¿La conciencia medioambiental y las finanzas te parecen términos irreconciliables? Si es así, puede ser que aún no hayas oído hablar de la inversión sostenible.
Cada vez son más habituales los inversores que buscan que sus inversiones, además de rentabilidad económica, tengan un impacto positivo en la sociedad. Las finanzas sostenibles son aquellas que tienen en cuenta las cuestiones ambientales y sociales en la toma de decisiones de inversión.
En este artículo te explicamos en qué consiste la inversión sostenible y cuáles son sus principales beneficios y amenazas. También veremos la relación riesgo-rentabilidad de este tipo de inversiones.
¿Qué se considera inversión sostenible?
Un inversor sostenible, además de evaluar las variables relacionadas con la inversión (rentabilidad y riesgo), analiza otros aspectos de la actividad comercial de la empresa. En concreto, la inversión sostenible o ISR (Inversión Sostenible y Responsable), es una filosofía de inversión que aplica los criterios ASG. Estas siglas responden a los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que permiten a los inversores evaluar los aspectos no financieros de una empresa:
- Los criterios ambientales (A) evalúan cómo abordan las compañías el cambio climático y si buscan generar un impacto positivo en el planeta.
- Los criterios sociales (S) analizan cómo actúa la compañía en la comunidad. Se observa su influencia en la salud y en la educación. También se tienen en cuenta las condiciones laborales de sus trabajadores, o incluso el respeto a los derechos humanos.
- Los criterios de buen gobierno corporativo (G) atienden cuestiones relacionadas con los órganos de gobierno (composición y remuneración), la influencia política (corrupción, lobby), la estrategia fiscal (evasión de impuestos), diversidad, etc.
Para seguir profundizando en cuestiones relacionadas con la inversión sostenible, te invito a visitar este artículo sobre Qué busca el consumidor de productos financieros sostenibles.
Enfoques de inversión sostenible
Si te preguntas cómo se invierte en ISR, te indicamos a continuación las principales estrategias de gestión que siguen los fondos de inversión sostenible:
- EXCLUSIÓN. Consiste en excluir de la cartera de gestión a aquellas empresas cuya actividad es considerada poco ética o contraria a la política de inversión.
- SCREENING BASADO EN NORMAS. Al igual que la anterior, se trata de una estrategia de exclusión negativa. En este caso, se elige la normativa internacional que debe respetar la inversión y se excluyen a las empresas que no la cumplen.
- BEST IN CLASS. Esta estrategia no excluye a ninguna empresa por desarrollar una actividad concreta o no cumplir cierta normativa. Consiste en incluir en la cartera de inversión aquellas empresas que, dentro de sus diferentes sectores y mercados, están teniendo los mejores desempeños ASG.
- INVERSIÓN TEMÁTICA. Se analizan empresas dedicadas a una actividad concreta, como energía renovable o utilities y después se seleccionan siguiendo criterios financieros.
- INVERSIÓN DE IMPACTO. Son inversiones que persiguen intencionalmente la rentabilidad financiera y el impacto social o medioambiental positivo. Algunos ejemplos de este tipo de inversión son el capital riesgo social, la inversión en microfinanzas, el crowdfunding, los bonos verdes, etc.
Si te gustaría profundizar sobre estas estrategias, te invito a leer el estudio realizado por Spainsif, asociación sin ánimo de lucro referente en ISR en España.
Inversión sostenible y rentabilidad
Es muy habitual preguntarse si la inversión sostenible genera rentabilidad o solo se centra en generar un impacto positivo para la sociedad. Como es lógico, la rentabilidad de un producto financiero depende de multitud de factores. Los expertos que han analizado esta cuestión afirman que la inversión sostenible es igual de rentable que la inversión tradicional, sino más.
En relación con el riesgo, parece que la ISR presenta una clara ventaja respecto a la inversión tradicional. Esto se debe a que la inversión sostenible invierte en empresas con objetivos a largo plazo teniendo en cuenta los criterios ASG. Al tener en cuenta criterios adicionales, más allá de los puramente económicos, se consiguen prevenir potenciales riesgos asociados a la búsqueda exclusiva de oportunidades de valor.
Otra característica de las carteras de inversión sostenible es la fuerte diversificación. Debido a que existen empresas sostenibles en sectores muy variados, las inversiones se diversifican limitando la exposición y el riesgo.
Beneficios y amenazas de la inversión sostenible
Como acabamos de comprobar, en el largo plazo la inversión sostenible puede llegar a ser más rentable que la inversión tradicional. Pero es que, además de la rentabilidad económica, la inversión sostenible reporta otros beneficios de carácter emocional al inversor.
Sentirse artífice y protagonista de la financiación de grandes cambios socioeconómicos es uno de los alicientes de las inversiones sostenibles. Gracias al capital invertido, no solo se obtiene una rentabilidad, sino que se contribuye a impulsar causas favorables para toda la sociedad. Esta vinculación afectiva con la inversión hace que el nivel de satisfacción de inversor aumente.
Por su parte, la principal amenaza de la inversión sostenible es el llamado ecopostureo o greenwashing. El problema reside en que no existen normas internacionales que garanticen una aplicación homogénea de criterios ASG. Esto deja la puerta abierta a que muchas empresas se muestren al público como sostenibles cuando en realidad no lo son.
En 2021, se descubrió que los veinte mayores fondos de inversión ASG invertían en productores de combustibles fósiles, apuestas, alcohol y tabaco. La clave para evitar este tipo de prácticas está en impulsar el desarrollo de normativa ASG internacional. Así, se evitará engañar a los inversores que realmente quieren generar un impacto positivo con su dinero.
Si te ha parecido interesante este artículo no y te gustaría seguir profundizando en cuestiones similares, no te pierdas nuestro Máster en Finanzas e Inversiones.