El riesgo financiero se puede definir como la probabilidad de que ocurra algún evento con consecuencias financieras negativas para la organización. Desde el punto de vista de un inversor, el riesgo financiero hace referencia a la falta de seguridad que transmiten los rendimientos futuros de la inversión.
El riesgo financiero es un término amplio utilizado también para referirse al riesgo asociado a cualquier forma de financiación. El riesgo se puede entender como la posibilidad de que los beneficios obtenidos sean menores a los esperados o de que no hay un retorno en absoluto.
Tipos de riesgos financieros
Podemos destacar los siguientes tipos de riesgos financieros:
Riesgo de mercado
El riesgo de mercado hace referencia a la probabilidad de que el valor de una cartera, ya sea de inversión o de negocio, se reduzca debido a los movimientos desfavorables en el valor de los llamados factores de riesgo de mercado. Los tres factores estándar del mercado son los siguientes:
- Riesgo de tipos de interés: Es el riesgo asociado a los movimientos en contra de los tipos de interés. Por ejemplo, si una empresa es prestamista de otra, le resultará beneficioso que los tipos de interés aumenten. Por el contrario, si esa empresa es la que recibe el préstamo le convendría que los tipos de interés disminuyesen, ya que tendría menos gastos financieros.
- Riesgo cambiario (o de tipo de cambio): Es el riesgo asociado a las variaciones en el tipo de cambio en el mercado de divisas. Depende de la posición que se tiene, la volatilidad de la moneda y el período temporal considerado.
- Riesgo de mercado: De forma restringida, este riesgo hace referencia al cambio en el valor de instrumentos financieros como acciones, bonos, derivados… Como ejemplo encontramos el riesgo al que se enfrenta un inversor ante una posible caída del valor de las acciones de una empresa, pudiendo disminuir el valor de la cartera de dicho inversor.
Riesgo de crédito
Deriva de la posibilidad de que una de las partes de un contrato financiero no realice los pagos de acuerdo a lo estipulado en el contrato. Debido a no cumplir con las obligaciones, como no pagar o retrasarse en los pagos, las pérdidas que se pueden sufrir engloban pérdida de principales, pérdida de intereses, disminución del flujo de caja o derivado del aumento de gastos de recaudación. Como ejemplo, encontramos la imposibilidad de devolver una deuda al contratar un préstamo.
Riesgo de liquidez
Este riesgo se encuentra asociado a que, aun disponiendo de los activos y la voluntad de comerciar con ellos, no se pueda efectuar la compraventa de los mismos, o no se pueda realizar lo suficientemente rápido y al precio adecuado. Un posible ejemplo sería una sociedad que se encuentre en una fase de pérdidas continuadas en su cartera donde no tenga liquidez suficiente para pagar a su personal.
Riesgo operacional
Es la posibilidad de ocurrencia de pérdidas financieras originadas por fallos o insuficiencias de procesos, personas, sistemas internos, tecnología, y en la presencia de eventos externos imprevistos. La falta de personal o el personal que no cuente con las competencias necesarias para afrontar las exigencias de la empresa, se considerará un factor de riesgo operacional.
En definitiva, el riesgo financiero engloba la posibilidad de que ocurra cualquier evento que derive en consecuencias financieras negativas. Se ha desarrollado todo un campo de estudio en torno al riesgo financiero para disminuir su impacto en empresas, inversiones, comercio, etc., de modo que cada vez se pone más énfasis en la correcta gestión del capital y del riesgo financiero para lograr una estabilidad financiera a medio y largo plazo en cualquier tipo de organización.
Ventajas y desventajas de los riesgos financieros
Ventajas
- Crecimiento: el riesgo es un componente esencial de cualquier negocio. Así pues, las empresas pueden verse obligadas a recurrir a créditos y préstamos bancarios en aras de su expansión y crecimiento. Es un riesgo que vale la pena correr si el negocio en cuestión puede generar más ingresos que gastos y mantener un buen rendimiento.
- Fiscalidad: para una empresa hay pérdidas que pueden suponer cierta ganancia. No es que perder liquidez sea positivo en ningún caso, pero las pérdidas económicas que reflejemos en contabilidad pueden aprovecharse para deducir cuantías de impuestos fiscales.
- Toma de decisiones: las cuestiones de bolsillo tocan directamente el corazón, especialmente a inversores y mandos superiores de una empresa. Por tanto, un riesgo económico elevado puede llevar a que ocurran cambios en el tablero empresarial y que se tomen decisiones contundentes y necesarias en todos los niveles con el fin de evitar grandes pérdidas.
- Valoración económica: el riesgo financiero es un elemento troncal en el desarrollo de cualquier actividad comercial. Por ello, el riesgo económico nos lleva a establecer una comparación con los ingresos que obtenemos y que potencialmente podríamos obtener. Esta valoración puede impulsar un proyecto o, por el contrario, frenarlo si se sentencia que la relación riesgo-recompensa no vale la pena.
Desventajas
- Puede conllevar resultados catastróficos: si el riesgo financiero es demasiado grande y termina por materializarse, la empresa puede ir directamente a un concurso de acreedores y a la disolución de la empresa. En el caso de los gobiernos, el riesgo financiero puede conducir a un default (suspensión de pagos) con las instituciones financieras y proveedores, lo que puede ocasionar un impacto negativo duradero en la economía nacional y mundial.
- Es impredecible: hay riesgos financieros que podemos prever y, sin embargo, hay algunos que vienen rápidamente sin previo aviso. Factores globales como desastres naturales, guerras, fluctuaciones de las tasas de interés y reformas políticas están fuera del control de las empresas.
- Efectos a largo plazo: Si los riesgos financieros no se tratan a tiempo y no se implementan las estrategias adecuadas, pueden suponer un daño difícilmente reversible no solo en el plano económico de la empresa, sino también para su reputación. Así pues, un riesgo financiero mal gestionado puede afectar seriamente a la confianza entre la empresa, sus proveedores e inversores.
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