejando confusos otros servicios como agua caliente sanitaria y ventilación, que a día de hoy son igual de significativos.
Los indicadores de cada país son diferentes, algunos utilizan las emisiones de CO2 como principal indicador, para otros ese es un indicador complementario para el uso de energía primaria. En España disponemos de tres tipos: los indicadores de emisiones de CO2, los de consumo de energía primaria en relación a la primaria total y un indicador de demanda relativa a la calefacción y a la refrigeración.
La metodología para calcular la eficiencia energética de los edificios es objeto de análisis en el informe del BPIE (Buildings Performance Institute Europe), en el que se destacan los usos finales que deben incluirse: agua caliente sanitaria, calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación. Según este estudio, en gran parte de los países las necesidades de energía para la refrigeración y la ventilación se miden para edificios residenciales, solo algunos como Austria incluyen los electrodomésticos o el consumo de ascensores, siendo el consumo de estos hasta un 19% del consumo eléctrico del hogar. El BPIE concluye que todos los estados miembros están trabajando en la implementación de los requisitos para conseguir edificaciones de consumo de energía casi nulo, aunque no todos con la misma ambición. (Informe del BPIE, ver aquí)
Es por ello que para conseguir un estado de bienestar saludable y permanente, es necesario fomentar el diseño y la construcción de edificios de bajo consumo, y así disminuir la dependencia energética, consumiendo únicamente la energía justa y necesaria, alcanzando un equilibrio entre progreso y conservación del medio ambiente.
Como conclusión una base de datos de proyectos Passive House, es decir edificios que reducen la demanda de consumo de energía primaria. (Passive house database)
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