La era de la digitalización ha provocado que los clientes demanden una nueva forma de relacionarse con su entorno.
Podemos afirmar que, las nuevas generaciones están compuestas de consumidores digitales, los cuales apuestan por la inmediatez frente a la garantía.
Son clientes exigentes, y con cierto nivel de autonomía a la hora de tomar decisiones.
Suelen informarse por distintos canales de qué van a contratar, y prefieren relacionarse con un sistema informático, a un operador convencional.
Para dar respuesta a esta demanda social han surgido nuevos modelos de negocio basados en tecnologías emergentes que permiten la automatización del proceso de digitalización: inteligencias artificiales, big data, blockchain...
Si quieres saber qué te deparan los próximos 10 años, sigue leyendo.
El proceso de digitalización es obligación inmediata
Hoy en día, no cabe duda de que, la transformación de los procesos comerciales es fruto del progreso tecnológico de esta última década de investigación. Sin embargo, el desarrollo digital actual va un ritmo nunca antes visto.
Desde el punto de vista empresarial, el cambio refleja un aumento imprescindible en la eficiencia de los procesos, no solo comerciales, sino también organizacionales.
Desde el punto de vista tecnológico, estamos ante un conjunto de innovaciones radicales coetáneas, con un mismo origen pero distintas funciones, lo cual incentiva y acelera la transformación.
Lo cierto es que no hacía falta ser un experto para predecirlo, existe un proceso de digitalización.
La aparición de este tipo de tecnologías siempre se ha ligado al origen de las anteriores revoluciones industriales:
- El carbón y la máquina de vapor.
- La electricidad doméstica.
- La computación.
Lo que llama curiosamente la atención de esta 4ª Revolución Industrial es la velocidad a la que se expande el avance, no la razón:
El proceso de digitalización es global, y como tal, cualquier proyecto, empresa o país que no adapte sus sistemas al entorno 2.0 se enfrenta a la obsolescencia, renuncia a diversas ventajas competitivas, y pone en riesgo su posición estratégica.
Y es que el 2.0 lo alcanza todo
Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos que, toda organización actual va a ser objeto del proceso de digitalización:
- Prácticamente la totalidad del tejido empresarial actual ya ha incorporado la estandarización y las TICs a sus procesos, por lo que renunciar a los privilegios que ofrecen los nuevos avances, teniendo la base tecnológica necesaria, se hace impensable.
- Por otro lado, cada año nacen nuevos negocios y estructuras digitales, muchos de ellos amparados bajo vacíos legales, lo cual les permite alcanzar niveles competitivos sin precedentes.
Si surgen nuevos competidores, con productos sustitutivos, y tenemos la capacidad de dar una respuesta reactiva a sus estrategias de desarrollo: ¿vamos a dejar qué absorban nuestra cuota de mercado actual?
¿Qué procesos a transformar y qué tecnologías emergentes son el motor de esta Industria 4.0?
O, desde otra perspectiva, ¿cuáles son las áreas más susceptibles de transformación?
- Flujos de información - IoT e IA.
- Análisis e investigación de mercados - Big Data e IA.
- Logística y distribución - IA.
- Ciberseguridad - Blockchain.
- Modelos tradicionales - Economía colaborativa.
El camino de la innovación lo alcanza todo ¡Y a todos!
¿Qué conclusiones podemos sacar de estos procesos?
Destacamos dichos procesos por ser los que sufren el mayor impacto, y en base a ellos podemos sacar dos conclusiones claras de la tendencia tecnológica actual:
1. Estamos ante innovaciones pensadas para el gran público, pero no se ha realizado labor pedagógica alguna para los consumidores
No es el hecho de que vayamos a emplear tecnologías desconocidas, cualquiera usa un ordenador sin saber la mitad de sus componentes.
Estamos hablando de valores. Aún hay mucha desconfianza y desconocimiento.
Un ejemplo de esto:
Muchos consumidores se alarmaron al viralizarse el supuesto bulo de que el micrófono de sus smartphone escuchaba sus conversaciones.
Lo probaban demostrando que, sin realizar ninguna búsqueda, oral o escrita, en sus smartphones ni equipos conectados, les aparecían ofertas comerciales relacionadas con sus temas de conversación.
Así que la única opción era que, el micrófono estaba espiando constantemente todo lo que decimos para ofrecernos todo lo que queremos comprar.
Al margen de que permisos hayamos aceptado sin leer, o cuanto capaces somos de entender que nuestra tele puede ser un equipo conectado; muchos motores de publicidad online realizan la siguiente estrategia:
Imagina que estás hablando con Juan, tu compañero de trabajo, sobre donde cenaste anoche, y te recomienda el sitio donde cenó él, afirmando que es barato.
Muchos servidores de información saben, a través de la tecnología GPRS de vuestros smartphone, que ambos dispositivos están a medio metro, durante 8 horas al día, 5 días a la semana.
Si Juan decide comprobar cuando llegue a casa la calle, o el día de cierre del restaurante, es posible que el navegador de su móvil comprenda que, si Juan usó el Wi-Fi del restaurante, o puso una review este fin de semana, ya haya estado.
Por lo que, esta revisita a su dominio puede indicar que es un cliente fiel, el cual recomienda o ha podido recomendar su establecimiento, sobre todo si la review fue positiva.
Cuando mañana ambos smartphone compartan ubicación, es probable que te aparezca una oferta del restaurante, y no hayas sido tú quien lo ha buscado.
No es magia, ni espionaje industrial.
2. Si merece la pena toda esta transformación es por los beneficios derivados de la Inteligencia Artificial
No como instrumentos de computación pensados para resolver grandes problemáticas.
Ni como humanoides con pretensiones de mejorar nuestra sociedad.
Los gigantes tecnológicos van a emplear sobre nuestras necesidades, gustos, y comportamientos, psicología de mercado muy eficiente, pensada por Inteligencias Artificiales que analicen nuestras preferencias y las de los que nos rodean, constantemente.
Eso supone una gestión del dato óptima, una estrategia comercial invasiva pero muy eficaz.
Evidentemente, no todo es gris, la Inteligencia Artificial traerá avances sociales muy positivos. La reducción masiva de costes permitirá una distribución de la riqueza más eficiente, y ello supondrá mercados domésticos con mayor poder adquisitivo.
Pero profundizar en IA y sus implicaciones requiere de otro artículo.
Un proceso que avanza rápido, pero al que aún le queda mucho por hacer
El proceso de digitalización avanza a un ritmo imparable. Fomentado no solo por la industria, sino también por las RRSS y las pequeñas start-ups tecnológicas.
Cualquiera participa del proceso de la digitalización. Pero la mayoría de la población no sabe muy bien cuales son las consecuencias, como proteger sus datos, o qué es una venta y qué un asesoramiento.
Para ello nacen leyes y organismos destinados a mantener nuestros derechos y privacidad. Pero no es suficiente.
Los consumidores deben estar informados. Conocer qué les depara la próxima década.
Qué sectores ya están en la transición digital, y cómo será la economía del mañana.
Desde Inesem pretendemos qué se forje un capital humano a la altura del presente proceso.
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