Veintiún billones de dólares es la cantidad estimada que las personas más ricas del mundo esconden en los sumamente conocidos “Paraísos Fiscales” internacionales, dando lugar al fenómeno conocido como “Evasión o Blanqueo de Capitales”. Éstos se podrían contar por decenas y se encuentran bajo el amparo de las viejas potencias coloniales.
Se conoce como paraíso fiscal a todo aquel país que exenta a los inversionistas extranjeros del pago de impuestos mientras dispongan de cuentas bancarias en su territorio. Además de esto, fomenta el desarrollo de operaciones, de inversiones de mucho capital y de ingresos para aquel lugar donde se ubique. Por tanto, muchos ciudadanos con alto poder adquisitivo y numerosas empresas se domicilian en dicho territorio, aún cuando no vivan allí. Suelen convivir dos regímenes fiscales diferenciados y legalmente separados. Por un lado, el que afecta a los residentes y empresas locales, los cuales están sujetos al pago de impuestos como en cualquier otro país, y por otro, el de los no residentes que gozan de ventajas fiscales y suelen tener prohibida cualquier actividad económica o de inversión dentro de su territorio.
Al tratarse de países exentos de impuestos, los paraísos fiscales son el sitio preferido para aquellos que poseen dinero negro en gran cantidad y que quieren vivir en su propio país sin pagar al Estado.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), éstos países esconden más de una cuarta parte de la riqueza privada mundial; dinero más que suficiente para cubrir la deuda que tienen los países en la actualidad.
¿Qué países son considerados paraísos fiscales?
Siempre se ha conocido a países como Suiza, Gibraltar, Mónaco, Bermudas, Las Bahamas, como los destinos turísticos más atractivos para blanquear dinero. Hoy en día la lista de países considerados como paraísos fiscales ha sufrido grandes cambios, ya que se han establecido numerosos acuerdos entre países implementándose estándares de transparencia.
¿Qué ventajas proporcionan realmente estos territorios?
Las ventajas de los regímenes tributarios de los paraísos fiscales suelen contemplar la exención parcial o total del pago de impuestos. Por ejemplo un millonario que vive en Estados Unidos debe pagar grandes sumas de dinero en concepto de impuestos a las ganancias. Si dicha persona establece su domicilio legal en un paraíso fiscal, pagará mucho menos dinero por cuestiones impositivas.
También suelen ofrecer otras ventajas como leyes o normas que no permiten el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países.
Otro motivo por el que suelen ser ventajosos es que atraen a numerosos inversionistas. Esto se debe al secreto bancario que impera en ellos, además de la facilidad de las transacciones y el nulo pago de impuesto, como ya he comentado con anterioridad.
Sociedades “Offshore”
Entre los instrumentos más característicos para operar en un paraíso fiscal están las sociedades offshore, que son empresas ficticias en centros financieros con un nivel impositivo muy bajo. Este tipo de empresas son utilizadas para ocultar información sobre el propietario o beneficiario de determinados bienes.
El caso de Gibraltar es característico en lo que supone el uso de sociedades offshore. Desde finales del siglo XX, este territorio ha experimentado un notable desarrollo como centro financiero offshore, con un creciente número de sociedades creadas para operaciones de blanqueo de dinero.
Es un paradigma pensar lo que supondría que todo ese dinero evadido estuviese en nuestra arcas, ya que se acabarían todos los problemas de liquidez en nuestra sociedad y o tendríamos que estar viviendo día a día la cantidad de recortes que nos vamos encontrando. Por eso os pregunto… ¿No deberíamos ser más estrictos y preventivos con la masiva evasión de capitales?