Como animales que somos, con toda nuestra física y toda nuestra química, nos comportamos como tales. Son muchos los esfuerzos que se dedican a la educación de las sociedades, a la erradicación de aquellos comportamientos que hemos considerado moralmente inaceptables. Sin embargo, aún afloran conductas, estilos o pautas que nos acercan más al chimpancé que al homo sapiens. Y esto ocurre en pleno siglo XXI, en los inicios de la nueva era, de la era de la información, de la digitalización, en la era del conocimiento, en la era del mal uso de la tecnología y en la era de la violencia.
El mal uso de la tecnología: la nueva amenaza de la sociedad
El desarrollo tecnológico sigue un ritmo vertiginoso. Aparatos sofisticados que caben en un bolsillo, o que puedes acoplar en alguna parte de tu cuerpo, y que han transformado el mundo, la forma de entenderlo, así como la forma de entender las relaciones interpersonales. Paso firme hacia un futuro que se describe con unos y ceros, que se construye para hacer de nuestra vida una vida más sencilla. Esta es la teoría, que como bien sabemos es muy bonita, pero que acaba siendo la cara de una moneda. La cruz, valga la metáfora, es el mal uso que le damos a todos estos nuevos inventos, que más allá de facilitarnos la vida, se tornan una amenaza o motivo de preocupación para la ciudadanía.
Las nuevas tecnologías utilizadas como mecanismo de control
Concretemos. En la actualidad, las nuevas tecnologías están siendo utilizadas como mecanismos de control, abuso, agresión, atentado, violencia… Todo un listado de prácticas indeseables. Pese a todas las cosas buenas que nos aportan, las nuevas tecnologías se han convertido en los instrumentos idóneos para aquellos animales obcecados en dominar y atentar contra la dignidad humana, en general, y la dignidad de la mujer, en particular. La violencia contra la mujer es camaleónica, adopta multitud de formas, y a día de hoy los animales se aprovechan de los avances de una sociedad cívica, que se ve ennegrecida por los actos de aquellos.
Cada vez es más común el uso de las redes sociales como mecanismo de control. ¿Qué haces? ¿Con quién estás? ¿Cómo te has vestido para salir? ¡Mándame una foto que lo compruebe! Son comportamientos que revelan un problema que persiste desde tiempos inmemoriales, y que no hace más que perpetuarse de una manera cada vez más sencilla. Aumentan los casos de episodios de violencia o maltrato, a edades cada vez más tempranas. Adolescentes que no detectan estos comportamientos como propios de un maltratador, debido en gran medida a esta inexperiencia que caracteriza su edad.
Por otro lado, dada la relativa seguridad que ofrece estar tras una pantalla, cada vez es mayor la falta de respeto y los episodios de acoso y agresión sexual que sufren muchas mujeres en sus perfiles de redes sociales. Todo tipo de comentarios y de insinuaciones que no hacen más que reducir el cuerpo de la mujer a una simple mercancía, como un producto que valorar. ¡Es muy triste!
¿Cómo actuar para prevenir el mal uso de la tecnología?
¿Cómo actuar? ¿Cómo responder a un problema tan difícil de controlar? Una vez más, la educación es pieza fundamental. Porque al final, podemos perseguir y perseguir este tipo de comportamientos, y penarlos, pero el verdadero problema es el mismo problema persistente del que hablábamos antes. Las nuevas tecnologías no son más que las herramientas que permiten llevar a la práctica la violencia, en su acepción más amplia, en nuevos contextos o escenarios. Por lo tanto, la educación en valores de igualdad, respecto y humanidad es clave, así como la educación para el uso apropiado de estas nuevas tecnologías, que surgen para facilitarnos la vida y acaban por arrebatarnos su esencia.
Comentarios
Solo el principio, Cristina, así es. Los avances tecnológicos deben venir acompañados de una enseñanza adaptada, con la que ser totalmente conscientes y estar prevenidos de lo que puede acarrear el uso de todos estos aparatos. Muchas gracias por la aportación.
Sí, somos animales, como bien dices, y precisamente de lo que nos caracteriza como tales es de lo que se aprovechan, digámoslo como «los líderes de la manada». Es evidente que los avances tecnológicos son cada vez más útiles y nos facilitan en muchas de las facetas de nuestra vida, pero el problema es que nos lo venden de forma que, al final acabamos dependiendo de ellos, y nos convierten en inútiles. De esta manera ellos consiguen el control, incluso el de nuestras vidas. Lo que a su vez, dentro de este gran círculo estarían los “machos dominantes” que a su vez controlan o dominan a los más débiles, en este caso las mujeres. Consiguiendo no solo un acoso físico si no un acoso llevado a todos los extremos, pues con el mal uso de las tecnologías puedes sacar toda la información que el usuario quiera conseguir, invadiendo toda su intimidad. Lo importante de todo ello, es ser consciente del uso al que se le da y dar una buena educación sobre ello. He visto como padres le compran un iPhone a sus niños y estos se lo llevan al colegio, con eso empieza todo…