En los últimos años, se viene hablando cada vez más del modelo de atención centrada en la persona relacionado con la atención y cuidados de personas mayores. ¿Quieres conocer sus principios metodológicos y cómo se materializa en el contexto residencial? Te lo contamos.
Nuevos enfoques en la atención a las personas mayores
La población mundial está envejeciendo: el aumento de la esperanza de vida, la disminución de la natalidad, la disminución de la mortalidad y la morbilidad junto con los flujos migratorios son variables que están provocando un envejecimiento demográfico.
Estas circunstancias están provocando que la atención a las personas mayores y/o en situación de dependencia sea una preocupación no solo a nivel familiar, sino también un problema sanitario, social, económico y político.
Los países industrializados están replanteando sus políticas sociales a fin de que ofrecer una atención holística que mejore la calidad de vida del adulto mayor, se promueva su bienestar y ofrezca un sistema de cuidados respetuoso alejado de la mera asistencia sanitaria.
La atención centrada en la persona
El modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) se aleja de los modelos de cuidados tradicionales donde la atención está definida por la enfermedad, el grado de dependencia y por cuestiones organizativas.
Este modelo implica un cambio en el enfoque de los cuidados y requiere de intervenciones globales e integradas que se constituyan como apoyos para incrementar la calidad de vida y bienestar de los adultos mayores.
Pilar Rodríguez, presidenta de Fundación Pilares, define atención integral centrada en la persona como:
… la que se dirige a la consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva.
Características del modelo
La característica principal de este modelo conlleva poner el foco en el cómo. Y este cómo implica realizar las intervenciones desde la perspectiva de la persona que ha de ser atendida. Esto quiere decir que los profesionales que participan, ya sea de forma directa o indirecta, deben desarrollar sus actuaciones bajo una misma mirada que huya de una aplicación excesivamente técnica o asistencial, para centrarse en una visión más humana.
La ACP tiene por objetivo reconocer la singularidad de la persona y potenciar sus capacidades, favoreciendo que la persona tenga cierto control sobre su entorno y vida cotidiana y tome decisiones sobre su proyecto vital. Se trata de empoderar al adulto mayor para que no se conviertan en meros objetos pasivos de los cuidados.
Principios rectores de la ACP
En la atención centrada en la persona se establece un papel terapéutico de aquello que es cotidiano como alimentarse, ir al baño, vestirse, etc. A la vez que resalta aquello que es significativo para cada persona. Todas estas intervenciones se realizan bajo una premisa básica como lo es la dignidad, basándose en los principios de:
- Individualidad
- Autonomía
- Independencia y Bienestar
- Participación
- Integralidad
- Ambiente facilitador
- Inclusión Social
- Continuidad de Cuidados
El modelo de ACP desde el ámbito residencial
Cuando el modelo de atención centrado en la persona se implementa en el ámbito residencial, no solo se tendrá en cuenta el cuidado de la persona, sino también su entorno, aplicando el modelo HOUSING, que implica vivir fuera de casa, pero como en casa.
Podrán estar rodeados de sus pertenencias y recuerdos, y podrán preservar su independencia y privacidad, tomando sus propias decisiones y controlando su día a día.
Introducir cambios en los centros gerontológicos que vienen de modelos centrados en los servicios o la organización, es posible, pero no siempre resulta sencillo.
No obstante, elementos como la sensibilización y comunicación a todas las partes implicadas, una minuciosa planificación y el compromiso y esfuerzo de los profesionales, sin duda actuarán como reforzadores positivos del cambio.
Historia de vida
Una herramienta muy eficaz para aplicar este modelo de atención es la historia de vida. Este recurso es un documento que se completa con toda aquella información que, la persona o sus familiares, transmiten a los profesionales. Contiene vivencias positivas y negativas, ilusiones y decepciones, historias felices y trágicas, siendo, en su conjunto, una recopilación de su trayectoria vital.
En definitiva, la dignidad del adulto mayor, como valor intrínseco a su ser, implica el derecho a la promoción y garantía de su protección sin condiciones. Como dijo la escritora Laura Hillenbrand:
La dignidad es esencial para la vida humana, así como lo es el agua, el alimento y el oxígeno. Su retención obstinada, incluso a través de un extenuante esfuerzo físico, puede mantener el alma de un hombre en su cuerpo, más allá de lo que el cuerpo puede soportar.