Turismo de sol y playa, cultural, rural, deportivo, de ocio, de salud, religioso, de naturaleza, LGBT, e incluso espacial…
De una amplia gama de tipos de turismo disponemos, para todos los gustos y colores, para todas las edades y nacionalidades. Pero, por suerte, la cosa no queda ahí. Si el ser humano avanza todos los días en todos los campos, ¿por qué el turismo iba ser menos?
En una sociedad tan frenética como la nuestra es necesario crear nuevas motivaciones para poder satisfacer nuestras necesidades, al fin y al cabo, esa es la base del turismo, satisfacer plenamente al viajero. Es necesario un turismo raro, alternativo que recorra rincones cotidianos a los que no les solemos prestar atención. Una alternativa cultural, innovadora y muy creativa, aprovechando todo el potencial que hay en las calles de las ciudades españolas.
El proyecto turismo raro por primera vez en Madrid
Es a raíz de este planteamiento como nació en Madrid el proyecto “Turismo raro”, de la mano de Iñaki Larrimbe, producido por Madrid Abierto, que muestra un nuevo campo de visión de esta ciudad a la persona visitante y la autóctona.
Hay un Madrid inédito que late bajo esa fachada imperial, castiza, y multicultural. Una ciudad que sale de la ‘oficialidad’ que le ha tocado y que a diario pasa desapercibida para quien la visita… y también invisible para la inmensa mayoría de sus propios habitantes.
El circuito turístico tradicional madrileño es equiparable al de otras ciudades: no hay riesgo, innovación, imaginación, creatividad… Se manejan siempre las mismas narrativas históricas y culturales.
“Turismo raro” pretende incrustarse «desde el “hazlo tú mismo” y la innovación creativa dentro de los mecanismos creados por las industrias de la cultura». Con este espíritu, se despliegan sobre el mapa de la capital ocho recorridos distintos, con la firma de cada una se sus impulsores.
Guillermo de la Madrid opta por proyectar Madrid como plataforma de arte urbano al nivel de grandes mecas del género como Londres y Berlín.
El arte urbano no cumple los requisitos del turismo tradicional: no ha sido creado para maravillar al personal, ni representa la historia de la ciudad, pero, si que es la expresión artística que personifica el día a día de una ciudad. Debemos estar atentos por que puede pasar desapercibido ante nuestra vista, por esta razón esta iniciativa considera necesaria esta “guía alternativa”.
Ana Nieto, en cambio, invita a interactuar con una jungla de animales disecados: cabezas de toro, jabalí, ciervos, cocodrilos, tiburones, antílopes chinos de los pantanos… Nos encontramos ante un gran museo de Ciencias Naturales para el que no hace falta sacar entrada, simplemente dar un paseo por bares y restaurantes castizos de la ciudad.
El polifacético Mauro Entrialgo y Adriana Herreros ponen la mirada fija en los rótulos de neón que coronan algunos establecimientos comerciales.
El pequeño comercio peligra hoy más que nunca, las grandes superficies y las franquicias, están cambiando por completo nuestros hábitos de consumo y haciendo que estos empresarios pasen a un segundo plano en la escala comercial. Todo esto se evidencia también en la disminución de su presencia física y, con ella, de su ocupación visual del espacio público. La apuesta estética y conceptual de los propietarios de establecimientos a la hora de encargar rótulos, colocar escaparates o decidir el aspecto de sus fachadas está siendo sustituida por la uniformidad, la repetición y la copia encargada por departamentos de imagen a grafistas que ni siquiera conocen los barrios donde se aplican sus diseños, todo se ve igual, llegando incluso al aburrimiento visual.
En este recorrido, se pretende mostrar una variedad de rótulos de comercios madrileños que sobreviven al paso del tiempo, orgullosos de su individualidad.
Por su parte, Jimina Sabadú acerca un Madrid de Escalofrío a partir de referencias cinematográficas y literarias.
Finalmente, Macu Vicente desvela el emplazamiento de los distintos relojes de sol de la ciudad, relojes muy utilizados en su época y que hoy se han convertido en elementos meramente decorativos, aunque suelen pasar desapercibidos; y Santi Ochoa nos hace observar algunas de las placas de calles conmemorativas y de las menos conocidas.
Este itinerario también interconecta los locales autogestionados (solares, huertos, fábricas abandonadas). Los momentos de crisis en los que estamos inmersos a motivado una corriente en la que se están poniendo en marcha procesos de cesión temporal de solares públicos a asociaciones y movimientos sociales. Pretenden rescatar y visualizar estos espacios.
Por último John Tones realiza una personal incursión en el mundo del ‘bowling’, recorriendo míticas boleras de Madrid.
Son ocho rutas marcadas en un mapa que invitan, paradójicamente, a no seguirlas. Hay que atreverse a efectuar esta inmersión en el Madrid más alternativo buscando los hitos propuestos es descubrir casi sin querer otros rincones que no están en sus páginas pero bien pudieran incluirse en otra versión más personal de la misma. Es añadir más vida al retrato de una ciudad en constante movimiento.
Un turismo alternativo para personas curiosas que quieran conocer otras realidades sobre la ciudad de Madrid, personas de todas las edades y estratos sociales y económicos.
Según Larrimbe el proyecto intenta dar respuesta a la demanda de entretenimiento cultural que, como decíamos, las nuevas políticas culturales cimentadas en criterios socioeconómicos han generado.