¿Qué es eso de la robótica educativa? ¿qué tiene que ver un robot con la educación?
8:30 de la mañana. Niñas y niños comienzan a entrar en clase, caminas detrás y cruzas la puerta pero… ¿Qué hace ese robot en mi clase y por qué está usando mi libro de texto?
Los avances vinculados a las tecnologías han potenciado la introducción de nuevos métodos y técnicas educativas en nuestras aulas. La robótica, procedente de las denominadas áreas STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths), se ha venido convirtiendo en un tema estrella a través de los distintos medios de comunicación.
Quizás queda lejos la posibilidad de que termine dándonos clase algún tipo de robot, aunque no será por falta de intentos, como esos chatbots que resuelven las más complicadas dudas de quienes aspiran a la Universidad.
Los anuncios de robots o androides que puedan sustituir al profesorado al frente de sus clases. Algunos proyectos buscan el desarrollo de androides que puedan llegar a identificar emociones y sentirlas por sí mismos. Sí, seguro que ahora estáis pensando que en poco tiempo no nos servirá aquel test emocional de Voight-Kampff de Blade Runner, para diferenciarnos de nuestras creaciones.
¿Qué papel espera al profesorado ante el avance de la robótica educativa?
10:30 de la mañana. Ese robot que ha ocupado tu silla continúa transmitiendo contenidos a tus alumnas y alumnas. ¿Y entonces mis estudios y yo para qué servimos?
Ante la llegada de los avances tecnológicos las dudas, miedos y la desconfianza es algo natural. No en vano, existen amplios debates en la sociedad en relación a los beneficios y peligros que estos avances pueden tener en la labor diaria en los centros educativos e incluso más allá de estos, en nuestras vidas.
Desde las relaciones personales al mundo laboral, el impacto de las tecnologías es cada vez más notorio. La ciencia ficción ha contribuido en distintos momentos de nuestra historia a alimentar estos miedos y recelos, pero también a mostrarnos lo maravilloso que podría ser un futuro guiado por el avance tecnológico.
Partiendo de los futuros distópicos y pesimistas de Blade Runner (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? o Matrix; pasando por las ideas esperanzadores de libros como un mundo feliz o 1984; hasta las utópicas predicciones de “The female Man, ecotopía, robots, Eva o el hombre bicentenario. Este género literario representa una buena forma de introducir la tecnología y los futuros posibles en relación con esta.
Si bien muchos de los futuros que avanzaban y aún hoy representan estas historias, parecen inalcanzables, no deja de ser cierto que hace unos años tampoco teníamos clara la posibilidad de disponer de coches eléctricos y autónomos, como en Yo, Robot o Minority report; drones militares, como en Terminator; tabletas táctiles, como en la Odisea de Kubrick; tener un profe hologramático, como en la guerra de las galaxias; o simplemente, realizar una videollamada, como avanzaba Blade Runner . Quizás no quede mucho para que la IA sobrepase la comprensión humana... o sí.
¿Qué tiene que ver todo esto con la robótica educativa en el aula?
“Los hombres que se acostumbran a preocuparse por las necesidades de unas máquinas, se vuelven insensibles respecto a las necesidades de los hombres”
(I. Asimov en su relato “El gran sol mercurio”)
Desde la UNESCO, la OCDE, así como desde distintas investigaciones, advierten que de poco sirve disponer de los avances de las tecnologías actuales si no adquirimos previamente una adecuada alfabetización digital crítica sobre sus posibilidades de uso.
En el campo computacional y de la robótica los avances son cada día más sorprendentes. En Japón, Hiroshi Ishiguro, ha planteado la posibilidad de crear androides hiperrealistas; en España, SM y Makeblock ya han lanzado un robot que trabaja las emociones y la cultura maker en infantil; Elon Musk se atreve a predecir la posibilidad de que nuestros empleos sean ocupados íntegramente por robots.
Cuando pensamos en el uso de la robótica educativa, no podemos olvidar su vinculación con las competencias clave recomendadas desde la Unión Europea.
Puede que en un primer impulso vinculemos la robótica y la tecnología con la competencia matemática, científica y tecnológica; o con la competencia digital; incluso, por la competencia relacionada con el sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
No debemos olvidar que una de las claves de la educación es formar a las mentes del futuro-presente. En este sentido, es fundamental que construir una visión crítica y reflexiva respecto a la sociedad en la que vivimos. Competencias como aprender a aprender o las relacionadas con las habilidades sociales y cívicas, se convertirían así en elementos centrales de nuestro trabajo, también en las áreas STEAM.
Así que, en los siguientes párrafos vamos a plantear algunos aspectos para introducir la robótica educativa en nuestras aulas… SIN ROBOTS… INTERNET… NI ORDENADORES.
Robótica educativa, destecnologizando la mente
Aprender a programar: El lenguaje de programación se basa en el establecimiento de determinadas secuencias. Para poder trabajar el pensamiento computacional con nuestro alumnado, podemos hacer uso de juegos como ROBOT TURTLES, en el que tendrán que ir completando distintas misiones mediante el uso de determinadas secuencias de órdenes.
Si queremos subir el nivel, podemos hacer uso de Code Master, un juego para quienes ya tienen cierta experiencia con el lenguaje computacional. Y para avanzar y profundizar, podemos introducir mayor dificultad con Robo Rally, un reto para jóvenes y mayores.
Pensamiento crítico: Un paso a desarrollar en la implementación de la tecnología en nuestras aulas es, fomentar el desarrollo del pensamiento crítico, respecto a todo lo que rodea estos avances.
Para introducir la reflexión sobre la robótica educativa podemos trabajar aspectos éticos relacionados con el avance científico en nuestras sociedades.
Un buen comienzo, puede ser comenzar por las 3 reglas fundamentales de la robótica, expuestas por Isaac Asimov en su relato “Círculo vicioso” (Pág. 13):
“1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano, o, por medio de la inacción, permitir que un ser humano sea lesionado.
2. Un robot debe obedecer las órdenes recibidas por los seres hu-manos excepto si éstas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no sea incompatible con la Primer o la Segunda Ley.”
Ciencia ficción, educación y tecnologías
En las últimas etapas de la educación primara y en educación secundaria, plantearnos como puede ser un futuro compartido con robots e IA y qué retos generan para el ser humano, es una excelente forma de trabajar la reflexión y participación activa en la transformación de nuestras sociedades.
La literatura de ciencia ficción, o las películas y series vinculadas a esos futuros posibles representan una perfecta introducción para pensar(nos) y repensar nuestra relación con la tecnología.
Introducir la ciencia ficción en primaria y secundaria, nos puede ayudar a trabajar competencias lingüísticas y reflexivas. De esa forma, podemos vincular estas lecturas con el trabajo a través de juegos de mesa o con LEGO.
Trabajar películas o series televisivas relacionadas con las utopías y distopías futuras, nos ayuda a abordar el comienzo de clase con algún dilema ético sobre el que trabajar.
Necesitamos potenciar la formación en las áreas STEAM, tal y como indican los organismos internacionales. Necesitamos hacerlo con la mirada puesta en la brecha de género, en el trabajo por y para la inclusión. Pero, sobre todo necesitamos hacerlo tomándonos el tiempo necesario para la reflexión colectiva y el intercambio de ideas. Puede que en este sentido, tengamos que seguir las palabras de Pico Iyer en El arte de la quietud:
“En la era de la aceleración, nada puede ser más estimulante que ir lento. En la era de la distracción, nada es más lujoso que prestar atención. En la era del constante movimiento, nada es tan urgente como quedarse inmóvil”.