En los últimos años, se ha incrementado la demanda de productos con atributos éticos en todo el mundo. Es el comienzo de una nueva etapa con consumidores más preocupados por una serie de valores, como el respeto al medio ambiente o a los animales.
Podemos hablar de un consumidor responsable en su proceso de compra, consciente de su rol en la sociedad y de las consecuencias de sus hábitos.
El sello cruelty free es un valor diferenciador
Las políticas de Responsabilidad Social Corporativa cada vez son más importantes para las empresas. La sostenibilidad y la transparencia son las características que están marcando el rumbo en la Responsabilidad Social Corporativa de los últimos años y es que la empresa debe responder a este cambio de mentalidad en el consumidor. Por ejemplo, incorporar en sus productos y servicios atributos sostenibles también es una estrategia para mejorar su propuesta de valor.
Las marcas están realizando esfuerzos por cambiar sus métodos de testeo y están aprovechando el movimiento cruelty free como un sello diferenciador. Una empresa puede considerarse “cruelty free” cuando ninguno de sus productos y los ingredientes que los componen son testados en animales en ninguna de sus fases.
Ningún cosmético testado en animales o con ingredientes testados en ellos se puede poner en el mercado en Europa
La mayor parte de los animales utilizados para cualquier tipo de experimentación animal suelen morir a causa de ellos y los que sobreviven, suelen ser reutilizados para nuevas investigaciones.
Gracias al desarrollo de la ciencia han surgido nuevos métodos para poder realizar los ensayos y cada vez son más las marcas que apuestan por ello. De hecho, desde el año 2013, la normativa europea prohíbe poner en el mercado ningún producto que haya sido testado en animales. Por lo tanto, todos los cosméticos que se comercializan actualmente a nivel nacional deberían ser cruelty-free.
China sigue obligando a testar en animales
La cuestión radica en aquellos países en los que no existe la misma regulación, como es el caso de China, que todavía continúa obligando a las marcas que vendan allí sus productos, a utilizar el método de testeo en animales.
No ocurre lo mismo cuando se vende fuera de sus fronteras (aunque se haya fabricado en ese país). Es decir, se puede fabricar en China y no utilizar el testeo en animales, siempre que se venda fuera.
¿Cómo identificar un producto cruelty free?
Las marcas, conscientes de la concienciación del consumidor frente a este tema intentan hacerse un hueco en el mercado cruelty free. Para identificar un producto con esta etiqueta debemos buscar en su envase los sellos identificativos que nos indican que éstos no se han testado en animales.
Los tres sellos que certifican las marcas libres de crueldad animal
Sellos estipulados por organizaciones internacionales avalan a los productos no testados en animales: Cruelty Free International (Leaping Bunny), PETA y Choose Cruelty Free.
- PETA (People for the Ethical Treatment of Animals): Es una de las organizaciones más conocidas por su lucha contra el maltrato animal. Se encuentra ubicada en Estados Unidos y su misión es certificar que ni el producto ni sus ingredientes estén testeados en animales.
- Cruelty – Free International: Esta organización internacional afirma al igual que la anterior que, para poder obtener su acreditación, ni los ingredientes ni el producto final deben estar testeados en animales. Además, el proveedor de sus ingredientes tampoco puede utilizar este tipo de testeo. Esta organización también obliga a las compañías a acreditarse anualmente.
- Choose Cruelty Free: El sello de esta organización internacional añade al requisito del testeo en animales, la prohibición a la marca de usar productos derivados de animales. También se aplica a sus proveedores de ingredientes y deben ser certificados como cruelty free. Al igual que la anterior, el compromiso con la entidad debe renovarse de forma anual.
Por otro lado, también podemos encontrar muchas marcas que poseen logos no oficiales creados por ellas mismas que carecen de validez.
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