¿Cómo se hace un cobranding?
María Inmaculada González
El cobranding es una técnica de marketing en la que dos o más marcas colaboran para ofrecer un único servicio o producto durante un periodo de tiempo limitado. En este artículo, veremos cómo se hace un cobranding y cómo puede contribuir al éxito de una marca.
El objetivo de esta colaboración entre dos empresas es crear un producto o servicio que les permita reforzar mejorar su posicionamiento e incrementar las ventas. Se trata de una alianza estratégica en la que se combinan los atributos más destacables de cada marca para conseguir un alto impacto entre los consumidores.
El resultado conjunto de esta unión es percibido como algo superior. La idea es que ambas empresas sumen nuevos clientes, procedentes del público objetivo de la otra y viceversa.
Ejemplos de cobranding
Un ejemplo reciente fueron las patatas Lays con sabor a kétchup Heinz, Samsonite que decidió crear una edición limitada de maletas con diseños de Disney o la marca Oreo que colabora con numerosas marcas como por ejemplo, con helados Cornetto o chocolate Milka. También podemos destacar una de las campañas más exitosas de branding de la promoción de la película sobre la famosa muñeca Barbie con marcas como Zara o Burger king. Seguro que todos nos acordamos de alguna campaña de branding conocida y en la que se agotaron rápidamente todos los productos. Colaborado con campañas de branding con numerosas marcas.
Aunque el objetivo principal es conseguir una mayor visibilidad en nuevos nichos de mercado y reforzar el posicionamiento de ambas marcas, el cobranding también posibilita que las marcas desarrollan productos o servicios que de manera independiente sería más complicado.
¿Todas las empresas pueden hacer cobranding?
Es necesario cumplir algunos requisitos y no importa tanto que sean del mismo sector, sino que sus valores coincidan y tengan algún tipo de alineación. No tendría sentido realizar campañas entre empresas que tengan una filosofía diferente o que puedan tener intereses contrapuestos. Por ejemplo, empresas que apuestan por la protección del medio ambiente no podrían trabajar con compañías que no tienen en cuenta el testeo en animales. Esto haría perder la confianza de sus consumidores y perdería credibilidad como marca, lo que dañaría seriamente su reputación. Por tanto, que los valores y el público de cada marca compartan algún tipo de afinidad.
Además, los atributos que aporta cada marca deben ser complementarias y sumar. Es importante que sea branding de competencia complementaria. Esto quiere decir que el valor añadido por cada una de las marcas no debe ser sea igual; de hecho, las aportaciones opuestas muchas veces funcionan. La clave está en que sean complementarias.
¿Qué beneficios tiene este tipo de campaña?
- Se trata de una estrategia donde ambas marcas ganan. Las dos compañías que colaboran verán incrementadas sus clientes y, por tanto, sus ventas. Al mismo tiempo, el riesgo disminuye al repartirse entre los dos participantes.
- Se genera un mayor grado de confianza entre los usuarios que valoran muy positivamente un producto o servicio único y exclusivo, creado para una ocasión especial y durante un tiempo determinado. Esa exclusividad llama la atención de los clientes a los que se le despierta la curiosidad por probar ese producto o servicio antes de que se agote. Se crea una expectativa y un deseo que es aprovechado por las estrategias de marketing para captar a un gran público y reforzar la lealtad hacia las marcas.
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