Con el último mes del año, llega uno de los momentos más mágicos, la Navidad. Tanto mayores como pequeños vivimos estos días con ilusión y llevamos a cabo las distintas tradiciones navideñas que nos han sido trasmitidas de generación en generación. Tras los reencuentros con familiares y amigos, una de las tradiciones más emocionantes es obsequiar a nuestros seres queridos con regalos. Estos representan, en cierta medida, nuestro amor y agradecimiento hacia ellos.
Los niños, en especial, disfrutan esta época del año con una mayor intensidad, sobre todo, el momento en el que ven recompensado todo su esfuerzo a lo largo del año. En la noche del 6 de enero, la emoción no les deja dormir y cuando el sueño les vence, ahí están esas personas tan mágicas que se las ingenian para llenar de felicidad su despertar.
Luces centelleantes y paquetes envueltos a los pies del árbol de Navidad, ojitos brillantes llenos de ilusión de los más pequeños de la casa (y de los no tan pequeños) ante la llegada tan ansiada de sus majestades Los Reyes Magos. Esta es, quizás, la imagen que mejor define el día de Reyes, el cual clausura este bonito periodo del año.
Criterios para la elección de los regalos
El juego es fundamental en la infancia, por lo que el regalo por excelencia para un niño es un juguete. Con el fin de encontrar el juguete perfecto para nuestros hijos, nos convertimos en auténticos investigadores, teniendo en cuenta distintos factores para acertar con nuestra elección. Algunos más frecuentes son los siguientes:
- Aquello que el niño ha informado que le gustaría tener. Normalmente, los pequeños suelen desear aquello que ven en la televisión o que publicitan en los folletos de los grandes comercios.
- Los juguetes que se han puesto de moda en ese año y que, por lo general, todos los niños desean.
- Que esté acorde con nuestras posibilidades económicas.
- Que cumpla con funciones educativas además de las recreativas. Este aspecto, solo lo tenemos en cuenta en algunas ocasiones.
El regalo perfecto
En la actualidad, en la mayoría de los casos, experimentamos un inconformismo justificado por las “necesidades” que creemos que tenemos o que la publicidad nos crea. Cada vez más, los niños miden la felicidad con el número de regalos que reciben o con el regalo más caro y más novedoso. Como padres, nos dejamos llevar y contribuimos a ello ofreciéndoselos, siendo nuestro único objetivo satisfacer los deseos de nuestros hijos. Y, aunque pensamos que, estamos haciendo lo mejor para ellos, el mensaje que les estamos transmitiendo no es el más adecuado. Además, ¿estamos pensando en la repercusión que esto tiene para el medio ambiente? ¿Qué valores les estamos infundiendo?
¿Nos hemos planteado alguna vez incluir entre nuestros criterios de elección que el material del que estén hechos contribuya al cuidado del medio ambiente? Si la respuesta es negativa, quizás sea porque desconocemos lo beneficiosos que pueden ser, tanto para los niños como para el planeta, los juguetes fabricados con materiales naturales sostenibles, los cuales llamamos juguetes ecológicos.
¿Qué son los juguetes ecológicos?
Los juguetes ecológicos son juguetes fabricados con materiales naturales y biodegradables y/o con materiales reciclados. Para su elaboración, se puede optar por materias primas como:
- La madera: podemos considerarla como el material sostenible por excelencia, siempre y cuando tenga una certificación que asegure la procedencia sostenible (FSC o PEFC). La madera es un material reutilizable y reciclable, por lo que puede llegar a tener una larga vida y puede ser aprovechada más allá de su función inicial.
- El bambú: se trata de un material de carácter sostenible, que destaca por su elevada resistencia. Los bosques de donde procede esta materia prima se regeneran muy fácilmente.
- El corcho: es un material cuyo impacto ambiental es mínimo, ya que su proceso de extracción es básicamente manual y no requiere de una gran actividad industrial.
- Algodón orgánico: procede de cultivos ecológicos, en los que se prescinde de fertilizantes químicos y pesticidas.
- Caucho natural.
- Bioplásticos: son fabricados a través de materia orgánica como puede ser: el almidón de patata, la caña de azúcar o el maíz.
- Plásticos, papeles y telas recicladas.
Es importante destacar que para el acabado de los juguetes, una vez construidos, se deben utilizar elementos no tóxicos como: pinturas con base acuosa, tintes y aceites vegetales, cera de abeja, pegamentos no tóxicos, etc.
