La auditoría financiera debe dejar de ser considerada como una mera obligación que deben cumplir determinadas sociedades por imperativo legal. La auditoría financiera o contable tiene que ir mucho más allá. Debemos ser conscientes de la importancia que tiene esta auditoría para la empresa que la realiza y para todos aquellos terceros interesados en ella.
¿En qué consiste una auditoría financiera?
La auditoría financiera o contable de una empresa no es más que una evaluación de los registros económicos y contables de una sociedad por parte de un auditor para comprobar si se cumple con la normativa contable.
En este sentido el objetivo fundamental de la auditoria es examinar las cuentas anuales y comprobar si se están formulando atendiendo a lo que se establece en el Plan General Contable y en el Código de Comercio. Pretende comprobar la veracidad de la información contable y que cumple con los requisitos de imagen fiel de la compañía
La auditoría pretende acreditar frente a terceros la realidad de los datos y el cumplimiento de la legalidad
En su análisis, el auditor puede que encuentre incongruencia entre lo que ha reflejado la empresa en sus cuentas y la realidad. Nos referimos a posibles errores, pero también ocultación de datos, malas prácticas e incluso fraudes.. Todo esto se plasma en el informe de auditoría.
El informe de auditoria
El informe de auditoría es un documento donde el auditor expresará su opinión sobre las cuentas anuales de la empresa auditada. Deberá contener información sobre la empresa auditada, el alcance de la auditora y una opinión final del auditor que podrá ser favorable, con salvedades, desfavorable o denegada.
El informe de auditoría ha de estar firmado por un experto independiente, inscrito en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), y debe seguir las indicaciones de la normativa aplicable a la auditoría de cuentas.
Aunque este informe no es vinculante, sirve para dar confianza a los usuarios de la información financiera.
¿Quiénes están obligados a realizar una auditoría de sus cuentas?
La auditoría financiera no es obligatoria para todas las empresas, solo para las siguientes:
Empresas que cumplan al menos dos de las siguientes condiciones durante dos ejercicios seguidos:
- Tengan una facturación que supere los 5,7 millones de euros.
- Su total de activos supere los 2,85 millones de euros.
- Tengan una media de más de 50 trabajadores.
También se requiere hacer una auditoría financiera:
- A las empresas que quieran obtener subvenciones que superen una determinada cuantía.
- A algunos tipos de empresas, como entidades cotizadas o sociedades de intermediación financiera.
- Cuando se producen operaciones societarias, como fusiones o escisiones
- En sociedades limitadas o anónimas por instancia de cualquier socio que posea más de un 5 % de las participaciones.
- Incluso puede haber empresas que deseen auditar sus cuentas de forma voluntaria, con la intención de mejorar su imagen frente a terceros.
Fases de la auditoría financiera en la empresa
Las fases en las que se divide una auditoría financiera las podemos resumir en las siguientes:
Fase de planificación
En esta fase se establece el primer contacto entre la empresa y el auditor. Se deciden aspectos básicos como el alcance de la auditoria o los procedimientos a realizar. Se pretende enfocar el trabajo por lo que se tendrá que informar sobre aspectos como la situación de la empresa, su sistema contable, su organización, actividad, estrategias, etc.
Fase de ejecución
Aquí ya entramos en materia y se realizan las pruebas de auditoria y procesos analíticos para evaluar los cuentas de la sociedad. Se buscan posibles errores o desvíos entre lo contabilizado y lo que establecen las normas contables.
Fase de finalización e informe
Se detallan las conclusiones, los hallazgos y los puntos de mejora identificados en la fase de ejecución. Se emite el informe de auditoría que expresará la opinión del auditor sobre los Estados Financieros.
Ventajas para las empresas
Como decimos en nuestra introducción, tanto la auditoría financiera de la sociedad, como el resto de auditorías no deben verse como una mera imposición, sino que debemos buscar sus ventajas.
Las auditorías de empresas pueden ser una gran herramienta en la gestión económica, financiera y fiscal pero también suman otros beneficios como:
- Supone una mayor confianza tanto para accionistas como para terceros interesados en la empresa como inversores, clientes, proveedores, bancos o Administraciones Públicas.
- Facilitan el acceso a fuentes de financiación externa, al reducir el riesgo percibido por los prestamistas y acreedores.
- Al poder detectar posibles errores, irregularidades, fraudes o incumplimientos fiscales y corregirlos, se evitan problemas con la Agencia tributaria.
- Ayudan a optimizar los procesos de control interno, al identificar las áreas de mejora y las buenas prácticas en la gestión contable y financiera.
- Aportan información útil para la toma de decisiones estratégicas, al proporcionar un diagnóstico de la situación actual y las perspectivas futuras de la empresa.
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