En un mundo de máscaras y apariencias desde la educación se sigue abogando por la transparencia. Esto es así porque la educación es uno de los mayores motores que nos impulsan a los cambios integrales. La educación busca la transformación del individuo y esta afecta a cada área. Al área social, personal y académica.
Una de las consecuencias de vivir en sociedad es que al final todos formamos parte del crecimiento de la otra persona. Habrá personas que nos dejen huella y otras que nos dejen cicatrices, pero al final nuestra historia está compuesta por el entorno que nos rodea. Como bien dice Bronfenbrenner en su teoría, al final hablar de desarrollo es hablar del entorno que nos rodea y afecta.
¿Cómo hemos llegado a entender la educación como un agente de cambio y transformación?
Ahora bien, ¿cómo hemos llegado a entender la educación como un agente de cambio y transformación? Para ello en este artículo se hablará de la importancia de la evaluación educativa como una decisión que transforma.
Como bien define Mateo (2004) la evaluación educativa es: “una actividad trascendente, una forma específica y compleja de conocer y relacionarse que debe de ser aplicada profesionalmente”.
Sin embargo, para llegar a entender la evaluación educativa como una huella debemos de saber que antes la evaluación fue una cicatriz. Fue una herramienta de medición, sanción y control antes de la década de los 40 en la que se usaban las pruebas estandarizadas acompañas de las teorías clásicas de los test para posicionar y clasificar al alumno.
La evaluación educativa ha tenido sus fases en las que con el tiempo ha ido evolucionado su conceptualización y práctica. Cómo ya he mencionado la primera fase fue la evaluación como medición. La segunda fase nació de la inquietud de usar la evaluación científica en el contexto educativo, es ahí cuando se amplia la perspectiva y la evaluación sigue un criterio en función de lo que se evalúa. La tercera fase fue la investigación evaluativa que dio paso a los distinto modelos de investigación evaluativa.
Las dos grandes aportaciones de la evaluación educativa
Pero si algo ha provocado la transformación de la evaluación no solo a nivel teórico sino a nivel práctico. Han sido dos grandes aportaciones.
Scriven y Cronbach (1963). Con estos autores se abren nuevos horizontes para la evaluación educativa, entendiendo que toda evaluación lleva asociada la emisión de un juicio de valor si no, no será evaluación. Con sus aportaciones, a la evaluación se le reconoce la función de mejora y se la asocia con la toma de decisiones. Es decir, ¿tendría sentido recoger información si luego no se va a analizar y no va a conllevar un cambio o un impacto real?
¿Qué implica esta función de mejora de la evaluación educativa?
- La ampliación de los objetos de evaluación: antes solo se evaluaba el aprendizaje del alumno. No había interés por estudiar sobre los demás elementos como los programas, los centros educativos o los propios docentes
- La ampliación de los sujetos o evaluadores y en su papel: esta nueva visión de la evaluación no sólo benefició a empezar a evaluar los distintos aspectos en el área de educación. Sino que esta nueva función de mejora dio lugar a un cambio en los evaluadores. Se rompe la idea de que solo puede aportar a la educación el evaluador, sino que con esta nueva función de la evaluación pueden aportar y formar parte de la mejora educativa todas aquellas personas que puedan aportar información relevante para promover las mejora.
- La ampliación de los momentos de evaluación: como he comentado en el pasado de la evaluación educativa. Esta solo se utilizaba como una herramienta de sanción y control por lo que solo se realizaba al final. Pero ahora la evaluación se realiza también en el proceso por lo que la evaluación pasa a tener un carácter continuo dentro de los procesos educativos.
He de reconocer que, aunque estos autores son del año 1963 su inquietud por la mejora evaluativa dio lugar a todo un cambio conceptual y práctico de esta. Porque como ya he mencionado anteriormente la función de mejora es lo que hoy día podemos asociar con el progreso e incluso con el termino de calidad.
Cultura evaluativa
Sin embargo, no podemos hablar de transformación e impacto sin explicar la segunda aportación que dio lugar a la cultura evaluativa. GUBA y LINCOLN (1989) nos aportaron una nueva forma de entender la evaluación. Otro paso más para llegar al meollo de la cuestión.
Estos autores entendieron la evaluación educativa como un proceso flexible, sociopolítico, colaborativo, como un proceso de enseñanza/aprendizaje, continuo, recursivo, divergente, emergente y capaz de crear realidad y generar cambio.
Con estas aportaciones las competencias del evaluador para ejercer como técnico, analista y juez se amplían para cubrir competencias de historiador e iluminador. Este cambio llevó a considerar la evaluación como un proceso generador de “cultura evaluativa”.
La evaluación educativa como una decisión que transforma
Es por eso por lo que ahora está en nuestra mano ver la evaluación educativa como una decisión que transforma, pero siendo conscientes de que es todavía uno de los grandes retos para la educación, porque en un mundo de máscaras y apariencias hablar de “cultura evaluativa” implica que las decisiones que tomen las instituciones sean fruto de la evaluación y para ello la institución tiene que hacerse transparente. Es necesario como vemos en el siguiente artículo Instrumentos de evaluación en educación primaria generar información ya sea de aspectos positivos o negativos del centro y compartirla para tomar decisiones que de verdad estén a la luz de la evaluación educativa.
Ahora ya mi querido lector sabes que es real y necesaria ver la importancia de la evaluación educativa como una decisión que transforma. ¿Pero estamos dispuesto a generar esta cultura evaluativa? ¿Cuál es el precio? ¿La transparencia, el compromiso? Te dejo este curso para seguir profundizando Curso Evaluación y Diagnóstico Educativo.
Podrás mirar hacia otro lado, pero nunca podrás decir, que no lo sabías.
Comentarios
Excelente reflexión y como lo dice el autor muchos de nosotros tenemos cicatrices educativas porque las letras con sangre entran. las decisiones docentes pueden marcar de manera positiva o negativa.