La tartamudez, denominada disfemia en el ámbito más clínico y profesional, es un trastorno donde se ve afectada la fluidez del hablar, siendo el tratamiento logopédico el más indicado para tratarla.
La fluidez al hablar hace referencia a la facilidad y continuidad del flujo de palabras producido por la coordinación de los movimientos musculares y respiratorios, en el momento que se presenta una gran dificultad en esa coordinación y facilidad motora, nos encontramos con las características disfluencias y, por tanto, ante un cuadro de tartamudez.
Al verse la comunicación afectada en alto grado, el Manual de Diagnóstico Internacional de Trastornos Mentales (DSM-V) clasifica la tartamudez en los trastornos del desarrollo dentro del subgrupo de Trastornos de la Comunicación.
Causas de la tartamudez
Este trastorno de la fluidez del habla suele comenzar entre los 2 y 5 años y, debido a su pronta aparición, se suele confundir con dificultades propias de la edad durante la adquisición del lenguaje. Cabe decir que, al final, solo uno de cada veinte niños en un futuro presentará tartamudez y que esta es mucho más frecuente en el sexo masculino que en el femenino.
Gracias a los avances en investigación, cada día hay más estudios que respaldan el origen neurológico de la tartamudez. Se ha descubierto que el área premotora del cerebro, la cual es la encargada de programar los movimientos del habla, presenta una actividad diferente a las personas que no tartamudean. También se ve afectado el sistema límbico, el cual regula las emociones. Además, el factor genético suele ser muy frecuente, ya que la mayoría de las personas que tartamudean tienen ascendientes directos con tartamudez. No obstante, no hay estudios que demuestren de manera absoluta esta teoría.
¿Qué características presentan los pacientes con disfemia?
En general, la característica más representativa de la tartamudez, y la cual asociamos comúnmente a ella, son las disfluencias. Estas son las típicas rupturas en el flujo del habla que pueden clasificarse según:
- Severidad, dependiendo de la duración y fuerza del espasmo.
- Tipología, si es una prolongación (alargar un fonema más de lo habitual), bloqueo (incapacidad para soltar fluidamente el sonido o fonema) y repetición (reiteración de fonemas, sílabas o palabras varias veces).
- Frecuencia, se refiere al número de sílabas o palabras tartamudeadas en un determinado tiempo.
Estas disfluencias serían el comportamiento más primario y evidente, es la representación más primitiva e involuntaria. El “pico del iceberg”. Pero las personas con tartamudez también experimentan una serie de comportamientos secundarios, no visibles para sus interlocutores, de carácter semi-voluntario que con el tiempo pueden adquirir tal gravedad que se automaticen. Estos pueden ser fisiológicos tales como la ansiedad, emocionales como la culpa, frustración, miedo, inseguridad… o verbales tales como técnicas de evitación de una determinada palabra o mutismo temporal.
De ahí que múltiples autores hablen del Iceberg de la Tartamudez que podemos ver en la imagen que acompaña este artículo.
Tratamiento logopédico para la tartamudez
La disfemia es diagnosticada y tratada por los logopedas, ya que son los profesionales indicados para tratar los trastornos de la voz, habla, lenguaje y comunicación.
A lo largo de la historia, son muchas las técnicas que se han usado como tratamiento logopédico para la tartamudez, técnicas que actualmente se encuentran desfasadas puesto que no hay evidencia científica que respalden la eficacia de estas. Algunas de las técnicas en desuso son las prácticas respiratorias tales como trabajar el soplo, reposo, flautas… o las praxias donde se trabajan movimientos aislados de los músculos implicados en la fonación.
En la actualidad hay programas tales como el “Entrenamiento sistemático de la fluidez”, el “Programa de reglas para la fluidez” o el conocido “Programa Lidcombe”. Pero en líneas generales, los logopedas combinan técnicas de habla, aceptación y manejo de emociones en situación de comunicación para abordar la tartamudez desde todos sus frentes.
En clínica, los profesionales de la Logopedia afrontan dos principales cuestiones a la hora de tratar a las personas con tartamudez:
- Se trabaja para intentar disminuir la frecuencia de la aparición de las disfluencias.
- para reducir la severidad de las disfluencias abordando tanto a nivel físico como psicológico.
Por último, cuando estés con una persona que tartamudea es necesario tratarla en todo momento igual que a cualquier otra persona, evitar comentarios tales como “Habla más despacio”, “No te pongas nervioso”, intenta no terminar sus frases o palabras, no te rías de la situación, transmite a esa persona que lo importante es lo que dice, no cómo lo dice. Y en general, recuerda que la tartamudez no es una enfermedad si no una dificultad no exclusivamente psicológica por lo que es importante evitar la compasión o burla.