Llegó el más que temido mes de Septiembre, se acaban las vacaciones para muchos, el viaje que tanto ansiaste, los momentos de descanso y diversión junto a familiares y amigos y los días de ocio sin preocupaciones. Ya es hora de volver a la rutina diaria y con ella regresa el fenómeno que marca el fin a unos maravillosos días de verano: el «Síndrome Post-vacacional”
Tristeza, ansiedad, irritabilidad, cansancio, apatía y falta de apetito son algunos de los síntomas que quizás más de una vez hayas experimentado al finalizar tus vacaciones. Y es que, según un estudio realizado por la empresa de trabajo temporal Randstad, al menos la mitad de los empleados de nuestro país han sufrido esta sensación. No obstante esta tendencia está cambiando. El volumen de trabajadores que experimentan depresión a la vuelta de sus vacaciones de verano ha registrado una reducción del 14% respecto al 2011.
Por regiones, Castilla- La Mancha, Madrid y Canarias son las comunidades que han presentado mejores índices de ánimo durante la vuelta al trabajo. Debido principalmente a la satisfacción que se tiene hoy en día por conservar el puesto de trabajo. Según expertos, se trata de un efecto totalmente natural producido por un cambio de rutina y pautas de comportamiento repentino, de horarios y libertad de acción. Suele durar una semana o dos como mucho, dependiendo de cada persona y se debe afrontar con empatía.
¿Cómo superarlo?
Existen pequeños trucos que pueden ayudar a afrontar el síndrome postvacacional y evitar que la operación retorno se haga cuesta arriba:
1. Positivismo. Quédate con los aspectos positivos de tu trabajo, pensando en aquellos factores que te hagan sentir bien (compañeros, proyectos interesantes).
2. Márcate objetivos sencillos y alcanzables. Es bueno en la primera semana de vuelta al trabajo, marcarse retos fáciles para conseguir coger el ritmo. Se aconseja que se afronten los días como un proceso de revisión del calendario de actividades anuales y gestiones pendientes de ejecución.
3. Margen entre vacaciones y vuelta al trabajo. Procura no volver al trabajo al día siguiente de la vuelta de vacaciones. Puedes reservarte unos días para estar en casa antes de volver. El cambio será menos brusco.
4. Reparte las vacaciones a lo largo del año. Si es posible, es preferible que en lugar de disfrutar de un mes continuado de vacaciones, se repartan en períodos más cortos y en diferentes períodos de tiempo.
5. Haz una lista de prioridades. Ordena de mayor a menor importancia las labores que vas a realizar a la llegada a la oficia, fijando unas pautas de funcionamiento que regulen una posible depresión después de las vacaciones.
6. Haz deporte para liberar estrés. Intenta sacar un poco de tiempo y sal a pasear, además de ser un hábito muy saludable, será una liberación mental.
En algunos casos el estrés causado por la vuelta al trabajo puede terminar en depresión o fusionarse con el «Síndrome de Burnout». Por ello es importante aprender a valorar lo que se tiene en cada momento y aprender a disfrutar de nuestro trabajo y tiempo libre, buscando retos y siendo siempre optimistas ante la vida.