Seguro que muchos de vosotros habéis escuchado hablar del síndrome Burnout o (del síndrome del trabajador quemado) pues bien, se trata de un padecimiento que, a grandes rasgos, consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes, emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo.
La persona que lo padece puede presentar agotamiento físico, psíquico y emocional que va a llegar a afectar a otros ámbitos de su vida, no sólo al laboral.
Los posibles síntomas del síndrome Burnout
- Psicosomático: fatiga crónica, trastornos del sueño, úlceras, desordenes gástricos y tensión muscular.
- De conducta: absentismo laboral y adicciones (tabaco, alcohol, drogas).
- Emocional: irritabilidad, incapacidad de concentración y distanciamiento afectivo.
- Laboral: menor capacidad en el trabajo, acciones hostiles y conflictos.
Si hacemos referencia al espectro emocional de la persona que lo padece, puede aparecer un fuerte sentimiento de impotencia, irritación o agresividad, apatía, estrés continuado, aislamiento, sensibilidad, insatisfacción en general y en muchos casos puede derivar en depresión.
Además, a los síntomas del estrés a nivel emocional se le suman múltiples molestias físicas como insomnio, dolor de cabeza, mareos, dolores musculares, trastornos digestivos, infecciones, manchas o afecciones en la piel así como trastornos respiratorios y circulatorios o digestivos (con variaciones de peso).
El síndrome de Burnout se presenta con más frecuencia en profesionales de aquellos sectores que implican una constante relación con otras personas (es decir, que basan su profesión en la relación con el otro) ya que en este tipo de profesiones el trabajador/a es la herramienta clave para la resolución de demandas. Los sectores de más riesgo suelen ser Sanidad, Servicios Sociales o Educación.
Aún así, se debe matizar que se trata de un fenómeno personal, ya que en el mismo ámbito laboral e idéntica profesión, hay quien lo sufre y quien no.
La solución radica por tanto, en conocer en qué consiste el Síndrome Burnout y cuáles son sus síntomas para poder identificarlos y aplicar así, estrategias o habilidades que nos permitan mitigarlos.
¿Cómo se mide el riesgo de sufrir el síndrome de Burnout?
Para ello utilizaremos el Cuestionario de Maslach. Siendo este el instrumento más aplicado para medir el riesgo de sufrir el síndrome de Burnout, ya que cuenta con una escala de alta consistencia ofreciendo unos resultados cuya fiabilidad alcanzan el 90%.
El cuestionario cuenta con 22 ítems con seis opciones de respuesta que nos permitirán valorar el desgaste profesional y diagnosticar el trastorno. Se realiza en 10 o 15 minutos y se basa en tres subescalas:
– Subescala de agotamiento emocional. Mide la carga emocional que implica las demandas del trabajo (agotamiento). Ítems 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16 y 20.
– Subescala de despersonalización. Mide actitudes de frialdad y distanciamiento. Ítems 5, 10, 11, 15 y 22
– Subescala de realización personal. Mide la eficacia y realización personal en el trabajo. Ítems 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19, y 21
Puedes realizar el test en:
https://angelrazo.files.wordpress.com/2013/01/mbi-inventario-de-burnout-de-maslach.pdf
RIESGO DE BURNOUT
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BAJO
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MEDIO
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ALTO
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Agotamiento emocional |
< 18 puntos
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19-26 puntos
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>27 puntos
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Despersonalización |
< 5 puntos
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6-9 puntos
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>10 puntos
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Realización personal |
>40 puntos |
34-39 puntos
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< 33 puntos
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