¡Hola queridos lectores! En esta entrada, quisiera abordar uno de los recursos más importantes con los que cuentan las empresas a la hora de realizar una planificación estratégica, efectivamente, hablamos de la Matriz de Mckinsey.
Antecedentes de la Matriz de McKinsey
La década de 1970 estuvo marcada por importantes avances tecnológicos como el uso de ordenadores y sistemas informáticos, que fueron clave en el análisis de datos y la toma de decisiones.
A nivel empresarial, esto se tradujo en la necesidad de herramientas de gestión cada vez más sofisticadas, por lo que la gestión de negocios se volvió mucho más compleja, nace así, la Matriz de Mckinsey.
La primera empresa en implementar la Matriz de McKinsey fue General Electric (GE) en 1970, ya que la alta dirección de GE buscaba una herramienta que les proporcionara una visión clara y estructurada de su cartera de negocios.
Fue entonces cuando McKinsey & Company, una firma de consultoría estratégica, desarrolló la matriz para GE, convirtiéndose en un hito en la historia de la gestión empresarial.
¿Qué es la Matriz de McKinsey?
La Matriz de McKinsey es una herramienta que evalúa tanto la posición competitiva de una unidad de negocio como el atractivo del mercado en el que opera.
Está compuesta por un total de nueve casillas, y se organiza en una matriz con ejes que representan el atractivo del mercado y la posición competitiva, clasificando las unidades en categorías como "Crecimiento", "Mantenimiento", "Inversión selectiva" o "Desinversión".
La Matriz de McKinsey no solo es una herramienta, sino un enfoque estratégico integral que permite a las empresas analizar su cartera de productos o unidades de negocio de manera dinámica.
¿Cómo se aplica la Matriz de McKinsey?
La aplicación efectiva de la Matriz implica un proceso sistemático de evaluación de cada unidad de negocio.
La toma de decisiones estratégicas se basa en una cuidadosa consideración de factores clave como la cuota de mercado, la tasa de crecimiento del mercado y la fortaleza de la unidad.
Al posicionar cada unidad en la matriz, las empresas obtienen una representación visual que facilita la identificación de áreas de crecimiento, mantenimiento, inversión selectiva o desinversión.
- Crecimiento: Considerar invertir para aprovechar las oportunidades de crecimiento.
- Mantenimiento: Mantener y gestionar las distintas unidades de manera eficiente.
- Inversión Selectiva: Evalúa oportunidades de inversión caso por caso.
- Desinversión: Considera reducir o abandonar unidades de negocio.
En definitiva, esta herramienta ofrece datos clave para la visión estratégica de la empresa, y resulta de vital importancia para la toma de decisiones.
Conclusiones
Aunque la Matriz de McKinsey es única en muchos aspectos, se puede afirmar que estuvo claramente influenciada por la matriz del Boston Consulting Group (BCG), ya que ambas herramientas comparten la idea de evaluar unidades de negocio en función de su posición competitiva y el atractivo del mercado.
Lo que hace única a la Matriz de McKinsey es su enfoque en la dinámica del mercado, pues se preocupa tanto por el atractivo del mercado como por la posición competitiva, proporcionando una perspectiva más completa que otras matrices similares.
Gracias al uso de la Matriz de Mckinsey, las empresas pueden adaptarse de forma proactiva a los cambios y tendencias del mercado empresarial, logrando así mantener una cartera de negocio rentable a largo plazo.
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