El desarrollo imparable de las redes sociales, hacen que el sharenting o la acción de compartir contenidos en formato imagen o audiovisual de niños, sea una práctica mucho más habitual por parte de los padres. Pero, ¿qué efectos negativos tiene el sharenting para los más pequeños de la casa? ¡Te lo cuento todo en este artículo!
Posibles factores desencadenantes del sharenting
Algo que pudo empujar el avance de esta práctica, pudo ser la pandemia. Durante el tiempo que pasamos confinados, las redes sociales y las tecnologías en general, han ayudado a paliar ese sentimiento de desconexión o distanciamiento de nuestros seres queridos.
Pero existe, otro motivo por el que se puede practicar el sharenting, y es que uno o los dos progenitores, sean influencer, creen contenido para distintas redes sociales, y realizando una exposición consciente de sus hijos, con el objetivo de aumentar su facturación.
Con este último formato, se estaría yendo mucho más allá de tener una comunicación familiar, si no sé que estaría realizando un uso abusivo del sharenting con fines lucrativos. Los canales o cuentas familiares, donde hay una exposición de los menores, reciben muchos más seguidores y una mayor facturación.
Huella digital y privacidad de los niños
Hay que tener en cuenta, que, dentro de esta práctica, entran en juego una serie de derechos. Por un lado, están los derechos de los padres a la libertad de expresión, pero también los derechos que tienes los niños frente a esta práctica, sobre todo en lo que se relaciona con su privacidad y huella digital.
Los niños pueden tomar decisiones sobre su propia imagen a partir de los 14 años, pero si antes se ha llevado a cabo una sobreexposición por parte de sus progenitores en distintas redes sociales, aunque esto pudiese ser denunciable, su huella digital ya habrá sido modificada y alterada sin su consentimiento.
Consecuencias negativas del sharenting para los niños
Esta práctica puede traer consigo graves consecuencias para los niños, tanto a nivel físico como emocional. No se está respetando ni el derecho a su propia imagen ni a su intimidad. Algunas de las consecuencias más frecuentes pueden ser que el menor sea objeto de ciberbullying, grooming, fraudes, suplantación de identidad, abuso sexual o su imagen sea incluida en páginas de pedófilos, entre otras.
Por otro lado, se puede dar información mediante estos contenidos a datos sensibles como el colegio donde están o lugares que frecuentan para jugar. Una imagen o un video puede dar mucha información, comprometiendo su seguridad y bienestar.
Otra consecuencia es que los niños dada su sobrexposición pueden sentirse avergonzados o desprestigiados. Daños que se pueden derivar de esta práctica, también pueden afectar a la autoestima o a su desarrollo de la personalidad e identidad.
¿Qué puede hacer un menor en desacuerdo con el sharenting?
En muchos países, como por ejemplo Holanda o Francia, los menores pueden denunciar a sus padres y el estado obligar a los progenitores a eliminar estas imágenes o contenidos audiovisuales e incluso sancionarlos de forma económica. En España, si ambos padres están de acuerdo, pueden mostrar imágenes o videos de sus hijos en las redes sociales.
Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor, en su artículo 4, solo establece que los padres o tutores y los poderes públicos respetarán y protegerán los derechos del menor frente a posibles ataques de terceros. Solo si alguien piensa que se está actuando mal o de forma incorrecta con un menor, puede denunciar.
Por tanto, si un hijo no quiere que sus padres publiquen imágenes sobre él, lo mejor será hablarlo en familia y los padres, normalmente y por sentido común, tenderán a respetar la decisión de su hijo, eliminándolas y no volviendo a publicar ninguna imagen o video.
Menores molestos por el sharenting
En el artículo publicado de Azurmendi, Etayo, Torrell, Angelina (2021), se realiza una serie de encuestas a niños y adolescentes de edades comprendidas entre los 13 y 18 años, en donde se refleja el descontento de estos por la publicación de imágenes o videos suyos, por parte de sus progenitores o terceros. Se han sentido molestos no solo por las imágenes, sino por los comentarios que se han hecho. Expresan, mediante esta encuesta, su deseo de poder eliminar las imágenes o videos y que hubiese una forma permanente para hacer desaparecerlos.
Como podemos observar, los padres y madres han de ser muy consientes sobre la publicación de imágenes y videos de sus hijos, y reflexionar sobre el impacto que a corto o largo plazo puede tener en la vida de su hijo, en su seguridad, su imagen, la relación con los demás o el desarrollo de la personalidad.