La presencia de un fuego incontrolado es uno de los factores de riesgo más potencialmente peligroso que puede llegar a materializarse en un lugar de trabajo. La capacidad de generación de daño hacia las personas y de destrucción de bienes de un incendio es prácticamente ilimitada. Esta sería razón más que suficiente para que las empresas desarrollen un protocolo de actuación ante un incendio y que además, el conjunto de trabajadores esté formado en materia de actuación ante este tipo de situaciones.
Decimos que es la razón principal, pero no es la única, ya que la misma Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece por partida doble esta obligación. Por una parte, en su artículo 19 Formación de los trabajadores, se detalla que esta debe centrarse en los riesgos presentes en el puesto de trabajo, y el incendio es un tipo de riesgo presente en todos ellos.
Por otra parte, en su artículo 20 Medidas de emergencia, se establece que el titular de la empresa debe analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias para combatirlas, mencionando expresamente la "lucha contra incendios" y la "evacuación de los trabajadores".
Conocer la naturaleza del fuego
Como en el cualquier otro aspecto relacionado con la Prevención de Riesgos Laborales antes de iniciar algún tipo de planificación o actuación al respecto, debemos conocer bien a nuestro enemigo. En el caso del incendio, (definido desde el punto de vista técnico como un "fuego ni deseado ni controlado"), hay que empezar por el estudio de la Teoría del Triángulo y del Tetraedro del Fuego. También debemos tener en cuenta, que no todos los incendios son iguales.
Los incendios se clasifican generalmente en función del tipo de combustible del que se alimenten:
- Incendio de Tipo A (si el combustible está en estado sólido)
- Incendio de Tipo B (si el combustible está en estado líquido)
- Incendio de Tipo C (si el combustible está en estado gaseoso)
- Incendio de Tipo D (si es un metal en combustión).
- Tenemos también los especialísimos incendios de Tipo F, que se derivan de la utilización de ingredientes para cocinar (aceites y grasas vegetales o animales).
Si conocemos cómo se comporta el fuego y sabemos ante qué tipo de incendio nos enfrentamos, estamos en condiciones de abordar como podemos llegar a combatirlo si este se materializa. En estos casos, podemos plantear su extinción mediante alguna de las formas de extinción de incendios que hay para ello (eliminación del combustible, sofocación, inhibición y refrigeración). Pero más importante aún que saber como actuar de manera reactiva (cuando el incendio ya se ha materializado), es importante saber también como actuar de manera proactiva. En otras palabras, debemos conocer las técnicas de prevención de incendios en los lugares de trabajo.
Prevención de incendios en los lugares de trabajo
En Prevención de Riesgos Laborales suele decirse que la principal medida preventiva frente a los incendios es desarrollar un buen Plan preventivo y de actuación frente a ellos. Tenemos dos opciones para ello. La primera es desarrollar unas Medidas de Emergencia, conforme a lo establecido al artículo 20 de la Ley de PRL. La segunda opción es desarrollar un Plan de Autoprotección conforme al Real Decreto 393/2007 Norma Básica de Autoprotección.
Pero, en la mayoría de las ocasiones, estos documentos no llegan a los trabajadores y muchos directamente desconocen su existencia. Tampoco es estrictamente necesario que toda la plantilla sea conocedora de todo el documento en su totalidad, pero lo que si es imprescindible es que tengan interiorizado un protocolo de actuación ante incendio, que siempre debe comenzar con las medidas de prevención y que debe reforzarse mediante la práctica periódica de simulacros.
Medidas para prevenir incendios
- Mantenimiento riguroso del orden y la limpieza en los lugares de trabajo. La acumulación de materiales, restos inflamables o suciedad en los lugares de trabajo es un factor de riesgo de primer orden para la generación de incendios.
- Jamás hay que situar en las proximidades de una fuente de ignición este tipo de materiales. Las instalaciones eléctricas son otra fuente de riesgo en este caso.
- Nunca hay que sobrecargar las tomas de corriente, ni manipular las instalaciones eléctricas y en caso de detectar alguna anomalía en las mismas, hay que dar de aviso de inmediato al responsable.
- Cuando se realicen trabajos en los que puedan originarse llamas o chispas, hay que revisar previamente el lugar donde se vayan a realizar y eliminar los materiales potencialmente combustibles.
- De igual forma, hay que revisar que no se dejan aparatos eléctricos encendidos una vez finalizada alguna tarea.
- Los productos inflamables deben almacenarse en lugares aislados, ventilados y separados de las zonas de trabajo y de las potenciales fuentes de ignición.
- Los trabajadores también deberán tener formación por parte de la empresa en la identificación y uso de los medios de protección contra incendios (extintores, BIEs, etc.) y en las vías de evacuación de la zona y de las instalaciones.
- Las vías de evacuación y los medios de protección deben estar libres de obstáculos que impidan su acceso y visibilidad.
¿Cómo actuar en caso de incendio?
