En los últimos años, más del 25 % del total de las inversiones que han realizado los empresarios y los profesionales españoles se financiaron a través del leasing. Un dato que, incluso, supera ampliamente al promedio de la Unión Europea.
Dicho esto y conscientes de la difícil situación que ha atravesado nuestro país recientemente, las empresas tienen "obligación" de buscar diferentes formas de financiación que les permita continuar con el correcto desarrollo de sus actividades. En este post hablaremos de estas diferentes formas de financiación, resaltando la diferencia entre un leasing y un renting.
Leasing
Se trata de un contrato que tiene por objeto el alquiler a medio y largo plazo de bienes muebles o inmuebles, a cambio de una contraprestación.
Dependiendo de cómo se lleve a cabo la contraprestación distinguiremos entre leasing financiero y leasing operativo. En el primer caso, estamos ante la cesión del bien a cambio de una renta con opción de compra por parte del usuario. mientras que el leasing operativo incluye también prestaciones como el mantenimiento y el seguro del mismo.
Una de las grandes ventajas que presenta el leasing frente a la compra es que las cuotas que debe hacer efectivas el arrendatario son consideradas como gasto deducible.
El principal inconveniente es el mayor coste financiero que supone debido a que el tipo de interés exigido para este tipo de operaciones es superior al exigido en otro tipo de operaciones y normalmente exige la contratación de un seguro del bien arrendado.
Renting y diferencia entre un leasing y un renting
El renting es otro tipo de financiación que se asemeja al leasing y el cuál se relaciona con bienes muebles (no fungibles). Generalmente sujetos a una depreciación acelerada y que necesitan mantenimiento. Normalmente se asocia el renting al ámbito de los equipos informáticos y vehículos de empresa.
Las ventajas que caracterizan al renting son la menor inversión que se realiza, la no exposición a la obsolescencia del bien y la mejor adaptación a la evolución tecnológica.
Por el contrario, la mayor desventaja consiste en que para formalizar el contrato de renting se suele exigir algún tipo de aval. lo que supone un coste mayor al de otro tipo de modalidades de financiación.
Factoring
Un tercer tipo de financiación es el factoring, basado en la cesión de facturas generadas por una empresa a una compañía de factoring que será la encargada de gestionar el cobro, permitiendo la posibilidad de adelantar éste sin tener que optar directamente al descuento comercial. Actualmente no está excesivamente explotado por las Pymes pero sí por las grandes empresas.
Para la empresa contratante supone una gran ventaja permitiendo anticipar la gestión de los cobros y rehuir del riesgo de insolvencia. También se obtiene soporte por parte de las entidades financieras en la clasificación del crédito, elevando la clasificación de su cartera de clientes.
El inconveniente que presenta el factoring es el elevado coste que supone la operación. Ya que el tipo de interés aplicado es superior al descuento comercial convencional, y es en todo momento la empresa de factoring la que decide qué documento va a gestionar y cuales va a declinar en función de una serie de características como la calidad, el plazo, el importe o las posibilidades de recuperación.
El conocimiento y el uso adecuado de las distintas herramientas pueden hacer que nuestra financiación tenga un menor coste. ¿Te queda clara la diferencia entre un leasing y un renting? ¿Qué más herramientas de financiación conoces?
“Sólo hay un bien, el conocimiento; sólo hay un mal, la ignorancia”. Sócrates