Cada niño/a nace con la capacidad de hablar cualquier idioma, es por ello que la pedagogía Montessori bilingue juega un papel relevante, pues durante el primer año, el/la niño/a es capaz de distinguir y configurar su vocabulario a su idioma materno. Con el paso del tiempo la capacidad de diferenciar los sonidos de otros idiomas respecto al propio va desapareciendo. Por consiguiente por bilingüe se entiende a aquella persona que domina dos o más idiomas a la perfección.
El aprendizaje de un segundo idioma a edades tempranas se convierte en un aspecto ventajoso en comparación al aprendizaje de este conocimiento a una edad más adulta. Debemos tener presente que el/la niño/a desarrolla un aprendizaje inconsciente donde pone en marcha las mismas funciones cerebrales que emplea en la adquisición de su lengua materna. Sin embargo, esto no significa que el aprendizaje de un nuevo idioma a cualquier edad sea algo imposible, sino que se requerirá de un mayor esfuerzo pues el cerebro tendrá que poner en funcionamiento otros recursos.
Indistintamente, el hecho de aprender un idioma supone la alteración de la estructura cerebral, pues se incrementa la densidad de materia gris; lo que implica el aumento de la capacidad de concentración, atención y resolución de problemas, al igual que un aumento de la memoria y de la creatividad.
¿Cuál es el momento ideal para dedicarse al aprendizaje de un segundo idioma?
En relación con las capacidades necesarias para el aprendizaje de un segundo idioma señalar que el periodo sensible para la adquisición del lenguaje se da desde el nacimiento hacia los 6 años de vida. Es por ello que cuando se da el aprendizaje de un idioma durante dicho periodo vital, este se da de manera natural y el cerebro lo recopila como una lengua materna, pues a esa edad la mente del niño/a es una “esponja” que absorbe todo el conocimiento que le llega; en otras palabras la mente absorbente de la que habla Montessori. Por el contrario, después de dicho periodo sensible cada idioma nuevo que aprendamos el cerebro lo almacenará en una parte diferente y su aprendizaje no será natural sino que se necesitará algo más de esfuerzo, careciendo de la capacidad para dominarlo a la perfección.
Todo esto nos lleva a reflexionar que si esperamos a que los niños alcancen la edad infantil para acudir a la escuela y aprender un segundo idioma, ya habrá perdido tres años de esos seis que constituyen el periodo sensible de su aprendizaje. Por ello es esencial diseñar un ambiente preparado, como el que expone la pedagogía Montessori bilingue en su método, con aprendizaje bilingue a la mayor brevedad posible con el objetivo de sacar el mayor jugo al periodo sensible del niño.
Cómo acercar los niños al bilingüismo
Teniendo en cuenta que cada situación que experimenta el niño es diferente y que el adulto tiene que sacar lo mejor de cada una de ellas, es preciso ayudar al niño en su camino hacia el bilingüismo. Un buen recurso didáctico para dicho aprendizaje podría ser desarrollar, en casa o en la escuela, la estrategia “Una persona: Un idioma”. Esta estrategia consiste en atribuir a cada persona próxima al niño un idioma, de este modo cuando el niño se comunique con cada una de ellas irá recibiendo conocimientos de diversos idiomas. Otro recurso que favorece este aprendizaje sería la lectura de cuentos o cantar canciones y rimas en otro idioma distinto al materno. Así como también la visualización de dibujos animados o películas.
En el momento en el que los niños empiezan a ser conscientes que el saber más de un idioma es un factor verdaderamente útil, su motivación por el aprendizaje de más idiomas se verá incrementada y no será necesario convencerlos para ello, pues estarán auto-motivados para realizarlo. Si estas a tiempo, inténtalo con la pedagogía Montessori bilingue.
"No aprendemos escuchando palabras, sino a través de las experiencias cuando actuamos en nuestro entorno" María Montessori.