Cuando nos hablan de bonos habitualmente nos hacen referencia a la definición clásica de los mismos. Los bonos clásicos no son más que instrumentos financieros de deuda por los que pagamos un valor nominal concreto y recibimos a cambio una rentabilidad periódica, también llamada cupón. Al vencimiento del bono, nos devuelven el valor nominal emitido. Pero más allá de los bonos tradicionales, tenemos otra gran variedad de productos, siendo uno de ellos los bonos cupón cero.
Como podemos deducir de su propia nomenclatura, los bonos cupón cero no pagan un cupón (intereses) periódico durante la vida del bono, por lo que la remuneración es bastante diferente a los bonos tradicionales.
Los bonos cupón cero se emiten al descuento, es decir, se emiten por debajo de su valor nominal.
Ejemplo de Bonos Cupón Cero
En una emisión de bonos clásica, por ejemplo, podemos adquirir un bono con un valor nominal de 5.000€ con una duración de 5 años y un cupón del 2%. Aunque, cuando venza el cupón pasados los cinco años, recuperemos el valor nominal invertido (es decir, los 5.000€), cada año percibiremos una rentabilidad o cupón del 2%, es decir, 100€.
Sin embargo, en el bono cupón cero, aunque la rentabilidad también es del 2%, el bono no se adquiriría por su valor nominal, sino que se adquiriría por un valor inferior de modo que, una vez hayan pasado los cinco años, hayamos recibido un total de 5.000€ (el equivalente al valor nominal del bono).
Para determinar el valor del bono empleamos la siguiente fórmula:
P = N / (1+r)n
Donde:
- P: Precio del bono
- N: Valor nominal
- r: Rentabilidad
- n: Plazo hasta el vencimiento
En nuestro ejemplo, calcularíamos el valor del bono del siguiente modo:
P = 5000 / (1+0,02)5 =4.528,65€
Así, si adquirimos el bono cupón cero por 4.528,65€ y, al vencimiento, recibimos 5.000€, habremos tenido una rentabilidad de 471,35€, rentabilidad que, si nos fijamos, es superior al 2% del valor del cupón anual (2% x 4.528,65€ x 5 años = 452,87€).
¿Por qué sucede? Esta rentabilidad es superior porque no percibimos la rentabilidad cada año, sino que, ese 2% anual se reinvierte en el valor del cupón y lo incrementa.
De este modo, el primer año la rentabilidad será de 90,57€ (4.528,65 x 2%), la rentabilidad del segundo año será de 92,38€ ((4.528,65+90,57) x 2%), y así sucesivamente.
Ventajas de los bonos cupón cero
Las ventajas de este tipo de bono son básicamente dos:
- Se trata de valores que tienen asociado un riesgo muy reducido ya que su valor teórico coincide con su duración y la reinversión de los intereses es segura.
- Al no percibir la rentabilidad de forma anual, se produce un diferimiento de impuestos. Normalmente, a la rentabilidad de cada cupón se le resta la retención pertinente. Sin embargo, con los bonos cupón cero, al reinvertir la rentabilidad de forma automática, el cupón no se percibe, no hay retención y se reinvierte el importe íntegro que seguirá produciendo intereses en períodos posteriores. Eso sí, cuando venza el bono cupón cero, deberemos tributar por la diferencia entre el importe que pagamos del cupón y el valor nominal de éste.
Aunque hay varias emisiones privadas de bonos cupón cero, en España, uno de los ejemplos más conocidos de este instrumento son las Letras del Tesoro que emite el Tesoro Público con vencimientos de 3,6,9 y 12 meses; títulos de deuda pública con un nivel de riesgo aún menor que el que podemos encontrarnos en otros bonos cupón cero procedentes del ámbito privado.