La imparable progresión del e-commerce en nuestro país es indudable. Según el informe de la Sociedad de la Información en España 2014, en ese año 15 millones de españoles ya realizaban compras a través de la red y 2 millones de españoles lo hicieron por primera vez. El incremento de la confianza de los usuarios en las adquisiciones online y la proliferación de la utilización de los dispositivos desde los cuales realizar este tipo de compras ha logrado un nivel de transacciones online impensable años atrás. De hecho, España ha logrado tal tráfico de red que se ha llegado a convertir en el quinto mercado europeo en e-commerce.
Por otra parte, el mercado farmacéutico ha seguido creciendo en los últimos años. En enero de 2015 se ha notado un incremento del 2% de las ventas de productos farmacéuticos respecto el mismo mes del año anterior. Estas informaciones no han pasado desapercibidas para el sector farmacéutico, que está comenzando a utilizar el e-commerce como una gran oportunidad para incrementar sus ventas.
No seríamos el primer país que comercializa productos farmacéuticos a través de la red: en países como Estados Unidos, el e-commerce de estos productos está entre los diez primeros mercados electrónicos en volumen de negocio y de clientes. Además, estamos ante una tendencia al alza que se está extendiendo cada vez más por países europeos como Alemania.
¿Y en España?
En nuestro país se permite la adquisición de todo tipo de productos parafarmacéuticos en las farmacias digitales. A partir de 2014, según lo dispuesto en el RD 870/2013, de 8 de noviembre, también se permite la venta online de medicamentos sin prescripción médica. Eso sí, sólo las farmacias online que cumplan una serie de estrictos requisitos (disponer de sede física y que el responsable de la farmacia virtual sea farmacéutico) tendrán permiso para ello.
No obstante no hay que olvidar el riesgo que puede conllevar un e-commerce de productos farmacéuticos. No sería la primera vez que escuchamos en las noticias desgracias ocurridas por la compra de productos farmacéuticos ilegales, bien por desconocimiento, bien por su menor coste o bien por la adicción del consumidor y la no disposición de receta médica.
Recordemos que antes de adquirir cualquier tipo de medicamento hay que consultar al médico para que vea su conveniencia y emita receta médica en caso de ser necesario. La automedicación conlleva sus riesgos y en ningún caso debe aplicarse a la ligera. Con el objetivo de añadir claridad para los consumidores e identificar de forma concisa y exacta las farmacias autorizadas en la venta de productos de parafarmacia y medicamentos sin receta, la Comisión Europea ha diseñado un logotipo que será obligatorio para las farmacias online que quieran vender medicamentos sin receta a través de la red.
Está más que claro que es un canal de venta más aún por explotar. Por ahora, aquellas farmacias que ya disponen de sistemas de venta online con sus productos de parafarmacia ya tienen mucho ganado porque disponen de cierta presencia online: el posicionamiento en los buscadores es una de las herramientas más efectivas para el e-commerce y este tipo de farmacias ya tienen un cierto posicionamiento en los principales motores de búsqueda.
Las farmacias que quieran acceder a este mercado virtual deberán diseñar una estrategia de marketing adecuada para ser capaces de posicionarse correctamente y destacar frente a la competencia existente. Eso sí, siempre dentro de la legalidad y un contexto moral y ético: los medicamentos no son un juguete, la vida de las personas está en juego.