El euro digital va en camino de convertirse en una realidad. El proyecto lanzado por el Banco Central Europeo (BCE) tiene como objetivo la emisión de una moneda electrónica propia que se convertiría en el equivalente electrónico al dinero en efectivo. En otras palabras, el euro digital no sería un sustituto del euro físico, sino que coexistirían de forma paralela.
El uso del efectivo en países como España donde desde 2014 a 2023 se ha reducido el pago en metálico de un 86% a un 65% de la población es la razón principal que ha motivado este proyecto. Además, el BCE traba de garantizar que los pagos digitales de los consumidores sean seguros, fiables y fáciles de usar como sucede con el dinero físico.
España y su propio Euro Digital Ibérico
Siguiendo la línea del BCE, a nivel nacional, el Banco de España también ha iniciado un proyecto para la emisión de tokens digitales, ahora bien, nada tiene que ver con el euro digital. Este proyecto piloto español se centra en ampliar los conocimientos sobre las monedas digitales de banco central de carácter mayorista (w-CBDC) y sus posibilidades al emplearas en operaciones interbancarias.
Este proyecto de token español se ha iniciado con una selección de colaboradores elegidos por el Banco de España y estará en fase de pruebas hasta finales de 2023.
En paz con las criptomonedas
El euro digital no ha nacido para competir con las criptomonedas, sino para evitar que otros medios de pago diferentes al efectivo se acaben imponiendo, ya que, cada vez está más en desuso. Por este motivo, el euro digital y las criptomonedas no son rivales.
Además, existen muchas diferencias entre ambas monedas digitales.
El euro digital cuenta con el respaldo del Banco Central Europeo, de forma que, existiría un esfuerzo por parte de este organismo por mantener su valor. En cambio, las criptomonedas delegan en la entidad que las emite su credibilidad y fiabilidad. Consecuentemente, ante cualquier problema con las criptomonedas, no existe un organismo que responda de las reclamaciones de los usuarios.
La emisión de la nueva moneda digital europea dependerá del BCE, mientras que las criptodivisas nuevas son creadas o minadas por los usuarios.
Por último, existe una normativa bancaria que enmarca el uso del euro digital, mientras que, las criptomonedas no se someten a ninguna regulación.
¿Para qué se utilizará el euro digital?
Al igual que sucede con el euro físico, el euro digital funcionará como medio de pago electrónico dentro de los países europeos que tienen el euro como moneda. También se podrá pagar con esta moneda digital con tarjeta o aplicación en el móvil. En otras palabras, se utilizaría como medio de pago o cobro complementario o adicional tanto para empresas como particulares que operan en la zona euro.
Incluso, se contempla con este proyecto que en el futuro puedan desarrollarse funciones como el pago automatizado o incluir una forma de identidad digital.
¿Qué semejanzas hay con el euro físico?
Conforme a la información que aporta el portal del Banco de España, esta moneda digital tendría una apariencia similar a los billetes que son emitidos en el Eurosistema y que son de conocimiento de todas las empresas y ciudadanos que operan en la zona euro.
Por el contrario, entre la moneda física y la electrónica la diferencia será el formato. Es decir, el dinero en metálico que se lleva en la cartera y se entrega de forma física a la hora de efectuar un pago se llevará ahora en una tarjeta o dispositivo móvil y se extraerá de una cuenta.
No obstante, el modo de utilizar el euro digital será similar al euro físico, pero con una diferencia, los euros digitales serían públicos y tendrían al BCE detrás como respaldo.
¿Cuándo llegará?
El proyecto de euro digital se encuentra, actualmente, en fase de investigación. Es, en este periodo, donde se está analizando cómo podrán los intermediarios financieros ofrecer servicios acordes a esta nueva moneda o cuál será el diseño del euro digital.
La fase de investigación se prevé llegue a su fin en octubre de 2023. Superada esta fase, el BCE tomará la decisión de continuar hacia otro periodo que puede durar entre 1-3 años más y que pondrá el foco en el desarrollo de servicios integrados y en realizar pruebas con el euro digital.
Los retos de las monedas digitales
Las criptomonedas están en auge, del mismo modo que los pagos digitales. Se calcula que se supera en 70 las autoridades monetarias que quieren subirse a la tendencia de experimentar con monedas digitales soberanas o CBDC.
Ahora bien, aunque pudiera vislumbrarse ya un futuro inundado por monedas digitales, la realidad es que, tienen tras de sí muchos retos.
La desconfianza de los usuarios, por ejemplo, requiere de un esfuerzo por garantizar que estas monedas son seguras, sólidas, reguladas por ley y que la privacidad de los usuarios esté asegurada.
También el diseño de estas monedas digitales debe realizarse con vistas a evitar los efectos adversos que pueden producirse en el sector financiero o en la economía. A modo de ejemplo, el BCE sobre su euro digital advierte de que su uso deberá centrarse en la realización de pequeños pagos electrónicos, pero nunca como forma de inversión.
Comentarios
¡Interesante! Aunque todavía quedan muchas cosas por aclarar, es algo que va a cambiar el panorama económico enormemente.