El Micromachismo, la sutileza de una violenta desigualdad de género
Sonia Martínez Alonso
En primer lugar veremos que se entiende con el micromachismo, según el autor que creó el término Luis Bonino lo define como “comportamientos manipulativos que básicamente inducen a la mujer a la que son destinados a comportarse de un modo que perpetúa sus roles tradicionales de género, con el interés no expresado de conservar la posición superior y de dominio, intentando mantener mayores ventajas, comodidades y derechos (a la libertad, a tener razón, al uso del tiempo y el espacio, a ser cuidado y a desimplicarse de lo doméstico entre otros), y colocando a ellas en un lugar de menos derecho a todo ello”
De este modo podemos deducir que se trata de cuestiones del día a día, como por ejemplo anuncios publicitarios que sexualizan a la mujer, comportamientos estandarizados como colocar imágenes de cambiadores de bebés sólo en los baños de mujeres, actitudes que se ven a diario de manera tan normalizada que no caemos en la cuenta de lo que representan realmente.
El rol de la publicidad en la creación del micromachismo
No cabe duda de que la publicidad ha sido uno de los mayores escaparates de este tipo de exposiciones, campañas que han encontrado en la provocación la mayor de las estrategias de marketing para sus servicios o productos. Son numerosas las denuncias que muchas marcas acaparan por la utilización de actitudes machistas en sus spots.
En los últimos tiempos además estamos asistiendo a la moda de los programas de entretenimiento donde la cosificación de la mujer es el gran atractivo de la programación, sirva de ejemplo el formato instaurado en el que un granjero busca compañera (con la gran novedad de la última edición de incluir la versión femenina para ahorrarnos las críticas hacia la propaganda machista del concurso).
Los 4 tipos de micromachismo
En todas estas situaciones podemos encontrar el machismo puro y duro, aquel que se utiliza sin enmascarar y de manera directa y gratuita, y la versión “micro” que según el terapeuta argentino Luis Bonino se puede clasificar en cuatro tipos (Los micromachismos. L. Bonino, 2004):
- Utilitarios. Repercuten principalmente en el ámbito doméstico y abusa de las supuestas capacidades femeninas como cuidadora. Frases como, “yo le ayudo en casa y con los niños”, como si la tarea fuera sólo competencia de la mujer (alabando el detalle de ayudar en casa).
- Encubiertos. Son muy sutiles y buscan la imposición y control masculino, desbancando los deseos de la mujer. Hay micromachismos en los silencios, en los paternalismos (hacer sentir a la mujer que necesita de protección), hacer sentir a la mujer menos por cualquier situación cotidiana “yo vengo cansado del trabajo, tu no lo entiendes porque estás en casa”.
- De crisis. Suelen utilizarse para mantener la desigualdad de poder ante la posibilidad de un progreso hacia la igualdad de la mujer. Ejemplo de ello son frases como: “Tú sabrás qué hacer, si trabajas no tendrás tiempo de hacer nada más (refiriéndose a las tareas del hogar)”.
- Coercitivos. Este tipo de micromachismo utiliza la fuerza moral, psíquica o económica del hombre para ejercer su poder. Se trata de actitudes o comentarios que limitan la libertad de la mujer y restringen su capacidad de decisión. Se trata de situaciones diarias y que no se aprecian porque siempre fue así, “levántate que ese es el sillón de papá”, “cuando papá llega a casa se ve futbol”, “el hermano que llega a casa más tarde sólo por el hecho de ser chico”…
En definitiva la definición “micro” no hace mención a que sean pequeños sino a que son imperceptibles, se trata de situaciones tan naturalizadas y normalizadas que pasan desapercibidas en su gran mayoría.
Comentarios
Muy bueno!
Pregunta
Que pasa con el denominado microfeminismo?
Saludos
Me parece genial de que manera lo has explicado.