Hoy os quiero hablar de un concepto que cada vez está adquiriendo más relevancia tanto a nivel educativo dentro de las aulas como fuera de ellas en el ámbito familiar, se trata de la Psicomotricidad y educación infantil, una técnica que relaciona los elementos psíquicos del sujeto con el aspecto motriz, es decir, tiene como objetivo el desarrollo de las capacidades y habilidades motrices, expresivas y creativas del sujeto a través del movimiento.
En la etapa infantil la mayor parte de los niños tienen dificultad para expresarse haciendo uso del lenguaje por lo que debemos explotar técnicas educativas que faciliten al niño la expresión de los sentimientos utilizando el juego como instrumento fundamental para conseguir que el niño pueda transmitir sus emociones.
¿Qué beneficios tienen las técnicas psicomotrices en el desarrollo infantil?
Con la aplicación de técnicas psicomotrices podremos conseguir el desarrollo de las competencias emocionales y cognitivas del niño pero, actualmente, en la mayoría de los Centros Educativos, no se están desarrollando este tipo de técnicas que, bajo mi punto de vista, deberían ser una disciplina más incluida en el currículo de cada Centro ya que mediante el trabajo observacional de los profesionales que se ocupan del desarrollo de estas técnicas psicomotrices se podría realizar la interpretación de la actitud de los niños en el aula, ayudándoles de esta forma a expresar sus sentimientos, garantizando así, la solución de posibles conflictos que puedan surgir con el menor.
¿Qué es y qué utilidad tiene la psicomotricidad vivenciada?
Una de las técnicas que más beneficio está aportando desde edades tempranas en el trabajo en las aulas es la psicomotricidad vivenciada, apoyada en la espontaneidad, que normalmente suele quedar anulada en el aula, siendo este tipo de sesiones las que proporcionarán al niño la libertad suficiente para que pueda convertirse en el único protagonista de su aprendizaje. En el desarrollo de este tipo de sesiones se facilitarán al niño materiales y juguetes para que pueda actuar con libertad y espontaneidad consiguiendo de esta forma la autonomía o el desarrollo de determinadas capacidades que le permitirán afrontar cualquier problema o dificultad que le pueda surgir. Se trata de sesiones no dirigidas en las que se trabajará con el alumnado la función tónica, la postura y el equilibrio, la coordinación y el control respiratorio y corporal, entre otras, con la intención de que el niño/a realice en cada momento lo que desee, como vía para fomentar su iniciativa, autonomía y creatividad favoreciendo así su aprendizaje y desarrollo integral.
Desde hace tiempo se estudia también la posibilidad de combinar la Psicomotricidad con otro tipo de técnicas como “Arteterapia”, ya que se considera que podrían ser utilizadas de forma conjunta como mecanismo para incrementar las posibilidades terapéuticas con el niño/a. Esto debe hacernos pensar que nos encontramos ante una técnica con muchas posibilidades aún pendientes por explotar y que conseguirán mejorar el desarrollo del niño, por lo que desde los Centros Educativos, hay que luchar por involucrar a las familias y dar a conocer este tipo de técnicas que mejorarán las capacidades y habilidades de sus hijos.
¿Cuál es el rol del educador en estas técnicas?
En el desarrollo de estas sesiones será fundamental el papel del educador que deberá:
- Respetar y promover las capacidades e intereses del niño.
- Propiciar su espontaneidad durante la sesión ya que de esta forma conseguiremos una mayor motivación y una mayor autonomía en el niño/a.
- Ser paciente y no limitarles en el tiempo.
- Conocer de forma particular el caso concreto de cada menor para poder realizar un seguimiento y una evaluación de su progreso.
- Generar un ambiente de bienestar físico y afectivo que proporcione libertad de actuación y espontaneidad.
Si dejamos volar la imaginación del niño fomentaremos su creatividad y limitaremos el egocentrismo que caracteriza la etapa infantil dando paso a la adquisición de nuevas actitudes como el respeto a los demás y la tolerancia.