Las medidas preventivas son la principal forma de lucha contra los incendios, pero pese a estas, en determinadas ocasiones los incendios se materializan. En esos casos hay que saber actuar de manera rápida y decidida. Si se detecta un incendio hay que dar aviso inmediato del mismo según el protocolo establecido en la empresa. Si la empresa cuenta con Equipos de Emergencia preparados, hay que dar aviso inmediato al Jefe de Emergencias.
Cuándo sofocar un incendio
Si la empresa no tiene este tipo de equipos, hay que avisar al responsable inmediato y a los bomberos. Si se valora que el incendio detectado no supone un peligro y se está capacitado para ello, después de verificar que la forma de extinción de incendios más cercana y viable es adecuado para ello, se puede intentar sofocar el incendio. Si el incendio es grave y supone un riesgo evidente, hay que abandonar la zona afectada cerrando las puertas y las ventanas a su paso, tras asegurarse de que no queda nadie detrás.
Tras abandonar la zona y asegurarse de que el aviso de la detección de incendios ha sido entendido en su integridad y si además no se es miembro de ninguno de los Equipos de Emergencia, es el momento de iniciar la evacuación.
Cómo actuar si nos quedamos atrapados en un incendio
Pero antes de pasar a las normas generales de evacuación, es necesario saber cómo actuar en caso de quedar atrapado por el incendio. Si las ropas prenden, no hay que correr, hay que tenderse en el suelo y rodar para intentar extinguir las llamas. Si el humo comienza a ser abundante y a suponer un problema, hay que desplazarse agachado (el humo es más ligero que el aire y tiende a elevarse) y si se puede hay que intentar utilizar un trapo húmedo para taparse la boca y la nariz. Esto puede suponer ganar unos minutos preciosos en la evacuación.
Si hay que atravesar alguna zona que tenga las puertas cerradas, antes de abrirlas hay que comprobar con el dorso de la mano, si la puerta o el picaporte están calientes. Si lo están esa puerta no debe abrirse, hay que buscar otra vía alternativa, y si no queda más remedio que hacerlo, la puerta debe abrirse lentamente y nunca estando enfrente de la misma. Si llega a darse la situación de encontrarse atrapado en un local o habitación, hay que cerrar las puertas y ventanas, intentar tapar con trapos (húmedos es lo ideal), las rendijas por donde pueda penetrar el humno y de alguna forma avisar del hecho de haberse quedado atrapado.
¿Cómo actuar durante la evacuación de un incendio?
Cuando se activa la seña de evacuación hay que desalojar inmediatamente las instalaciones. Lo ideal es que la empresa haya realizado a lo largo de los años simulacros de emergencia de manera periódica, en cuyo caso solo habrá que poner en marcha lo que ya se ha practicado antes. La experiencia nos dice que esto no siempre es así, por lo que si no se tiene un entrenamiento previo, al menos hay que tener en cuenta estas normas generales:
- Proceder con calma y en orden: Para empezar si hay personal integrante de equipos de emergencia a cargo de la evacuación, hay que obedecer sus indicaciones durante la misma. Hay que mantener la calma en la medida de lo posible, la histeria colectiva en una situación de emergencia es muy peligrosa. Se abandonará el lugar de trabajo en orden, con paso ligero, pero sin correr, dirigiéndose hacia las vías de evacuación establecidas para dirigirse a la salida más cercana.
- Hay que intentar apagar la maquinaria que se encuentre en marcha si es posible
- No hay que detenerse a recoger ningún tipo de objeto y mucho menos retroceder para recogerlo.
- Si no queda nadie tras nosotros hay que cerrar la puerta, esto es extensible a todas las zonas que vayamos atravesando, si somos la última persona en evacuar, hay que dejar las puertas cerradas tras nosotros.
- A la hora de usar las escaleras durante la evacuación hay que bajarlas con cuidado, sin correr y agarrándose al pasamanos.
- Puede parecer una obviedad, pero la norma general es dirigirse siempre hacia las plantas inferiores, solo deben subirse las escaleras si no queda otro remedio.
- En caso de incendio no se deben emplear jamás los ascensores.
- No hay que detenerse en las vías de evacuación ni en las salidas, hay que dirigirse sin demoras directamente al punto de reunión exterior que se haya establecido. Cuidado con este tipo de puntos, algunas empresas sitúan estos puntos de reunión exterior en lugares ya de por sí peligrosos (o demasiado cerca de la empresa o en vías de tránsito).
- En el punto de reunión seguro, hay que concentrarse junto con el resto de compañeros de área o de zona, para que el recuento de evacuados sea lo más rápido posible. En situaciones así es fundamental conocer si todos los ocupantes del edificio lo han podido abandonar.
- Si el punto de reunión exterior no ha sido fijado, buscar un lugar seguro y alejado del incendio.
- No se debe regresar al interior del edificio hasta que los equipos de emergencia verifiquen la seguridad del mismo.
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