Este tipo de juguetes pueden ser de elaboración manual y requieren una mayor dedicación para su construcción. Pueden desempeñar una función lúdica a la vez que educativa y, dependiendo de la imaginación de su autor, pueden ser muy originales y divertidos.
¿Por qué regalar juguetes ecológicos?
Nuestras acciones repercuten de forma directa e indirecta en la educación y el comportamiento de nuestros hijos, por lo que tenemos una gran responsabilidad en su crianza, somos su modelo de referencia.
Regalándoles a los niños juguetes ecológicos, desde edades tempranas, no solo les estamos inculcando valores como el respeto y el cuidado del medio ambiente, sino que estamos enseñándoles que podemos ser felices y divertirnos con otro tipo de juguetes no tan comunes.
Además, los estamos acercando a la naturaleza, estimulando sus sentidos. También, podemos aprovechar para transmitirles aspectos como: la importancia del reciclaje, los perjuicios de la contaminación y la procedencia de los materiales con los que ha sido construido su juguete.
Los juguetes ecológicos no solo limitan sus beneficios a los relacionados con el medio ambiente, sino que también tiene repercusiones positivas en el desarrollo y la salud de los pequeños. Algunos de ellos se describen a continuación:
Beneficios de los juguetes ecológicos para el desarrollo de los niños
- Imaginación y creatividad.
Uno de los aspectos que tenemos en cuenta para tomar la decisión de comprar un juguete u otro para nuestro pequeño es la edad para la que está indicado. Normalmente, los juguetes ecológicos ofrecen múltiples posibilidades de uso, favoreciendo la imaginación de los pequeños para otorgar una función diferente según sus intereses o edades.
Con el desarrollo de la imaginación aparece el juego simbólico, gracias al significado que el niño encuentra en los objetos. El amplio abanico de opciones de uso que puede tener un juguete ecológico hace volar la imaginación de los niños, utilizándolos como instrumentos con diferentes funciones para crear su juego. Con ello, también aparecen sus primeras interacciones y necesidades comunicativas, favoreciendo así el desarrollo del lenguaje.
La estimulación de los sentidos, en edades tempranas, es fundamental para el aprendizaje. A través de los sentidos, los niños exploran el entorno formando, así, nuevos conocimientos del mismo. Los juguetes ecológicos les acercan a la naturaleza a través del tacto y el olfato, al ser elaborados con materiales naturales. Además, pueden tratarse de juguetes sonoros, los cuales van a estimular el sentido del oído del pequeño, descubriendo nuevos sonidos.
Por otra parte, sobre todo, cuando son bebés, los niños utilizan la boca para descubrir los objetos, por lo que tienden a llevarse a la boca todo aquello que está a su alcance. Con este tipo de juguetes, estamos limitando su exposición a productos tóxicos.
La exploración del entorno se facilita mediante el movimiento y, gracias a este, el niño hace nuevos descubrimientos. Los juguetes ecológicos pueden ofrecer experiencias motrices esenciales para posteriores etapas, en las cuales el niño deba poseer una mayor habilidad motriz para la ejecución de actividades más complejas, como por ejemplo, la escritura.
Beneficios de regalar juguetes ecológicos para el medio ambiente
La producción de las industrias, cada vez más abundante debido a nuestro estilo de vida, se ha traducido en un incremento del nivel de contaminación ambiental. Como seres que nos beneficiamos de los recursos que nos ofrece el medio ambiente, tenemos una gran responsabilidad en su preservación.
La utilización de materiales naturales y, por lo tanto, el hecho de regalar juguetes ecológicos a nuestros hijos es un paso muy importante para contribuir al cuidado del planeta.
Los materiales con los que se fabrican estos juguetes, citados anteriormente, suelen tener procesos de transformación mucho más simples y, por tanto, un menor impacto ambiental.
Los juguetes ecológicos tienen un ciclo de vida más extenso, por lo que pueden ser aprovechados por varias generaciones, teniendo en cuenta que, la mayoría de ellos, son atemporales. Esto hace que disminuya el consumo de nuevos juguetes, así como, la huella de carbono que una excesiva producción provoca.
Por último, destacar que el proceso de reciclaje, reutilización, recuperación y reparación de estos juguetes es mucho más sencillo.